5/6/2009
Editorial
Raza Inmortal
Persio Maldonado
Este 14 de junio se han cumplido el 50 aniversario del desembarco
guerrillero por Constanza, Maimón y Estero Hondo, cuyo propósito era
acabar con la dictadura que por tres décadas impuso manos de hierro y
sangre sobre el territorio nacional.
Aquellos jóvenes se han ganado el calificativo de “Raza Inmortal” como
compensación histórica por su valentía, coraje y su invalorable
desprendimiento frente a la nación dominicana y a la condición humana.
Ofrendaron sus vidas por el valor de nuestra libertad, y de hecho
apenas algunos lograron sobrevivir a aquel episodio de luz en medio de
la oscuridad en que vivía la República Dominicana.
No hay obra material que justifique la pérdida de la libertad y el
atropello a la condición humana, ni mucho menos nada será demasiado en
tres décadas de oprobio y cobardía en que se quebraron los valores más
dignos de la sociedad dominicana.
El crimen fue el norte desde el principio de aquel régimen que fue
preciso acabar por la misma vía. Entonces no se concebía la acción sin
la sangre derramada de los dominicanos y extranjeros buenos. No había
espacio para la más mínima disensión frente a la maquinaria criminal
de la dictadura, la que azotó todo el territorio nacional con su manto
de muertes y desapariciones.
Aquellos hombres en plena juventud que vinieron al país, con todo
riesgo, lo hicieron desafiando aquella estructura criminal y oprobiosa
que dominaba al país en todos los órdenes, material y espiritual.
Muchos de esos valientes no eran ni siquiera dominicanos en el sentido
territorial y sanguíneo, y por tanto su decisión cobra aún mucho más
valor histórico y humano.
Nuestra gratitud ha de ser eterna con ellos, y ningún homenaje quedará
grande para honrar su memoria.
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