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martes, 27 de marzo de 2012

Rafael Trujillo, innegable Benefactor de la Iglesia

Rafael Trujillo, innegable Benefactor de la Iglesia

Por ArgeliaTejada Yangüela






Es un hecho histórico que RafaelTrujillo fue el indiscutible Benefactor de la Iglesia Católica, aunque la mismale negara el título que de facto le correspondía. El rechazo de la iglesia a reconocer lahistoria de 30 años fue determinado por oportunismo político—el régimen estabainternacionalmente desacreditado y se tambaleaba por la manifiesta oposiciónpolítica del exilio dominicano y del Movimiento en la clandestinidad del 14 deJunio, y la silla del Vaticano la ocupaba Juan XXIII, sucesor de Pio XXII.





El crecimiento y la transformaciónque la Iglesia experimentó como aliada de la dictadura militar Trujillistadurante los 31 años de duración evidencian la generosidad de suBenefactor. La iglesia pasó de ser una institución débil, sin existencia legal ya punto de perder sus bienes muebles e inmuebles, a ser la religiónoficial del Estado Dominicano. El historiador Vetilio Alfau Durán (1960) nosrecuerda las razones por las cuales Trujillo fue “Auténtico Benefactor de la Iglesia Dominicana”.





En 1929 la Iglesia Católica sostuvoun litigio de propiedad en La Vega que fue llevado a la Corte de Apelación deesa ciudad. La sentencia fue contraria ala iglesia, pero además, le negó la personería jurídica en todo el territorionacional. El 8 de agosto de 1930 laSuprema Corte de la Nación apoyó el fallo dado por la Corte de Apelación de laVega, una semana antes del ascenso de Trujillo al poder.





Adicionalmente, Alfau Durán recuentaque el Congreso Nacional llevó una moción “cuyo fin era la liquidación total detodos los bienes, muebles e inmuebles, de la Iglesia Católica, Apostólica yRomana en la República Dominicana…Era la destrucción y la muerte; elexterminio”.[i]Pero además de su extinción legal, estructuralmente la iglesia carecía derecursos humanos para llevar a cabo su misión. A pocas semanas de Trujillo asumir el poder, la situación de la Iglesiacomenzó su transformación.





En 1931 el discurso de bienvenida deTrujillo al primer Nuncio Papal en el país, Monseñor José Fietta, expresa elplan de Trujillo de establecer una alianza estratégica con la Iglesia. En ese discurso Trujillo proyecta su visión deutilizar “la fuerza espiritual de nuestrareligión”, que además de ser un consuelo para el pueblo es “un elemento moral de poderosainfluencia en el afianzamiento de nuestro progreso, de nuestro bienestar, denuestra independencia y de nuestra definitiva estabilidad constitucional.” (Castillode Aza 1961, 216; Wipfler 1980, 81-83; Betances 2009, 74).





El crecimiento institucional de laiglesia se inició con la personería jurídica otorgada por Trujillo en lasprimeras semanas de éste asumir el poder y con el financiamiento y losprivilegios que le concedió desde 1930. En 1954, el Vaticano y la Republica Dominicana sellaron el primerConcordato Latinoamericano con carácter retroactivo a 1930 y que aún semantiene intacto y vigente. Representala política del Vaticano conocida como NuevaCristiandad que busca recrear las relaciones integradoras de la Iglesia yel estado durante el período Medieval y de Conquista del continenteAmericano.


Los indicadores empíricos delcrecimiento institucional de la iglesia pueden medirse comparando los datosantes y después de Trujillo sobre recursos humanos, número de diócesis,parroquias, y seminarios. Emelio Betances (2009, 73) los recopiló para los años1936 y 1963 utilizando los datos del Boletín Eclesiástico de la Arquidiócesis de Santo Domingo. De tenerse información confiable para 1930,las diferencias serían más significativas.






En 1936 el número de diócesis nohabía crecido desde su fundación de más de 400 años, pero durante los 31 años de la tiranía Trujillista ascendió acinco diócesis. Las parroquias pasaronde 59 a 123 y los seminarios mayores y menores aumentaron de 4 existentes en1936 a siete en 1963. Los sacerdotesdiocesanos dominicanos aumentaron de 28 a 64 y los extranjeros disminuyeron de28 a 21.






El caso de los sacerdotespertenecientes a congregaciones religiosas es excepcional. En 1936 la iglesia no tenía religiosos dominicanos y en 1963 el númerosolamente se elevó a 5 religiosos. En cambio, de 15 religiosos extranjerosexistentes en 1936, el número aumentó a 240 en 1963 debido a la gran cantidadde sacerdotes cubanos que llegaron después de la revolución cubana de1959. El aumento de mujeres encongregaciones religiosas fue aún más espectacular, pasando de 75 en 1936 a 835en 1963, y de 4 congregaciones demujeres a 25 congregaciones en 1963.






Laaceptación de la Iglesia del terrorismo de estado impuesto por RafaelTrujillo no se caracterizó por la reclusión en la sacristía y una subordinaciónsilente. Los hechos evidencian que la iglesia participó activamente enlegitimar el régimen y en crear lazos de fidelidad incondicional del puebloiletrado, rural y creyente hacia el dictador que lo oprimía y violaba sus derechos; particularmente a través de lainstitución del “compadrazgo” asociado a los sacramentos del bautismo y laconfirmación. La instrumentalizaciónpolítica de los sacramentos se documenta en la carta escrita por el historiadorVetilio Alfau Durán al Señor Luciano Castillo inserta en el libro del AGN Escritos y Apuntes Históricos de VetilioAlfau Durán.






Elhistoriador ofrece una respuesta sociológica de la relación que culturalmentese establecía entre ahijados y padrinos y entre “compadres”, o sea los padresdel niño o la niña bautizada y el padrino. El método que ofrece para responder a la pregunta es el de hacer un recuento en los registrosparroquiales; afirmando su observación de que los ahijados de Trujillo “sepueden contar por miles” y los de Ulises Heureaux por cientos. Describe ademáslos vínculos entre el padrino y su ahijado o ahijada, o el padrino y sucompadre como ¡más “respetables” que el existente entre hermanos!






AlfauDurán ofrece diversas evidencias que ilustran su afirmación, a saber: losahijados ponen una rodilla en la tierra para pedir la bendición del padrino;entre compadres se usaba el título de “su merced” del que “usted es unaapócope”; cuando un hermano se convertía en padrino de otro, el ahijado dejabade tutearlo y se trataban de “usted”; y adicionalmente, los padrinos asumíanroles importantes en la vida del ahijado, no solamente a través de regalos ycompromisos económicos, sino en su desarrollo material y espiritual a largoplazo. El bautismo es un sacramento y los lazos que establecía eranculturalmente interpretados por la mayoría de la población en el ámbito de lo“sagrado”.






Elcampesino dominicano todavía conceptualiza la figura del presidente como la deun padre. El simbolismo y el continuouso de expresiones que el Partido Dominicano promovía asociaban la figura de“Papá Trujillo” a Dios Padre. Estaasociación fue reforzada por el compadrazgo, las procesiones religiosas decarácter político, la repetición de plegarias y Te Deums por el progreso y lasalud del presidente, y las comparaciones mediáticas que asociaban a Trujillocon la inmortalidad y su natalicio con el nacimiento de Jesús. La expresión “con Dios y Trujillo” se hizorutinaria y no faltaba la foto del “Jefe” en cada hogar, compartiendo la paredjunto a la de un símbolo religioso, por lo general una escena de la última cenao del sagrado corazón de Jesús.






Selogró así y a través de décadas de repetición, sumisión, y adulación, crear unaaureola de Autoridad Divina en torno a la figura del presidente encarnada enRafael Trujillo. Estos simbolismos y alusiones a la divinidad y providencia deTrujillo no fueron frenados por la iglesia, particularmente durante la peorcrisis del régimen creada por la masacre haitiana de 1937.






El escándalo internacional del asesinatohaitiano presionó a Trujillo y lo motivó a postular un candidato títere paralas elecciones de 1938. El Arzobispo deSanto Domingo Ricardo Pittini, lejos de pronunciarse contra la masacrehaitiana, emitió una Carta Pastoral el 21 de enero de 1938 para que lossacerdotes exhortaran a los fieles a rezarle a la Virgen de la Altagracia paracambiar la decisión de Trujillo de retirarse de las elecciones de ése año. Este es el meollo del mensaje de la CartaPastoral de Pittini:






"Estamos para celebrar la festividad Nacional deNuestra Señora de la Altagracia, madre de los dominicanos. Acudir a ella en lasnecesidades que afectan la vida misma de la Patria es tan natural para nosotroscomo el niño acudir a los brazos de su madre.

Creo que este es el día oportuno para que en todas las iglesias de la Repúblicase pida a la Virgen de Altagracia que ilumine al Honorable Señor Presidente dela República en el sentido de reconsiderar su decisión expresada en elhistórico documento que acaba de conocer el país.

Vuestra Reverencia exhorte a los fieles que eleven una ferviente plegariacolectiva con el fin indicado".[ii]



Adicionalmente, Wipfler (1980) analiza el informe redactado en 1957 por losJesuitas de la Misión Fronteriza para documentar su ministerio fronterizo. Elmismo no hace referencia a la masacre de haitianos de 1937, pero laintroducción del reporte revela el carácter de la misión de los religiosos deelogiar y colaborar con Trujillo en su proyecto de Dominicanización fronteriza:






"Trujillo observó, con mirada vigilante, que en lalínea Fronteriza se iba perdiendo la fisonomía nacional. La presencia invasorade gentes haitianas con lenguaje extraño, moneda extranjera, costumbresexóticas, ritos religiosos del Vodou y protestantes, minaban poco a poco estebaluarte de la Patria, y lo convertían en peligrosa cabeza de puente.

A tan grave peligro una medida segura: DOMINICANIZAR LA FRONTERA. Para ellofortaleció la idea de DIOS, estabilizó LA PATRIA, y puso en salvaguardia suLIBERTAD.

Los Padres de la Compañía de Jesús cooperaron en la empresa"[iii]

Estas citas no dejan ninguna duda del fervor con que la Iglesia veneró a suBenefactor y le agradeció los bienes y privilegios que están legalizados en elConcordato Trujillista de 1954. El lector o lectora que no lo haya leído debedarse la oportunidad de hacerlo y así conocer el tratado binacional más lesivoy ofensivo al patrimonio y la soberanía nacional y a la educación de nuestrosniños en las escuelas públicas. Puedenencontrarlo en mi blog en éste periódico.






El adoctrinamiento religioso bloqueóel apoyo del campesinado a los expedicionarios de 1959 que intentaron conformargüerillas rurales para tumbar el régimen dictatorial de Trujillo. Durante lasexpediciones armadas de Constanza, Maimón y Estero Hondo, el hambre y lasdenuncias de los campesinos pesaron más en la captura y muerte de losguerrilleros que los enfrentamientos con el ejército.[iv]






En1962, el aumento desproporcionado de sacerdotes cubanos incidió para crear unamilitancia agresiva de la iglesia en contra del comunismo, socialismo, y losmovimientos de liberación nacional que se expandieron por toda la AméricaLatina. Esta militancia contribuyó algolpe de Estado del gobierno de Juan Bosch quién proponía en la Constitución de 1963 una educaciónlaica. Recientemente, un actual miembrodel Tribunal Constitucional de la República Dominicana, el Dr. Víctor GómezBergés, reconoció que la “últimaconfrontación de Estado con la Iglesia, de significación, se produjo durante elgobierno de Juan Bosch en 1963 por la exclusión en la Constitución de ese año,del Inciso 2 del artículo XXII del Concordato”.[v]


Las consecuencias deladoctrinamiento Trujillista y religioso perduran cincuenta años después del ajusticiamiento de RafaelTrujillo. Los herederos directos deRafael Trujillo, Joaquín Balaguer y Leonel Fernández, así como todos los quenos han gobernado, han continuado la línea Trujillista de mantener una religiónde estado y perpetuar la línea presidencial de Benefactores de la iglesia; conla única exclusión del gobierno truncado de Juan Bosch cuya posiciónconstitucional de regresar la educación pública a una educación laica generó elgolpe de estado que todos conocemos y la Revolución de Abril de 1965 quebuscaba el retorno a la Constitución de 1963 y del gobierno democráticamenteelecto.










[i] Vetilio Alfau Durán, Trujillo, Auténtico Benefactor de la Iglesia Dominicana, Periódico ElCaribe, 25 de marzo de 1960, p. 4; citado por William Wipfler, Poder,Influencia e Impotencia: La Iglesia como factor socio-político en RepúblicaDominicana. EdicionesCEPAE, Santo Domingo: Editora SantoDomingo. P. 83.


[ii] Félix A. Mejía,Vía Crucis de un Pueblo. México:Editorial Veracruz, 1951, p 285; citado por William Wipfler, op. cit. p. 95.


[iii] Ver Antonio L.de Santa Ana, Misión Fronteriza: ApuntesHistóricos (1958). Ciudad Trujillo: Impresora Arte y Cine. P. 11. Citadopor William Wipfler, op. cit. p. 95.


[iv] Ver AnselmoBrache, Constanza, Maimón y Estero Hondo:Testimonios e investigación sobre los acontecimientos. Santo Domingo: Editora Taller, 1985.


[v]Ver suponencia del 16 de mayo del 2011, “Relaciones históricas entre laSanta Sede y el Estado Dominicano”. El Inciso 2 del artículoXXII del concordato dispone que en todas las escuelas públicas primarias ysecundarias se enseñe la religión y moral católicas según programas fijados decomún acuerdo con la competente Autoridad eclesiástica a los alumnos cuyospadres, o quienes hagan sus veces, no pidan por escrito que sean exentos.





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Publicado por Argelia Tejada Yangüela (Tejada Segor) en Por una República Dominicana laica, más justa e igualitaria el 3/12/2012 10:17:00 PM

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