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sábado, 2 de agosto de 2014
El "compadre" Manolo Tavarez Justo"
El “compadre” Manolo Tavárez Justo
Publicado el 20 de julio del 2014 - 1:05 am por elnacional
Doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, líder de la guerrilla de Las Manaclas.
PEDRO MENDOZA
Junio es el mes que junto a febrero y agosto, se lleva las más comentadas y analizadas conmemoraciones en la República Dominicana.
Pues aquellos hombres de plena reciedumbre moral y emocional que, sin temer las consecuencias de enfrentar el sanguinario régimen de Rafael Leonidas Trujillo se enrolaron en la expedición de aquel junio del 1959, se ganaron inequívocamente el derecho a que toda la nación reconozca y recuerde su sacrificio y valentía.
Pero aquel junio del ’59, que halló a un pueblo impermeable a aquel ideario de libertad y redención, no fracasó del todo.
El chín de gloria que conquistaron con su hazaña, no pudo ser disfrazado ni asfixiado por los malvados y bestias que los torturaron y asesinaron.
Y menos de un año después, en 1960, otros hombres tan valerosos como aquellos, recogieron su bandera y grito de redención y sin encogerse de hombros desafiaron al sátrapa, fundando el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, a la cabeza del cual estaba el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo).
Me he animado a escribir una especie de síntesis de mis recuerdos de aquellos años, porque cada año, para el 14 de junio, se publican artículos, se hacen editoriales y se ponen en circulación libros sobre aquel acontecimiento y, aún más, para enaltecer la heroicidad del líder del movimiento quien sin miedo al implacable dogma de la guerra fría, consistente en que debía morir inmediatamente quien ‘no estuviera a la diestra de Estados Unidos, asumió junto a muchos de sus compañeros la defensa del gobierno de Juan Bosch, derrocado el 25 de septiembre del 1963, sin embargo, sólo se destacan las actividades de Manolo en las grandes ciudades.
Su inmolación tiene el mérito de que se sublevó en noviembre de ese mismo año tal vez a sabiendas de que el camino de la historia de los pueblos, frecuentemente, no es más que una larga cadena de tramos improductivos.
Nunca he visto libros ni artículos de diarios, que hagan referencia a muchas de las actividades políticas que hiciera Manolo en distintos pueblos del país.
Por ejemplo, nunca se ha dicho que dijo Manolo en Altamira, mi pueblo, en octubre del 1962 en su discurso en el Club Marién; donde comió, quien lo recibió y a cuántas personas recibió que querían saludarlo.
En aquellos años, en Altamira la única familia identificada abiertamente con el 1J4 fue la familia Perrone-Polanco, sobre todo, los hijos de don Nicolás y doña Consuelo: Mateo, Musa y Loraine. Gente de clase media dedicada a la mediana empresa y a la agricultura.
Recuerdo que fueron esos jóvenes los que juntos a Santiaguito Domínguez, Zulema, su esposa, José Evangelista Moya, los hijos de don Efraín Felipe (Papi, Luis y Chito), Tino Peña y unos cuantos jóvenes más a quienes ellos nos congregaron en el parque para el recibimiento de Manolo aunque ya a su arribo había alrededor de 150 personas. Aún retumba en mi memoria las palabras de Manolo aquel día.
Por supuesto, las escribí para no olvidarlas: “La reacción, pretende hacemos creer que ella solita merece bienestar, que ella solita merece el beneficio del esfuerzo, del trabajo de todos y una vida digna y nosotros solo el garrote, la pobreza y la ignorancia.
Pero vamos a demostrarle a esa reacción insolente que contamos con el valor de batallar orgullosamente por alcanzar el sueno de vivir con decoro y de llevar el pan material a nuestra mesa y el pan del saber a nuestros hijos.”
Nunca he visto reproducidas esas palabras en los libros y artículos publicados sobre Manolo.
Desconozco si fueron recogidas por los periodistas, aunque lo dudo puesto que Altamira en aquella época era un pequeño pueblo de escasa importancia política y no tenía corresponsales de prensa. Tal vez por eso jamás se dijo a dónde almorzó y recibió a decenas de personas que fueron a saludarlo ese día en casa de los Perrone.
Ignoro por que Raúl Pérez Peña (Bacho), no dijo en su libro que los milicianos que integraban el Frente “Gregorio Luperón” pernotaban y comían en la finca de los Perrone en el Limón de Altamira y que era Mateo Perrone quien patrocinaba y coordinaba la entrega de aquel almuerzo.
Por el hecho de que esa familia fue tildada de “comunista” por ser ‘catorcista’, estuvo tan ‘vajiada’ que treinta días después de la toma de posesión de Balaguer en 1966, la casa fue requisada pulgada a pulgada por tropas policiales y del J-2 bajo el chivateo de que todavía en esa casa había armas ocultas de cuando la guerrilla de Manaclas y el Limón, tres años antes.
La fotografía de Manolo que aparece al lado de estos recuerdos, la tenía el matrimonio Parrome-Polanco en su dormitorio junto a una imagen del Corazón de Jesús.
Cuando la Policía tiraba todo al suelo, un sargento preguntó a don Nicolás: “Señor, ¿quién es el de la foto?” Don Nicolás respondió: “Pues, es mi compadre Manolo Tavárez.”
La tiró al piso, el vidrio se fracturó y el policía añadió: “Ese fue un gran hombre, pero se jodió por su vaina de comunismo.”
Ninguno de los sobrevivientes de la familia Perrone recuerda adónde le tomaron esa foto a Manolo ni quien la tomó.
Observe que él tiene un lapicero blanco enganchado en el bolsillo izquierdo de la camisa la cual parece de camuflaje y lleva una gorra tipo militar.
Manolo está de pie dentro de una casa de madera; detrás de Manolo se observa la porción derecha de la cabeza de una mujer y también una segunda mujer cuya mano derecha toca ligeramente su hombro derecho.
Ella tiene un anillo matrimonial en el dedo anular y Manolo tiene los brazos paralelos a su cuerpo.
Hace algún tiempo, Loraine Perrone me autorizó reproducirla y esa copia es la que reproduzco aquí. Ah, olvidaba decir, que tras el allanamiento pregunté a don Nicolás por que dijo que Manolo era su compadre sin serlo y su respuesta fue: “Bueno, fue tan gordo el susto que pasamos que me sa1ió ‘hacerlo’ mi compadre después de muerto.”
Creo que no está demás transcribir aquí dos estrofas que aún recuerdo, de unas copias que compuso Manuel Titica, decimero analfabeta altamireño, con motivo del discurso de Manolo cuando visitó Altamira en 1962.
Un curricán de gente
Aplaudió a don Manolo,
Cuando dijo que lucharía
Por la escuela y la comía.
Conté ai compadre Guanchito
Lo que Manolo había dicho,
Y dijo mi compai sudando:
“Ya ta ese comunita divariando”.
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