Palabras pronunciadas por el mayor general (Ret.) Héctor Lachapelle Díaz, Académico Correspondiente Nacional de la Academia Dominicana de la Historia, EL 19 DE MAYO del año 2010, en honor a los próceres que cayeron con las armas en las manos en el asalto al Palacio Nacional, el 19 de mayo de 1965.
FAMILIARES DE LOS HEROES DEL 19 DE MAYO DE 1965.
INTEGRANTES DE FUNDACIONES PATRIOTICAS.
MILITARES Y POLICIAS CONSTITUCIONALISTAS.
COMBATIENTES DE LA REVOLUCION DE ABRIL DE 1965.
DAMAS Y CABALLEROS:
Nos convoca en este lugar el hecho que el 19 de mayo de 1965, un grupo de hombres defensores de la soberanía nacional y que luchaban por restaurar la Constitución de 1963 y el Gobierno Constitucional del profesor don Juan Bosch, decidieron tomar el Palacio Nacional, en aquella fecha bajo el control de las fuerzas que adversaban a las Constitucionalistas, partiendo de la premisa de la importancia sicológica de la toma de este objetivo.
Entre esos valientes, que figuran en las páginas de la historia nacional murieron:
Coronel Rafael T. Fernández Domínguez, Ejército Constitucionalista.
Juan Miguel Román, líder del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4)
Ilio Capocci, Hombre Rana.
Euclides Morillo, Dirigente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) .
Ramón Tavares, Combatiente Constitucionalista.
José Jiménez, Combatiente Constitucionalista.
así como otros quizás no registrados en los anales patrios.
También es digno de tener presente que hoy es el “Día del Soldado Democrático”, instituido mediante ley promulgada por el Poder Ejecutivo el 22 de abril del año 2008, previo proyecto originado en la Honorable Cámara de Diputados.
Las generaciones actuales se preguntarán por qué mueren juntos, en la misma trinchera, militares y civiles.
La explicación es muy simple. Los unió, a los caídos el 19 de mayo de 1965, la decisión de alcanzar su objetivo o morir. Los unió, los principios que enlazan a mujeres y hombres cuando el país lo demanda. Los unió, la abnegación que no tiene límites. Los unió, los articulados de la Constitución liberal de 1963 y sus conquistas sociales, citando entre aquellos artículos, que “Cada familia dominicana deberá poseer una vivienda propia”. El “deber del Estado (de) garantizar a los agricultores un mercado seguro y ventajoso”. “Se reconoce el derecho de todos los dominicanos a la educación”. “Se declara de interés social la erradicación definitiva del analfabetismo”. “El Estado debe velar por la conservación y protección del individuo y de la sociedad”. “Se consagra la inviolabilidad de la vida”. Y como último ejemplo, en el Artículo 93 se lee: “La injerencia de los extranjeros en los asuntos políticos del país, es lesiva a la soberanía del Estado. Así mismo, los dominicanos que invocaren gobiernos o fuerzas militares extrañas para solución de las disputas internas, serán declarados violadores de la soberanía nacional y les serán aplicables las penas que la ley establezca”. Es por éstos, y otros artículos contenidos en la Constitución de 1963, que el pueblo se lanzó a las calles el 24 de abril de 1965, para luchar junto a los militares y policías constitucionalistas.
Se unieron estos hombres, porque cuando la Patria hace un llamado a sus hijos, éstos guían sus pasos por la senda nacional, seguros que llegarán airosos al final del camino o en cambio alcanzarán la inmortalidad.
Para que sigamos rompiendo a pedazos, haciendo jirones la conjura del silencio, y para los que tienen oídos pero no quieren oír, recordamos que luego de 38 años sin efectuar elecciones libres en el país, fruto de las diáfanas celebradas en 1962, al año siguiente subió las escalinatas del Palacio Nacional, con sencillez, pero con un aura democrática y honesta que le acompañó durante el desempeño de sus altas funciones y toda su vida, el extinto profesor don Juan Bosch.
Derrocado el presidente Bosch el 25 de septiembre de 1963, entre otros, por políticos frustrados y jefes militares ambiciosos que no obedecieron el deber que les imponía la Constitución de la República, 19 meses después, exactamente el 24 de abril de 1965, militares y civiles Constitucionalistas iniciamos uno de los hechos principales de nuestra historia republicana, derrocando al gobierno de facto El Triunvirato y enfrentando las fuerzas militares de Estados Unidos de América, en un ejemplo que en el mundo podrá ser emulado, más jamás igualado, donde el pueblo dominicano fue el actor principal, con sus mujeres y hombres luchando hombro con hombro contra los golpistas y contra los interventores.
De manera tan heroica, la Patria de Duarte, Sánchez y Mella, pudo defender con gallardía su honor, y sus muertos en calles, callejones, patios y en inmediaciones al Palacio Nacional, desafían aún desde sus fosas conocidas o no, con voces que parecen truenos y rayos que descarga el dios Zeus de la mitología griega, que “nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”, como lo expresara el Fundador de la República general Juan Pablo Duarte.
Por eso nos postramos ante aquellos héroes del 19 de mayo de 1965, que hoy nos observan desde el lugar que el Todopoderoso reserva a los que colocan sobre sus sienes los ramos de laurel, ramos tradicionales representativos de aquellos que triunfan, los mismos ramos que acompañan siempre al coronel Rafael T. Fernández Domínguez, PRESENTE. Juan Miguel Román, PRESENTE. Ilio Capocci, PRESENTE. Euclides Morillo, PRESENTE. Ramón Tavares, PRESENTE. José Jiménez, PRESENTE.
Todos ellos están hoy aquí, señalándonos, indicándonos el camino del honor. Ellos no cayeron en aquel lugar para ser borrados de la memoria del pueblo dominicano. Ellos se elevaron, se levantaron, alzaron vuelo y llegaron a la cúspide de la gloria.
Termino estas palabras, homenaje a los héroes del 19 de mayo de 1965, con esta afirmación extraída del Ideario del coronel Fernández Domínguez:
“La vida no vale la pena, si no es para emplearla en una empresa grande”.
Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.