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domingo, 30 de noviembre de 2014

Bosch 63: Evaluación de la CIA

CONVERSANDO CON EL TIEMPO|11 OCT 2014, 12:00 AM| POR DIARIO LIBRE Bosch 63: Evaluación de la CIA
Un memo de la CIA del 7/6/63 evaluó los 100 primeros días de Bosch en términos de seguridad. Sobre las reformas afirmaba: “El Presidente Bosch acertadamente considera que tiene una obligación popular de procurar una transformación radical de las condiciones políticas, económicas y sociales”, mediante “medidas compatibles con la Alianza para el Progreso, de manera significativa a través del incremento de la inversión extranjera privada (en preferencia a la ayuda oficial de EU) y regulaciones que aseguren una distribución de ingresos más equitativa. Para elementos privilegiados en la sociedad dominicana, el programa de Bosch parece claramente comunista. Con razón éste considera que la amenaza más inmediata al logro de su misión es la posibilidad constante de un golpe reaccionario. En tal circunstancia, ha sido increíblemente tolerante con las actividades de organización y agitación de elementos comunistas –en tanto no se dirijan directamente contra él. Alega que tomar medidas enérgicas provocaría una campaña de terrorismo urbano y resistencia guerrillera como la de Venezuela, obstaculizando el logro de sus fines constructivos”. “Entiende que la seguridad de su régimen depende finalmente del apoyo constante de EU, frenando a los militares dominicanos. Es nacionalista, orgulloso y astutamente consciente de la inconveniencia política de aparecer como un títere de EU. No está dispuesto a aceptar fácilmente consejos de EU en relación a su política respecto a las actividades comunistas. El peligro del comunismo no es inmediato, sino potencial. A pesar, es serio. Dada la actual libertad para organizarse y agitar, los comunistas estarán mejor preparados para explotar oportunidades futuras. Si, por ineptitud administrativa, Bosch no lograra satisfacer las expectativas de las masas dominicanas, o si fuera derrocado por un golpe reaccionario, los comunistas estarían en condiciones de tomar el liderazgo del movimiento revolucionario popular.” “Bosch ha pasado la mayor parte de su vida en el exilio. Es de los primeros contrarios a Trujillo, relacionado con la ‘izquierda democrática’ caribeña -el presidente Betancourt de Venezuela, los ex presidentes Figueres de Costa Rica y Arévalo de Guatemala, y el gobernador Muñoz Marín de Puerto Rico. Profesor y escritor, involucrado activamente en conspiraciones contra las dictaduras caribeñas. Sus actitudes políticas están condicionadas por esta experiencia. Ello lo ha preparado para actuar como un elocuente protagonista, pero no como un administrador eficiente de la cosa pública, o como un versado político en la conciliación de intereses políticos. Es un declarado revolucionario contra el orden tradicional en la sociedad caribeña. También un demócrata confeso –pero, como muchos nuevos gobernantes de países que no han conocido un gobierno representativo, su concepto de la democracia se basa en el apoyo de las masas a su liderazgo personal. A la luz de su experiencia caribeña, es muy suspicaz ante cualquier manifestación de oposición, e inclusive no está dispuesto a compartir el poder con colegas de cierto nivel.” Al triunfar con el 60%, doblando a UCN y controlando el Congreso, “hasta donde el proceso electoral confiere autoridad, Bosch tiene manos libres para lograr su propósito. La debilidad de su posición radica en que no tiene un control personal efectivo sobre las FFAA y la PN”. La CIA estimaba como “su logro principal” la nueva Constitución. “De conformidad con sus objetivos reformistas, el tenor de este documento ha sido muy inquietante para los elementos tradicionales privilegiados de la sociedad dominicana. La Iglesia, por ejemplo, se ha sentido ofendida por omisiones y disposiciones que afectan la separación de la Iglesia y el Estado. Cláusulas del borrador original sobre derechos de propiedad y relaciones obrero-patronales han sido modificadas de tal manera que dejan los detalles a una legislación futura”. Pese a mostrar “hostilidad hacia concesiones especiales a corporaciones extranjeras que considera van en detrimento de la soberanía dominicana, espera lograr el desarrollo económico y el mejoramiento social, atrayendo ante todo inversión extranjera privada”. Considera complementaria la ayuda oficial de EU, “una actitud muy rara en América Latina. Espera atraer la inversión privada equilibrando el presupuesto, pagando obligaciones pendientes en el exterior y por medio de un programa de obras públicas a ser financiadas a través de una línea de crédito recién obtenida con un consorcio” (Overseas). “En esto, lo han ayudado grandemente los actuales altos precios del azúcar”. En alusión al Consejo de Estado y a los cívicos, la CIA señala: “Juan Bosch apareció tarde en el escenario político dominicano. Mientras se encontraba seguro en el exilio, otros hombres, arriesgando su vida, soportaron la tiranía de Trujillo, la derrocaron e hicieron posible las elecciones libres que lo llevaron al poder. Como es natural, estos hombres resienten haber sido desplazados, así como las tendencias autoritarias de Bosch. Más aún, muchos de ellos están sinceramente preocupados por el rumbo político de la República Dominicana. La oposición derechista no representa amenaza política para Bosch. Fue derrotada en las elecciones de 1962. El partido conservador –Unión Cívica Nacional- parece se está desintegrando en una disputa entre sus alas derecha e izquierda. El peligro de la derecha para Bosch es que él no tiene control efectivo sobre las FFAA y la PN. Una movida militar para deponerlo podría estar instigada por civiles desafectos, que ven sus intereses creados amenazados por sus programas reformistas, o por la ambición personal de algún líder militar. El principal impedimento de tal movimiento es la reconocida actitud de apoyo de EU al gobierno constitucional.” “Por el momento, Bosch parece estar en buenos términos con el alto mando militar. Se ha comprometido a respetar su control sobre las FFAA y su ‘propina’, y ellos a su vez, a respetar su rol constitucional. Sin embargo, ninguna de las partes puede confiar totalmente en la otra; la relación es cautelosa e incómoda. El planteamiento tentativo de Bosch para la formación de una milicia campesina debe haber provocado algún resentimiento y sospecha entre los militares. Más aún, no está muy claro si el alto mando militar es capaz de controlar a sus subordinados”. Ese mismo día, 7/6/63, el embajador Martin envió un memo desmintiendo lo de las milicias: eran vigilantes para evitar la quema de caña. La CIA indicaba que la PN la controlaba el general Antonio Imbert, “una figura nacional por derecho propio”, que se había visto tentado a tomar el poder “para sí y ha sido disuadido sólo por extremas representaciones de EU”. Acotando que Bosch temía “a la ambición de Imbert, pero no se atreve a quitarlo”. En realidad, el héroe no tenía mando formal y su rango había sido otorgado por ley, siendo Belisario Peguero el jefe policial. Existía “una campaña de descrédito contra Bosch, acusándolo de cripto-comunista, empeñado en establecer una dictadura comunista, o de que su ineptitud conducirá a una toma del poder por parte de los comunistas”. Para la agencia no había evidencia de que fuera comunista. La acusación se infería de la acusación alternativa (la de ser tolerante), “de la cual Bosch sí es vulnerable”. “Sin embargo, la reciente propagación coordinada de este tema, sugiere un esfuerzo deliberado por ganar la aprobación de EU para un golpe militar contra Bosch. Desde que tomó posesión, ha permitido el regreso de un número considerable de líderes comunistas expulsados de la RD por el régimen anterior, el interino Consejo de Estado. Ha permitido completa libertad a estos hombres, entrenados y peligrosos, para sus actividades de organización y agitación –siempre y cuando sus ataques fuesen dirigidos al anterior régimen y no contra él- y en algunos casos hasta ha facilitado esas actividades”. Entre esos “peligrosos” estaba el poeta Pedro Mir. “Confiando en su propia fuerza popular, Bosch no ve ningún peligro para su régimen en esta actividad comunista. Quizá considere que su tolerancia demuestra esta fuerza y el carácter democrático de su mandato. Probablemente acepte alguna ayuda para desacreditar a la sociedad tradicional y algún respaldo potencial para resistir un posible golpe militar. Su propia explicación a su extraordinaria tolerancia es que aplicar la fuerza ante estas inofensivas actividades comunistas sólo provocaría el terrorismo urbano y la resistencia guerrillera como sucede en Venezuela (‘el error de Betancourt’), lo cual haría gran daño a su programa constructivo, cuyo éxito derrotará a los comunistas. No obstante, cuando algunos comunistas se atrevieron a convocar a una huelga de empleados públicos, la reacción de Bosch fue inmediata y efectiva”. Para CIA la reputada fuerza comunista era reducida, con cuatro grupos: 1) Partido Socialista Popular, “comunista ortodoxo”; 2) Partido Nacionalista Revolucionario, “comunista heterodoxo”; 3) Movimiento Popular Dominicano, “pro-castrista dominado por comunistas”; 4) Agrupación Política 14 de Junio, “pro-castrista infiltrado por comunistas”. Sumando “unos 4 mil miembros. Realizándose esfuerzos para agruparlos en un frente unido, pero hasta ahora, la Agrupación 14 de Junio ha evitado ser identificada con las demás”. La agencia concluía: “el Presidente Bosch comprende que la seguridad de su régimen depende finalmente del apoyo de EU para frenar a los militares dominicanos y que su tolerancia de las actividades comunistas es un tema sensitivo. Aunque puede adaptarse a las exigencias de EU en asuntos incidentales, no es probable que prohíba todas las actividades comunistas a menos que se convenza de que significan una real y directa amenaza para su régimen.” El 25 de septiembre, a las 7:22 AM, la CIA telegrafió escuetamente al Secretario de Estado: “PRESIDENT BOSCH HAD BEEN OVERTHROW BY THE MILITARY”. La ola anticomunista abortó el experimento del 63. JFK fue abatido dos meses después.

jueves, 13 de noviembre de 2014

El árbol de Virgilio

El árbol de Virgilio Por Giannella Perdomo Pérez. 13 de noviembre de 2014 - 12:09 am - 2 Comentarios Virgilio no conocía de hacer paradas en el camino de la lucha revolucionaria. Igualmente me lo confirmó Franklin Rancier, su amigo y compañero del faenar político, quien en una reunión familiar me comentara: “Virgilio estaba muy comprometido”. Siempre entendí que ¡solo los acontecimientos de un mortífero 12 de enero del 1972, cortarían las alas del vuelo irrepetible de este hombre! Giannella Perdomo Pérez Laboré 17 años en la Corporación Dominicana de Electricidad y 8 años en la UASD. Escribo quizás por genética o porque mis excelentes profesores ayudaron a desarrollar esta habilidad. Escribo como un hobbie, además de considerar la importancia en dilucidar temas que puedan beneficiar a la sociedad de nuestro país. No pertenezco a ningún grupo político y creo en Dios. Actualmente disfruto de la tercera edad y el retiro aplicado por mis años de trabajo en instituciones del Estado. La mañana fresca del otoño invitaba a un paseo relajado, sobre todo en lugares donde la posibilidad del asalto callejero no existiera. Pensé en los predios de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), lugares que no recuerdo la última ocasión de haberlos frecuentado, y allí, en las oficinas provisionales de la Junta Central Electoral, situadas en la Biblioteca Pedro Mir, aprovecharía para gestionar mi nueva Cédula de Identidad y Electoral. Me entusiasmó la idea de recorrer los pasillos por donde tantas veces transité como estudiante de la Escuela de Idiomas y secretaria de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura; volver a visitar el Decanato, mi otrora área de trabajo, además de contemplar de nuevo el mural dedicado a “Los Palmeros”, – ¡los muchachos!, como habitualmente les nombramos- Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón Polanco, Bienvenido Leal Prandy (Chuta) y Virgilio Eugenio Perdomo Pérez, así como también el de Amín Abel Hasbún. La vista exterior de la UASD se me antojaba que entraría a otro país. Penetré al campus por uno de sus accesos y definitivamente, con el enrejado de su contorno, resultaba diferente. El ir y venir de los estudiantes, con sus libros, celulares y demás enseres informáticos en manos, recreaban el paisaje.
El árbol de Virgilio Perdomo Pérez z Además de la ausencia de basuras callejeras – ignoro las condiciones físicas de muchas de sus facultades y dependencias- y el caos vehicular de la ciudad, los jardines lucían vestidos de flores; el sol radiante las bañaba y el medio ambiente resultaba acogedor y agradable, igual a reencontrarme con amigos de larga data. Frente al mural de “Los Muchachos”, me apenó ver las huellas del tiempo y su evidente deterioro. Sus nombres, muy perfilados, permiten identificarles. En la parte superior del mismo, próximo al rostro de Amín, hermoso el escrito de nuestro don Manuel del Cabral: “Hay muertos que van subiendo mientras más su ataúd baja”. ¡Reflexión y sentencia que vemos cumplir en el transcurso del tiempo! La explanada de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura me refrescó la memoria. Preferí no recordar los malos ratos allí vividos, debido a las intromisiones policiales y tantos atropellos por ellos cometidos durante las jornadas de lucha “Medio Millón para la Universidad”, (años 1969-1970), con fines de lograr un aumento del presupuesto de la Institución Académica, fundada mediante bula papal en el 1538, y reconocida por la corona española en el 1558. Previo permiso del bedel, subí a la segunda planta en la que busqué las oficinas del antiguo Decanato que una remodelación borró de su sitio anterior. Con la mirada, quise encontrar el lugar de trabajo de Quique – uno de mis compañeros de trabajo – que junto a él, en una de las tantas balaceras, nos refugiamos debajo de su escritorio para evitar que los proyectiles rasantes en las ventanas del ala este del edificio pudieran alcanzarnos. Esos ventanales, aunque no existen, perduran en mis recuerdos. No podía abandonar las áreas universitarias sin visitar el campo deportivo ubicado frente a la referida Facultad. En uno de sus laterales del sur, se encuentra aquel árbol, tan añejo como las luchas por las desigualdades sociales, e impasible a los años, aún desgarrándose poco a poco, se mantiene erguido, desafiando los embates de la madre naturaleza. Ignoro su nombre y a cuál rama botánica pertenece, razón por la que prefiero llamarlo “el árbol de Virgilio”. Virgilio Eugenio se encontraba en los meses difíciles de su persecución y aquel día recibí una nota para que nos reuniéramos “en el árbol frente a la Facultad, próximo a la esquina”. Sin duda alguna, ese sería un lugar idóneo para vernos, sin miedos de que aparecieran los intrusos y apresaran a mi hermano, experiencia desagradable harto conocida. Jamás imaginé que cobijándonos bajo su sombra, este árbol sería el cómplice de nuestro último encuentro. Mural de Los Palmeros Llegamos a la cita casi al unísono. Nos abrazamos y conversamos sobre la familia. El quebranto letal de nuestra madre le preocupaba grandemente lo que aproveché para pedirle hacer un alto en el camino. ¡Cuán ilusa e inconsciente le parecería! Cuando los hombres empeñan su palabra, no existen enfermedades ni situaciones adversas que valgan, solo lograr el objetivo de la palabra comprometida con sus compañeros, ¡y por la patria misma!, se constituyen en estandarte y norte de sus vidas. Virgilio no conocía de hacer paradas en el camino de la lucha revolucionaria. Igualmente me lo confirmó Franklin Rancier, su amigo y compañero del faenar político, quien en una reunión familiar me comentara: “Virgilio estaba muy comprometido”. Siempre entendí que ¡solo los acontecimientos de un mortífero 12 de enero del 1972, cortarían las alas del vuelo irrepetible de este hombre!
Virgilio Eugenio, próximo a tu cumpleaños, solo me resta decirte que tu árbol se mantiene erguido, firme y solitario, tal como llevaste a la tumba tu compromiso y tus palabras. Hermano querido, que importa si faltan unos días para reiterarte que siempre te quiero y desearte ¡Feliz Cumpleaños!