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sábado, 26 de septiembre de 2009

Hace 46 años fue derrocado Bosch y eliminado el ensayo de democracia


SANTO DOMINGO, DN.- Este viernes, 25 de septiembre, se cumplen 46 años del derrocamiento del presidente Juan Bosch.

El escritor de ficción, ensayista e historiador Bosch, entonces líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) fue electo en los comicios del 20 de diciembre de 1962, las primeras elecciones libres después de casi 32 años de la dictadura encabezada por Rafael Leónidas Trujillo, quien fue ajusticiado el 30 de mayo de 1961.

Bosch, un intelectual que se había marchado al exilio y vivió en Venezuela y Cuba, impulsó reformas políticas y económicas, auspiciando la aprobación de una Constitución liberal.
Desde el comienzo de su mandato, el 27 de febrero de 1963, el gobierno de Bosch y el PRD fue blanco de ataques y conspiraciones de parte de la extrema derecha dominicana y del gobierno de Estados Unidos, que tuvieron en la Iglesia Católica y otras iglesias unos aliados fundamentales.
El freno que intentaba poner Bosch a grupos militares corruptos, desautorizándolos a comprar equipos costosos para ganar comisiones ocultas; la libertad de participación para todas las ideologías y partidos (incluso los comunistas), el intento de reforma agraria, más las leyes laborales con tendencia a proteger los derechos de los obreros, terminaron por dar la excusa que necesitaban los conspiradores.
Mientras la Iglesia Católica auspició los llamados mítines de "reafirmación cristiana", algunos empresarios comenzaron a armar el plan conspirativo junto altos militares y a la embajada de Estados Unidos.
El golpe de Estado se materializó en la madrugada del 25 de septiembre de 1963, cuando un grupo de militares apresó a Bosch en pleno Palacio Nacional de la Presidencia.
De inmediato se instaló una dictadura bajo el disfraz de una junta gubernativa integrada por oficiales militares y por un grupo de pequeños partidos que se prestaron a la farsa.
Como cabeza del gobierno de facto fueron presentados Emilio de los Santos, Ramón Tapia Espinal y Manuel Tavares Espaillat. Por esta razón se le llamó Triunvirato.
El señor de Emilio de los Santos renunciaría poco tiempo después, asqueado por los crímenes políticos y los robos cometidos por personeros del gobierno golpista.
Bosch fue enviado al Puerto Rico junto con su señora esposa doña Carmen Quidiello.
De inmediato se desató una fuerte represión contra los políticos y ciudadanos en general de mentalidad liberal.
El líder del partido Movimiento 14 de Junio, Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) se fue a las montañas para intentar comenzar un movimiento de resistencia armada contra la nueva dictadura.
El grupo fue cercado y casi todos fueron asesinados de manera fría. La muerte de Manolo Tavárez conmovió al país, y provocó la renuncia del gobierno de facto del señor Emilio de los Santos.
Posteriormente se integró al Triunvirato el hombre de negocios Donald Reid Cabral, quien se convertiría en el jefe de Estado.
La corrupción y la represión aumentaron el descontento de la ciudadanía, y en abril de 1965 estalló una rebelión de militares que apoyan la reposición del gobierno legítimo de Bosch y el PRD.
La rebelión no logró su cometido porque el gobierno de Estados Unidos invadió la República Dominicana y, con el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA), auspició un cese al fuego y una negociación entre las partes. Con la presencia y el control de los invasores se organizaron unas elecciones viciadas en las que retornó al poder el dictador Joaquín Balaguer, que se mantendría a sangre y fuego hasta el año 1978.
Tomado de Clave Digital.

El LISTÍN ante el golpe de Estado al profesor Bosch

Sábado 26 de Septiembre del 2009, actualizado 1:58 AM

ENFOQUE
El LISTÍN ante el golpe de Estado al profesor Bosch
Silvio Herasme Peña - 9/25/2009







UNA POSICIÓN FIRME. DON RAFAEL HERRERA DEFINIÓ "ATERRADOR” EL CUARTELAZO DE 1963
Civiles y militares salieron a las calles a reclamar el retorno del profesor Juan Bosch al poder y pidiendo que se respete la Constitución.
Rafael Herrera

Santo Domingo.- El profesor Juan Bosch, en su condición de presidente constitucional de la República, había hecho una visita oficial a México en donde fue recibido con todos los honores por el presidente de turno doctor Adolfo López Mateo.

Luego Bosch revelaría que en ese viaje, el general Atila Luna insistía en que el gobierno comprara aviones ingleses por seis millones de dólares y que él se habría rehusado. “Mejor me corto el brazo antes que firmar una compra de aviones de guerra para un país con tanta pobreza”, diría Bosch posteriormente. El rechazo de Bosch a esa compra, que le garantizaba al jefe de la Fuerza Aérea una comisión generosa, agudizó la conspiración que se venía alimentando en cuarteles y púlpitos.

Inmerso en esa vorágine el país celebró el Día de Las Mercedes, consciente de que el régimen de libertades públicas inaugurado el 27 de Febrero del mismo año parecía vivir sus últimos alientos.

(Hay versiones bien sustentadas de que el coronel Rafael Fernández, a nombre de un grupo de oficiales, propuso a Bosch una acción militar para revertir la acción del golpe, pero que él se habría negado a esa reacción para evitar un ‘baño de sangre’).

Mientras los rumores sacudían al país, el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, con Manolo Tavárez Justo a la cabeza, apuraba la organización de lo que haría tan pronto se consumara el cuartelazo militar.

Al celebrar la efemérides de la invasión del 14 de Junio de ese año, Manolo había advertido que su organización sabía en donde estaban “las hermosas montañas de Quisqueya”, en alusión obvia a su decisión de iniciar una guerra de guerrilla de resistencia al golpe en cuya acción perdió la vida pocos días antes de la Navidad de 1963.

En un esfuerzo que resultó vano por desinflar la atmósfera cargada que angustiaba al país, don Rafael Herrera, director del Listín Diario con menos de dos meses en circulación, advertía sobre las consecuencias de una asonada militar que cercenaría las libertades públicas apenas dos años después de liquidada la tiranía trujillista.

Guardando los pequeños detalles, el Golpe de Estado de 1963 está configurado casi al carbón con la asonada que se produjo recientemente en Honduras contra el presidente Zelaya: oligarquía contra un gobierno liberal, iglesia y Fuerzas Armadas, amén de un gobierno liberal demócrata en Washington (Kennedy, en 1963 y Obama ahora).

El golpe ruge
Finalmente el 25 de septiembre en la noche, trascienden preocupantes rumores sobre la casa de Gobierno; el público detectó los aprestos militares y empezaron a llamar a los periódicos y a las pocas emisoras de radio que existían entonces. No hubo mención de la crisis política en la televisión (Radio Televisión Dominicana y Rahintel) que eran los canales de la época.

El estremecimiento, sin embargo, abarcaba a todos los sectores sociales. Estaba casi todo el personal en el Listín en donde llegaban los rumores hasta que, ¡rián¡ “Bosch está preso”, dijo una angustiosa voz a través del teléfono.

“Llamen a Landolfi a Palacio”, exclamó Jaime Lockward, el jefe de redacción, pero nuestro reportero en la Casa de Gobierno no estaba allí pese a la conmoción que hervía por toda la ciudad.

Creo que entonces se optó por enviar a Federico Henríquez Gratereaux (entonces administrador del Listín) o a Luis Ovidio Sigarán, quien se quedó en lo adelante como reportero en Palacio hasta después de yo salir del Listín en febrero de 1967.

Con el paso de las horas las informaciones se fueron aclarando hasta que se oficializó el cuartelazo con el famoso comunicado de las Fuerzas Armadas y las ‘fuerzas vivas’ de la nación: El Golpe de Estado había sido consumado “para salvar al país del comunismo”.

Lo curioso es que el país tomó un imaginario crayón rojo y fue cercenando el futuro de todo aquel que se involucró o aceptó el Golpe de Estado. Ellos no serían jamás líderes políticos con el respeto de la nación. Así, mientras aparecían gráficas de televisión o de diarios informando la entrada a palacio de líderes que apoyaban el golpe, el país los iba tachando: Viriato Fiallo fue el primero. Le siguieron Juan Isidro Jiménes Grullón, Mario Read Vittini, el general Ramírez, quien había vivido años en el exilio reclamando “democracia” en su país, pero cuando la vio aquí parece que se asustó.

Siguió en la lista Donald Reid Cabral quien había participado en la conspiración para matar a Trujillo el 30 de Mayo y que luego sería triunviro, no sobrevivió políticamente ni siquiera aliándose con su opositor consumado el doctor Balaguer en años posteriores.

Don Rafael parecía que visualizaba lo que venía y advirtió en términos muy graves a los líderes políticos de la época así como a jefes militares y al personal de las embajadas más influyentes de entonces. Lo escuchaban, lo leían pero fruncían el seño en rechazo de la voz que clamaba angustiada que evitaran el colapso de la sociedad.

En la mañana del golpe de Estado la redacción amaneció dividida entre los pro-golpistas y los antigolpistas. Virgilio Alcántara, Luis Reyes Acosta y quien esto escribe, aparecimos de repente como conscientes antigolpistas. Otros compañeros ñque prefiero no mencionar porque algunos han muertoñ opinaban de manera favorable a la asonada militar. Las discusiones fueron intensas y apasionadas.

Don Rafael en circunstancias como la del Golpe Militar parecía sufrir intensamente. Se tomaba las gafas y las mordía; se desarreglaba el cabello y se lo volvía a arreglar... era un nerviosismo contagioso, iba a escribir y quería elaborar letra a letra lo que iba a escribir. Nunca lo había visto tan angustiado, pero tampoco habló nada con nadie.

Finalmente el editorial se produjo, se compuso, se corrigió y se pegó. Qué decía ese editorial, no lo sé, porque cuando lo escribió ya yo había salido del diario esa noche convulsa y me fui a recluir a casa de la Julio Verne 14, a una cuadra del Palacio Nacional. Pero al otro día todo comenzó a saberse porque el editorial de don Rafael nunca se imprimió debido a que alguien, con mucho poder en el Listín, nada menos que el presidente de la empresa, don Baby Ricart, lo arrebató de la “emplanación”.

El editorial sobre el Golpe lo escribió Federico Henríquez Gratereaux, hasta donde recuerdo.

Don Rafael se indignó y se fue a su casa para no volver, pero simultáneamente comenzó a fraguarse una reacción a favor de don Rafael, incluyendo a Felipe Vicini (creo que accionista de la empresa), a quien Virgilio y yo encontramos en la habitación de don Rafael cuando fuimos a expresar nuestro respaldo al director.

O VUELVE O NO HAY LISTÍN
“O usted vuelve o no hay Listín”, fue mi emplazamiento rotundo a don Rafael; Virgilio me apoyó y Herrera dijo que se dedicaría a escribir una especie de “Hoja” que haría circular sustentando sus posiciones contra el Golpe de Estado. El editorial objetado nunca lo vimos, pero qué podía decir don Rafael, nada menos que reiterar lo que ya había advertido; que ese cuartelazo era un acción terrible para la institucionalidad del país, que traería ñcomo trajoñ grandes episodios de división en la familia dominicana y que la ambición demostrada por los golpistas lo destruiría a ellos mismos. No sé si lo decía de esa manera, pero sería un emplazamiento lógico teniendo en cuenta los criterios de don Rafael. Nada más, nada menos.

Sobre todo si usted evalúa lo que dijo en los editoriales posteriores al incidente con don Baby, sobre el fatídico Golpe una vez resuelto el impasse gracias al apoyo irrestricto que le ofreció Tuturo Pellerano a don Rafael. Un apoyo ñhasta donde recuerdoñ sin dubitación y hasta el último de sus días. La circulación del Listín, previo al golpe oscilaba entre seis y ocho mil ejemplares. Era la época que Rafael Bonilla Aybar (Bonillita) lo tildaba de ser “La Nación de lujo”, porque mantenía una línea de respeto a la institucionalidad mientras él recorría el país siendo el vocero principal de los llamados “mítines de reafirmación cristiana”, de inspiración golpista. El primer editorial del Listín sobre el Golpe, escrito por Federico Henríquez, fue frío, formal, guabinoso y sin definición sobre el hecho.

Pero una vez regresó don Rafael la voz del periódico se elevó; tronó y advirtió de los males que traería al país ese hecho falaz. La voz del Listín se convirtió entonces en la voz de la nación y el país lo asumió como su vocero legítimo.

Se comenzó a aceptar al Listín y compenetrarse con sus posiciones. La circulación creció constantemente ya que la conmoción social de la guerrilla en donde murió una casta especial del 14 de Junio con Manolo Tavárez Justo a la cabeza y el proceso de reacción popular que provocó exilios, presos y muertos. La oficina de don Rafael se convirtió para entonces en un confesionario por donde pasaban todos aquellos que le revelaban sus secretos y que él guardaba con celo sacerdotal. El 1964 bien debería llamarse el año de Unachosin (Unión Nacional de Choferes Sindicalizados), de orientación perredeísta y que se convirtió en el portaestandarte de la lucha contra el Triunvirato, y su peor dolor de cabeza.

El vaticinio de Bosch de que en el país “un golpe de Estado duraría menos que una cucaracha en un gallinero”, se acercaba y así fue en términos históricos, pues en menos de dos años el Triunvirato y todo el liderazgo político y militar que promovió el cuartelazo del ’63 fue arrasado inmisericordemente por las masas en el 1965.

Bosch y el Listín emergieron victoriosos de esa intensa lucha social que produjo los acontecimientos de Abril. Pero esa es otra historia y la contaré mas adelante.

UNA POSICIÓN QUE REPERCUTIÓ DENTRO Y FUERA
El siguiente es el editorial de don Rafael Herrera publicado con su nombre en el Listín el día 26 de septiembre, al otro día del golpe de Estado al gobierno constitucional del profesor Juan Bosch a los siete meses de inaugurar su mandato.

Estas líneas de don Rafael reflejan la angustiosa situación que vivía el país como resultado de esa acción cívico-militar.

“Los hombres que hoy tienen en sus manos las riendas del poder de la República Dominicana han contraído una responsabilidad aterradora.

Pocos se hubiesen atrevido a contraerla.

Estos hombres han cometido un acto claramente ilegal.

Han irrumpido violentamente en el orden jurídico dominicano.

Han desmoronado la Constitución, base y principio de ese orden jurídico.

Y en su lugar han establecido otro, valiéndose de la fuerza.

Eso es dicho, pura y llanamente, lo que ha sucedido. Negarlo sería pueril. Hay casos, sin embargo en que puede justificarse esa irrupción violenta con el derecho. Los hombres que hoy tienen en sus manos las riendas del poder en este país lo saben.

Y porque lo saben se justifican en el manifiesto que dirigieron el pueblo, inmediatamente después de contraer su aterradora responsabilidad.

Hay un viejo dicho, en casi todas las lenguas civilizadas que puede aplicarse a esta situación.

En la nuestra lo expresamos así: “Lo que está hecho, hecho esta”.

Es el “fait acompli” de los franceses.

El hecho consumado. Nosotros tenemos la fórmula con la cual pudiera justificarse el hecho consumado. Es muy sencilla.

Consiste simplemente en que los hombres que han subvertido el orden jurídico dominicano cumplan lo que prometen.

Consiste en que lleven a práctica las promesas que han hecho en el manifiesto que dirigieron al pueblo. La historia solo podría justificarlos si convierten realmente al estado dominicano en un estado de justicia y equidad.

Si respetan los derechos humanos, civiles y políticos entre ellos los de libre expresión de pensamiento, reunión y asociación.

Si conservan y aumentan las conquistas que han logrado en los últimos tiempos las clases trabajadora.

Si protege a los industriales, los banqueros y los comerciantes.

Si trabajan incansablemente por elevar el nivel de vida de nuestro empobrecido pueblo.

Si luchan con inteligencia contra el comunismo, presentándole la batalla de la mejor manera que puede presentársele: luchando día y noche contra la miseria, las enfermedades, el hambre, pues solo donde hay enfermedades, hambre y miseria progresa el comunismo.

Si preparan el camino para que el pueblo dominicano pueda expresar de nuevo su voluntad en las urnas.

Y se muestra generoso –jamás punitivo ¡jamás!– con los vencidos.

Solo así podrá justificarlos la historia.

Así solo podrá justificarlos el pueblo”.

Veganos de la raza inmortal

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Veganos de la raza inmortal

Viernes, 19 de Junio de 2009 17:46 César Arturo Abréu F.

Enrique jiménez moya

La Concepción de La Vega, desde siempre gentil y estudiosa, se ha caracterizado por haber aportado al espíritu de la nacionalidad dominicana, derroteros de luz y recios puntales donde afianzar su destino. El sacrificio e inmolación de muchos de sus hijos en los campos de batalla, ha sido uno de esos puntales.

En esta oportunidad, deseamos destacar los nombres de los veganos que participaron en la Gesta Gloriosa del 14 de Junio del 1959, acontecimiento que catalizó la caída del tirano Rafael L. Trujillo, propiciando así que nuestra Patria retomara el camino que le habían trazado Duarte y los demás forjadores de la dominicanidad.

Esta gesta consistió en dos expediciones armadas que llegaron al país procedente de Cuba: una por vía aérea a Constanza, a las 6:25 de la tarde del domingo 14 de junio del 1959; la otra por vía marítima, el sábado 20 del mismo mes y año por las playas de Maimón y Estero Hondo. He aquí sus nombres: CONSTANZA

José Antonio Batista Cernuda (Chefito). Tenía 23 años. Comandaba un grupo de 14 hombres luego que se

separó de Jiménez Moya. Fue hecho prisionero y fusilado el 28 de junio cuando se rebeló en Arenoso, El Río. Escribió el Diario de la expedición. Su nombre lo lleva una calle. Leopoldo Jiménez Nouel. De apenas

19 años de edad. Hecho prisionero en El Corocito, Jarabacoa el 22 de junio; llevado a Constanza y posteriormente fusilado. En Jarabacoa, de donde era natural, una tarja indica el lugar donde fue llevado prisionero.

Alcibíades Antonio Tavarez Pekín (Pijín). De origen humilde, oriundo de Soto, La Vega. Hecho prisionero junto a Jiménez Nouel, con quien corrió la misma suerte. Tenía 43 años. La antigua carretera de Soto lleva su nombre.

MAIMÓN Y ESTERO HONDO José Horacio Rodríguez Vásquez. Comandante de los dos desembarcos. Abogado, con especialidad en la Universidad de Harvard. Murió en acción en Maimón cuando una ráfaga de la aviación le hirió de muerte en el costado y en el vientre. Tenía 50 años de edad. Una de las principales

avenidas de La Vega lleva su nombre. Pedro Antonio Jiménez Casado (Pipilo). Desembarcó por Estero Hondo.

Una calle fue designada con su nombre. José Caonabo Lora Baria. Abogado. De 34 años de edad. Vino por Maimón.

Una calle lleva su nombre. Manuel A. Lorenzo Carrasco (Manolo). Nacido en La Vega de padre español Tenía 34 años. Llegó por Estero Hondo. Al ser alcanzado por los soldados que le perseguían de cerca, se inmoló haciendo estallar una granada, matando consigo a sus perseguidores. Permanece desconocido para la mayoría de los veganos. Una calle debería llevar su nombre.

Juan José Mateo Adames. Desembarcó por Maimón. Una calle lleva su nombre.

Eugenio A. Grullón González. Vino por Maimón. Oriundo de El Caimito, La Vega; de 38 años de edad. Había sido oficial de la policía antes de irse al exterior y enrolarse en la expedición.

Se entregó en Laguna Salada con los zapatos rotos. Llevado a la fortaleza San Luís de Santiago, donde fue torturado con un bastón eléctrico. Cuando protestó le dieron un culatazo que le hizo brotar un ojo, que le quedó colgando en el pómulo. Le tomaron una foto que enviaron a Ramfis. Esa misma noche lo estrangularon los miembros del SIM. Espera el reconocimiento de los veganos.

Es importante consignar que los que no murieron en combate fueron salvajemente torturados y asesinados por órdenes de Trujillo. Como puede apreciarse, La Vega aportó once héroes y mártires a la pléyade de la Raza Inmortal, incluyendo a Manlio Bobadilla Matos, quien perdió la vida accidentalmente cuando explotó una granada durante entrenamientos posteriores que se efectuaban en el Campamento San Julián en Madruga, Cuba, tratando de organizar una nueva expedición. Una calle lleva su nombre. En su memoria, dejemos constancia de nuestra gratitud, rememorando estas estrofas del Himno del 14 de Junio: Llegaron llenos de patriotismo, enamorados de un puro ideal, y con su sangre noble prendieron la llama augusta de la Libertad. Su sacrificio, que Dios bendijo

la Patria entera glorificará como homenaje a los valientes que allí cayeron por la libertad.

domingo, 20 de septiembre de 2009

El surgimiento del Movimiento 14 de Junio

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By HSG - Posted on 16 June 2007
El surgimiento del Movimiento 14 de Junio
Con el fin de desencadenar la lucha contra la tiranía trujillista, en la segunda mitad de 1959 se constituyó, en gran parte del territorio dominicano, una organización clandestina que terminó siendo denominada Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Como avance de un estudio general, en este artículo se analiza una de las tantas organizaciones que convergieron como producto de las expediciones de junio de 1959. Junto a la profundización de rasgos generales del Movimiento se advierte la heterogeneidad de sus organizaciones, producto de la diversidad de relaciones sociales en los distintos entornos regionales del país, así como de la fragmentación que se desenvolvían los núcleos conspirativos. Desde el momento en que los documentos son escasísimos, la historia germinal del 14 de Junio solo es factible de realizarse sobre la base de entrevistas, procedimiento que comporta la ventaja de incorporar las motivaciones y consideraciones subjetivas de los protagonistas.

1J4
A lo largo de la dictadura de Trujillo, la ciudad de Puerto Plata era reconocida como arquetipo de la disidencia. Por esto las expediciones desde el exterior procuraban desembarcar en sus cercanías. No fue casual que la única incursión contra Trujillo antes de 1959 se hiciera en la provincia, por Luperón, el 19 de junio de 1949, en base a acuerdos con la organización clandestina denominada Frente Interno, que tenía su principal base en Puerto Plata. En esa ocasión, víctimas de un agente provocador, fueron detectados los dos jefes puertoplateños del Frente Interno, Fernando Suárez y Fernando Spignolio, quienes perecieron después de ser cercados y haber ofrecido heroica resistencia durante toda una noche. En los días subsiguientes, más de veinte de los conjurados fueron asesinados. Un golpe tan demoledor impidió que volvieran a formarse grupos organizados en la ciudad, pero el descontento generalizado se mantenía incólume.
Trujillo reaccionó ante la hostilidad puertoplateña castigando a la ciudad, la cual quedó en un excepcional estado de abandono, casi comparable a los de Monte Cristy y Sánchez. Los importadores eran presionados para que utilizaran los servicios navieros del dictador, que se llevaban a cabo a través de la capital. Por eso, fue desmantelado el Ferrocarril Central y dejaron de llegar al puerto varias líneas de buques, desapareciendo las empresas consignatarias o trasladándose a Santo Domingo. Puerto Plata, empero, seguía considerada "ciudad industrial" por la existencia de unas pocas empresas, como Brugal y Co., la Fábrica Nacional de Fósforos de la familia Ariza, una fábrica de pastas propiedad de norteamericanos y luego la Chocolatera Industrial. Pero, en el fondo, la clase burguesa había sido minimizada a causa de haber sido duramente agredida por Trujillo, que se había apropiado de amplios patrimonios, como fue escandaloso con los de la familia Batlle.La situación era tan especial que la burguesía tenía una posición generalizadamente antitrujillista. El origen de esa actitud es previo a la agresión económica del régimen, y su magnitud inusual se explica precisamente por dicha posición, que cabe situar en parámetros de identidad social, en lo que seguramente intervenían los conceptos sobre la "sociedad de primera." Por supuesto, al igual que en todas partes, los burgueses tenían que simular adscripción al régimen, aunque este no se preocupaba en especial de situarlos en posiciones del aparato público en Puerto Plata.

Pese a tal unanimidad opositora y a tantas agresiones del tirano, la porción prestigiosa de la burguesía se había retraído de toda forma de acción, en virtud de un conservadurismo consustancial, entendible tanto desde el punto de vista de los criterios políticos como de la cautela extrema ante el régimen y ante cualquier acto sedicioso. Así las cosas, el tirano ni se preocupó por estorbar las actividades del Club del Comercio, foco de la "sociedad de primera", que en Puerto Plata tenía uno de los modus operandi más excluyentes del país.
La gran excepción en el antitrujillismo beligerante entre los de primera se encontró en un grupo de notables, profesionales liberales e intelectuales, reconocidos como desafectos, entre quienes sobresalían José Augusto Puig, Pin Pelegrín, Germán Ornes, Rafael del Valle y Carlos Grisolía Poloney. Eran por igual de mentalidad conservadora, pero algunos como Puig trataban de estar en todas las conspiraciones. Este conglomerado de amigos ostentaba una suerte de representación virtual de la generalidad de la población, que no se expresaba, sobre todo de los círculos socialmente prestigiosos.
Se comprende que la base social activa del régimen fuera minúscula, compuesta esencialmente por burócratas de clase media, quienes tenían vedada la participación en los aludidos mecanismos de socialización. Eran unos cuantos carreristas que se tornaban fanáticos al haber accedido a una diputación o a puestos pobremente remunerados en la seccional de la Confederación de Trabajadores y otras agencias gubernamentales. Una parte de los integrantes de estos trujillistas provenían de la masa del pueblo, cuyos rangos mayoritarios son catalogados por los entrevistados como trujillistas, a causa de su ignorancia, con bastante más intensidad por ende en el campo que en la ciudad.
Esto último no tenía nada de raro en el país, aunque en verdad en Puerto Plata ofrecía connotaciones dignas de aclararse. En la ciudad, aunque la base de la oposición activa se hallaba en la precaria clase media, había sectores amplios de los trabajadores imbuidos del antitrujillismo, sobre todo los de cierta tradición urbana y con un mínimo grado de instrucción. En el campo, aunque la inmensa mayoría se reconocía por la adherencia al régimen, los conspiradores siempre contaban con personas de confianza, ya que existían franjas de "desafectos", aun fueran reducidas. Según argumenta Samuel Arias, estos opositores pertenecían a estratos no muy desfavorecidos del campesinado, con un "concepto" que los diferenciaba de los pobres más típicos. Lo interesante es que, con todas las especificaciones de lugar, no eran raros los campesinos y otros pobres dispuestos a correr riesgos; la mayoría opositora, como es lógico, seguía paralizada por el miedo.

En Puerto Plata existían, por ende, las condiciones para que, en el Movimiento 14 de Junio, se diera el caso límite de confluencia simultánea de trabajadores y campesinos junto a burgueses. Esto puede haberse debido a los efectos genéricos del prototipo cibaeño de conexión entre clases sociales, puesto que tendencias similares se encuentran por igual en Monte Cristy y Santiago, en cuanto a trabajadores, o en Moca y Salcedo, a campesinos. Pero debe agregarse como factor crucial la excepcional retroalimentación del espíritu opositor.
Ahora bien, aun en este panorama de oposición de espectro inusual, la formación del 14 de Junio correspondió a jóvenes de clase media, aunque había asimismo algunos de la burguesía. Los promotores se reconocían ante todo por pertenecer a familias irreductibles de enemigos. Era el caso de Fernando Cueto, hijo de Fernando Suárez, líder del Frente Interno, caído en combate como se ha visto. Por lo que refieren los testimonios de Cueto y Juan Carlos Morales, entre los promotores tempranos de lo que vendría a ser la seccional puertoplateña del 14 de Junio, aparte de ellos dos, sobresalieron Germán Silverio, Gerónimo Escaño y Odalís Cepeda.
Es presumible que ellos, que hasta entonces se limitaban a conversar, decidieran activarse a partir del triunfo de Castro en Cuba, tornándose junto a quienes los siguieron, como en todo el país, en partidarios del paradigma revolucionario. Empero, no incorporaban matices ideológicos definidos de ningún tipo. No se consideraban izquierdistas ni tenían noción alguna de marxismo o socialismo. Aspiraban a la caída de la dictadura y al establecimiento de un gobierno democrático, que de acuerdo a Juan Carlos Morales coadyuvara a mejorar la calidad de vida y a insuflar dignidad al pueblo. En tal sentido, los entrevistados perciben retrospectivamente una sólida homogeneidad de su conglomerado. No se habían orientado hacia la izquierda pero tampoco tenían en su seno el equivalente de una oposición conservadora. En vida de Trujillo no se registró ningún debate político o ideológico intestino entre los puertoplateños. Quizá dicha homogeneidad explica que en su buena mayoría se reincorporaran al 14 de Junio cuando pasó a funcionar en la legalidad tras la muerte de Trujillo. En este destino se revela una inclinación izquierdista, tenue y no racionalizada, ya lograda bajo la dictadura, contrastante con la postura de los profesionales notables, quienes pasaron a la larga a constituir el núcleo duro de la Unión Cívica Nacional.

En base al objetivo enunciado, a inicios de 1959, decidieron la creación de una organización dirigida a respaldar la previsible expedición. Para esto se pusieron de acuerdo fundamentalmente Silverio, Cueto y Morales, quienes tomaron las decisiones básicas incorporando a otras personas de confianza con las que venían conversando acerca de dicho propósito. Ante todo determinaron el material humano con el cual trabajarían, desechando la idea de conquistar a los notables, suponiendo que no aceptarían acompañarlos por considerarlos muchachos inexpertos. Adicionalmente, les interesaba en especial reclutar a quienes estuvieran en disposición de empuñar las armas al margen de ubicación social, nivel educativo o cualquier otro indicador, a no ser el de la edad: no debían ser maduros, pero tampoco demasiado jóvenes, ya que estos últimos podían cometer indiscreciones.Antes de proceder a la formación de la organización, se constituyeron como comité de dirección, organismo en el cual integraron al doctor Antonio Vásquez y a Rafael Arzeno, dos de los pocos de mayor edad y de cierta prestancia social en el colectivo. No había jerarquías internas ni posiciones en dicho comité, aunque más adelante designaron a Silverio como "representante", ya que como universitario tenía mayor libertad de movimiento por el país, sin levantar sospechas. La incorporación de Vásquez y Arzeno no subsanó el hecho de que tuvieran un menor grado de involucramiento en las tareas prácticas, lo que no deja de constituir una señal sobre la fisonomía juvenil del colectivo.
En los primeros meses de 1959, a secuela de las iniciativas de este comité, quedaron estructurados varios grupos de acción de la organización clandestina. Se formaban por instancias del comité, el cual designaba al responsable y este entonces procedía a integrar a la gente de confianza, para en lo adelante operar con cierta autonomía. En esos meses quedaron formados los siguientes grupos:
-El dirigido por Odalís Cepeda, que incluía trabajadores de la Chocolatera Industrial. Este grupo estaba considerado muy sólido y tenía asignada tareas de sabotaje.

-El del Ingenio Monte Llano, cuyo responsable era Leonardo del Valle, químico en esa empresa. Del Valle es catalogado por sus compañeros como un sujeto de gran seriedad y fue ejecutado en El Nueve, antro de torturas.
-El grupo de Sosúa, que tenía por coordinador al doctor Alejo Martínez, uno de los luchadores más firmes de la provincia. Se reunía donde Victoria Vda. Arzeno. Martínez fue asesinado en un incidente callejero durante la lucha contra los remanentes de la dictadura, a mediados de 1961.
-El grupo de Imbert o Bajabonico, dirigido por el doctor Virgilio Reyes.
-El de la zona baja de la ciudad, dirigido por Félix Lahoz, uno de los escasos integrantes del Frente Interno de los años cuarenta que se insertó en el 14 de Junio.
-El colectivo de mujeres, bajo el control directo del comité y específicamente de Fernando Cueto. Tenían las damas por encomienda conseguir dinero y medicinas y confeccionar mochilas para la proyectada guerrilla. Se encontraban ahí, entre otras, Aída Arzeno, Ana Valverde Vda. Leroux, Argentina Capobianco, Italia Villalón, Elena Abréu, Carmen Jane Bogaert de Heinsen y Miriam Morales.Más adelante, en la segunda mitad del año, se conformaron nuevos grupos, entre los que, aparentemente, sobresalieron tres, cuyas ubicaciones en parajes montañosos revelan la prioridad que se pasó a conceder a la guerrilla:
-El de Yásica, dirigido por Jesús María Alvarez (Boyoyo), que tenía la encomienda de conseguir los contactos que permitieran el levantamiento guerrillero, por lo que constaba de campesinos.
-El de Luperón, dirigido por un apellido Vargas, en que también había campesinos.
-El grupo de El Mamey, también uno de los más sólidos, dirigido por unos mellizos primos de Luis Gómez.
El ideal era que cada grupo operase como una unidad operativa con fines insurreccionales. Por eso no debían ser muy pequeños ni muy grandes, esto último por el peligro del espionaje. Quizá el promedio de integrantes de cada grupo era de unos diez integrantes; no obstante no había un número fijo, ya que no respondían a una estructura al estilo de La Trinitaria, como pensaron los agentes del Servicio de Inteligencia Militar, que erradamente extrapolaron la directriz en otras organizaciones. No había un criterio organizativo definido, dada la inexperiencia, operando de acuerdo a la fuerza de la inercia y de las circunstancias momentáneas. El grupo era más bien una unidad de combate, que no se reunía en plenaria, a no ser raramente, y que dependía por completo de las orientaciones de los responsables o de dos o tres de los más constantes, al tiempo que estos se subordinaban por completo al comité.

Llama la atención que los grupos estuvieran localizados fuera de la ciudad, con excepción de los dirigidos por Cepeda y Lahoz y el de las mujeres. Se infiere de ahí que el resto de personas estaban relacionadas por vínculos personales, pues varios de los presos en enero de 1960 residían en la ciudad.
Logrado el nivel referido de organización, se plantearon los objetivos, destacándose una serie de acciones de sabotaje. Fue una preocupación constante proveerse de armas cortas, a fin de tener un medio de protección cuando se realizasen dichos operativos. Al efecto, algunos de los más beligerantes hicieron rudimentarios ejercicios de entrenamiento militar en una residencia suburbana; ahí se destacaba Gerónimo Escaño, ex-militar, de valentía a toda prueba y de gran disposición al combate, al grado que pereció en el levantamiento guerrillero de noviembre de 1963.
Con esos antecedentes, fue casi por ósmosis que el colectivo puertoplateño se sumó al resto del movimiento nacional en gestación, a partir del contacto establecido por Juanchi Moliné, nativo de la ciudad y amigo de varios de los miembros del comité. Tras un contacto preliminar, hacia el mes de septiembre, se determinó la visita a Puerto Plata de Manolo Tavárez, principal organizador a escala nacional, acompañado de Cayeyo Grisanty, coordinador de Santiago, y de Leandro Guzmán. Tras ello, se selló el acuerdo tomado en el comité de Puerto Plata de sumarse a los trabajos nacionales. Los contenidos políticos que fueron planteándose en lo adelante contribuyeron a solidificar esta integración, como la adopción del programa de los exilados del Movimiento de Liberación Dominicana.
(¯`·.¸¸.·.Quisqueya la bella,tierra de mis amores.·.¸¸.·´¯)

Discurso de Manuel Tavárez Justo en el Parque Colón de la Ciudad Capital

http://www.cedema.org/ver.php?id=3494

Discurso de Manuel Tavárez Justo en el Parque Colón de la Ciudad Capital
Fecha: 1961 09 14
Grupo: Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4)
País: Rep. Dominicana
Categoria : Comunicado
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DISCURSO PRONUNCIADO EN EL ACTO CELEBRADO POR EL 14 DE JUNIO EN EL PARQUE COLÓN DE LA CIUDAD CAPITAL

14 de septiembre de 1961

Querido pueblo Dominicano:

El período histórico que a partir del 30 de mayo de este año se inicia para el pueblo dominicano, puede ser decisivo. De los hombres dignos, serios y honrados de este pueblo, que han asumido la responsabilidad de orientarlo, depende el veredicto de la Historia: LIBRES O ESCLAVOS. No queda otra alternativa.

La Agrupación Política 14 de Junio, consciente de la gravedad de este momento en la vida nacional, jura de pie ante Dios, ante la historia y ante el pueblo dominicano, su compromiso con las presentes y futuras generaciones del país de ser: ¡LIBRES O MORIR!

Libres sobre una tierra libre y soberana, ¡hermoso ideal jamás alcanzado por el pueblo dominicano! Ni siquiera en los paréntesis de nuestra historia política, creados entre el paso de una dictadura militar a otra; porque si bien adquiríamos momentáneamente el ejercicio de nuestros más elementales derechos: libertad de expresión, libertad de asociación, entre otros, permanecíamos como permanecemos aún, siendo esclavos del hambre, de la miseria económica, del desempleo, de los privilegios, de los latifundios, de los monopolios comerciales e industriales, de la ignorancia.

Esclavos en cuerpo, alma, inteligencia y espíritu, sobre una tierra que cuando no era de unos cuantos de entre nosotros mismos, era esclava de España, era esclava de Francia, era esclava de Haití, era esclava de Norteamérica.

¡Oh, Quisqueya! Por esas trágicas peculiaridades de tu destino histórico, alguien con propiedad te llamó una vez y te llama todavía: “La Viña de Nabot”. Porque sobre tu suelo se han desatado en nefasto contubernio, todas las fuerzas negativas y reaccionarias, en pos de las riquezas de tus entrañas, de tus bosques, de tus montañas, de tus valles, de tus ríos, saqueándolo todo, profanándolo todo y abonando con la carne y la sangre de tus hijos mártires, que caballeros del deber y del ideal han sabido defenderte, cada pulgada de tierra bendita y fascinante. Fuerzas negativas y reaccionarias, he dicho y debo explicarlas, para que se me entienda bien. Ya que la presencia del 14 de Junio en una tribuna política no tiene otro objetivo que orientar, que educar, que instruir al pueblo, para que al través de un diálogo franco, sencillo y claro, lleno de verdad, que brota emocionado del fondo del corazón, porque nace de la profunda convicción de que sólo al través de esta larga conversación de hermanos podremos entendemos bien, identificarnos más, y estar cada vez más cerca, cada vez más fuertes, para emprender unidos para siempre, sin vacilaciones, sin desconfianzas y sin temores, el camino de la lucha política que habrá de conducimos a la meta soñada por todos: la redención del pueblo dominicano, por la definitiva liberación de los males que vienen condicionando su destino histórico.

Las fuerzas negativas y reaccionarias de este país, como en todas partes, están representadas por el poder político, económico y militar, detentado por un grupo de familias que desde el inicio de nuestra historia colonial, con distintos nombres y apellidos, vienen explotando inmisericordemente al pueblo dominicano. Y para el logro de fines tan repugnantes a la conciencia moral cristiana, han empleado todos los métodos científicos del engaño y la opresión: la interpretación torcida de bulas papales; de mercedes; encomiendas; capitulaciones; constituciones; leyes electorales; supresión de los derechos del ciudadano; práctica del terror psicológico; coacciones económicas; prisiones arbitrarias: torturas, y crímenes en las calles y en la plaza pública, en el mitin y en los hogares.

Por el Poder económico y su medio de acción, el poder político, con su secuela de grandes mansiones residenciales; inmensas fincas agrícolas o ganaderas; privilegios sociales; fastuosidad estúpida en las costumbres; vanidad; lujos y pasiones desenfrenadas que sólo son posibles por la posesión de inmensas riquezas, esclavizó y exterminó el coloso imperio español a nuestra raza indígena. La matanza de Jaragua; el asesinato brutal de Anacaona; las crónicas del padre Las Casas, y la heroica epopeya libertadora de Enriquillo, hablan elocuentemente.

Por esos bastardos intereses, desataron las fuerzas negativas y reaccionarias haitianas, su poder militar contra el pueblo dominicano y sus riquezas; por esos bastardos intereses desgobernaron Santana, Báez, Heureaux, nuevamente España, la ocupación militar americana; y por esos bastardos intereses desgobernó 31 años al pueblo dominicano el más funesto y cruel de todos los tiranos. Ese régimen que todavía proyecta amenazadoramente su sombra por medio de aquellos herederos del oscurantismo de antaño, que se resisten tercamente a aceptar el más leve paso democrático al pueblo, no existía por razón propia. Existía porque era la consecuencia de todos los procesos históricos precarios que había vivido nuestra Patria; porque era un accidente natural en la Historia de Santo Domingo, el resultado del absolutismo en lo político, en lo económico y en lo social en nuestro medio.

Porque, señores, somos un país agrario, semifeudal, atrasado económica, política y socialmente, en el que predominan las formas más atrasadas de producción y de vida, tanto en la ciudad como en el campo. La permanencia durante los últimos 31 años de esta realidad sin modificaciones estructurales profundas, constituye la prueba más concluyente de la incapacidad del régimen para promover un cambio progresista en las condiciones económicas y sociales del país.

Somos consecuencia y frustración de la revolución democrática de mediados del siglo pasado: ESTRUCTURA ECONOMICA Y DESARROLLO SOCIAL DE TIPO FEUDAL. Los ideales de Duarte, Sánchez y Mella se quedaron en nuestra Constitución, como esperanza irrealizada, como un sueño imposible, como letra muerta. Paralelo al feudalismo agrario nos convierten en zona productora de materias primas, campo de inversiones coloniales, mercado de mano de obra barata,

Nuestro problema agrario, es fácilmente comprensible si nos detenemos a mirar el cuadro esquemático de las fuerzas productivas de la Nación en el campo, y ese hambre sudoroso que arranca a la madre naturaleza su sustento, laborando en los surcos de nuestros valles, jaldas y laderas; ese hombre que no es otro que el campesino dominicano.

El cuadro esquemático de las fuerzas productivas a que me he referido, se caracteriza:

a) Por el gran predominio de la explotación minifundio (conuco) cultivada por la familia campesina pobre, con tierra poco productiva, generalmente situada fuera de las vías de comunicación, con ausencia completa de ganado de labor e instrumentos de labranza rudimentarios, cuya reducida producción es destinada exclusivamente al consumo familiar.

b) Por el desarrollo del pequeño agricultor, que emplea métodos rudimentarios de labranza, cuya simple producción es destinada principalmente a las ciudades cercanas;

c) Por el casi inexistente desarrollo de la industria rural, con pequeños o sin ninguna inversión de capital, falta de organización y ausencia de instalaciones, equipos y técnicas avanzadas, cuya producción consumen los mercados urbanos.

d) Por el fortalecimiento de la gran propiedad con relacionada de producción y vida semifeudal (latifundio); y

e) Por el desarrollo de la gran explotación capitalista de cultivo más o menos intenso en tierras fértiles que utiliza equipos y métodos modernos para su explotación (maquinaria agrícola, transporte, abonos industriales) y que se nutre del despojo de los pequeños propietarios y campesinos pobres, cuya producción es destinada a la exportación y en menor escala, al consumo de los mercados urbanos, principalmente los productos de ganadería y sus derivados.

En lo que se refiere a aquel hombre sudoroso y trabajador que existe, aunque no vive plenamente en nuestros campos, daremos algunas cifras tomadas de las publicaciones de la Dirección General de Estadística y Censos, correspondientes al año 1950, toda vez que el Censo de 1960 no merece ningún crédito a las personas sensatas de este país.

La población urbana es de 508,508 habitantes, y la rural, de 1,627,464, o sea que el 75 por ciento de nuestra población labora en el campo.

De estos totales de personas físicas, sólo un 31 por ciento realiza una actividad económica mal determinada. De ahí que el ingreso nacional, la productividad social, el poder adquisitivo de las masas, la adquisición de bienes y servicios, la capacidad del mercado interno, la capitalización, y en general el progreso económico y el nivel de vida de la población tiene que ser necesariamente bajo e insignificante.

El hambre endémica, la miseria crónica y la desesperación tradicional de la mayoría de nuestro pueblo es, desde luego, el resultado de esta agobiante realidad en que vive el país desde la época del coloniaje, agravada aún más durante el imperio de la dictadura trujillista, incapaz de promover cambios progresistas y definitivos en la realidad dominicana.

De ahí que de un millón y medio de habitantes de nuestras zonas rurales, sólo trabaja alrededor de medio millón de personas y en actividades mal determinadas, lo que da como resultado que, de los ya escasos habitantes de zonas rurales que trabajan, apenas una ínfima cantidad reciba remuneración misérrima por el esfuerzo que realiza, o lo que es lo mismo, el 77 por ciento de nuestros trabajadores rurales no gana dinero, en tanto que sólo el 23 por ciento percibe paga por su labor.

De este 23 por ciento de trabajadores rurales que reciben paga por sus labores, las tres quintas partes son personas menores de 14 años, y de este último total, alrededor de la tercera parte resultan ser niños menores de diez años, que trabajan como esclavos en el campo dominicano; que no van a la escuela, que no pueden comer tres veces por día, que van con su sola presencia por nuestros campos mostrando su miseria y su ignorancia.

La gran masa de nuestros campesinos pobres, hombres, niños, mujeres, jóvenes y ancianos. acosados por el desempleo, por el hambre y la miseria fisiológica, constituye una población flotante; seminómada dentro del medio rural, que emigra permanentemente hacia las ciudades o deambula de una región a otra, perseguido por todo tipo de calamidades, empleado temporalmente como peón de los latifundios y haciendas, devengando salarios en especies, subsistiendo bajo un régimen forzado de subalimentación crónica, consumiendo dietas bárbaras, esclavizado, en un estado físico!: mental desesperante, al nivel de las bestias y las alimañas. cantidad de mano de obra barata o gratuita, que mantiene en el campo dominicano un verdadero estado de servidumbre y esclavismo.

La abrumadora mayoría de nuestros campesinos conuqueros los peones agrícolas que trabajan en los grandes latifundios, viven en un nivel mediato al hambre negra. endémica, con una dieta inadecuada a base de alimentos de senda clase, de bajo poder nutritivo, consistente en la simple recolección de productos naturales, el consumo de tubérculos, raíces v resinas vegetales, de la caza y de la pesca, hierbas innumerables y otros suministros de igual calidad y procedencia, que sirven de alimento a hombres y a bestias.

La vivienda en nuestros campos permanece igual que en la época precolombina: ranchos inmundos, hacinamiento y promiscuidad; sin carreteras ni comunicaciones. Estos ranchos, con pisos de tierra apisonada, apretujados de paja y de cañas bravas, tienen por dentro catres, hamacas, enseres rudimentarios y sillas rústicas en algunos casos, y todo lo demás que conocemos.

Estos ranchos, repito, son criaderos de vectores, parásitos y enfermedades flagelantes, que como resultante de toda esta tragedia colectiva en que vive nuestro campesinado, determinan el porcentaje de mortalidad infantil y adulta de nuestras zonas rurales, sea el más alto en América.

Esas muertes se condensan en el siguiente dato: de 1943 a 1946, de 62,622 defunciones en el campo, 31,119 fueron niños de uno a diez años de edad. Las causas principales del 50 por ciento de esas defunciones son las enfermedades. El veinte por ciento del campesino fenecido murió de paludismo, el 13 por ciento de tuberculosis, y el resto por desnutrición.

Todo cuanto acabamos de decir y muchos otros aspectos más de la vida en nuestras zonas rurales, en cuya exposición pasaríamos días enteros, ponen en evidencia el patético desequilibrio social entre el campesinado y los privilegiados, por todo lo cual es imperiosa la necesidad de una Reforma Agraria profunda, técnicamente realizada, concebida con amplio criterio económico y social, encuadrada dentro del desarrollo general de la Revolución Democrática y de la Independencia del país, que hará posible rescatar al campesino dominicano de su estado actual de servidumbre, y darle todo lo que durante siglos le ha sido negado por la injusticia social, restableciendo así el equilibrio social de todas las partes que integran la estructura de nuestra sociedad, como único medio de evitar la violencia y el caos. Porque cuando en lo social una parte se hipertrofia a expensas de las otras, la unidad social y sus funciones se alteran y las relaciones normales tórnanse desatinadas y funestas. Ya que toda violencia social es un efecto de causa, y sólo puede suprimirse reparando el desequilibrio que la engendra.

Oponer la violencia a la violencia puede ser un mal necesario, pero es transitoriamente una agravación del mal. Sólo puede ser un bien si de ella surge un nuevo estado de equilibrio fundado en mayor justicia. Si bien es cierto que hay naciones pobres y épocas de pobreza que nadie puede prevenir ni evitar, no es menos cierto también que la miseria de una sola clase o de varias clases, nacen del desequilibrio interno de la economía de las naciones, porque es una desproporción entre las funciones ejercitadas y las recompensas recibidas. El hambre de algunos es injusta cuando otros ostentan opulencia, y lo es más si, como es frecuente, ella recae en los que trabajan para mantener en la ociosidad a los que no la sufren.

Este estado de cosas, querido pueblo que me escuchas, sólo podrá extinguirse promoviendo las causas que lo han producido, y poniendo en su lugar la justicia como fundamento de la ética social, la verdad como base de la cultura colectiva y el trabajo honesto como primera condición de mérito.

El privilegio, el egoísmo, el desempleo, la injusticia y la superstición son los enemigos de la paz social.

Penetrado y condicionado por estas verdades incontrastables, las necesidades de remover el pasado y las causas que han producido este estado social de desequilibrio parcialmente referido, para evitar que la combinación de valores que él originó resulte de imposible reproducción en el futuro, surgió en la clandestinidad el Movimiento 14 de Junio, como una organización política que agrupó en su seno representativos de las distintas actividades de la vida nacional, plenamente identificados en un ideario político, social, económico y cristiano, de carácter eminentemente insurreccional, revolucionario y nacionalista, que propugnaba por el ideal de Libertad y justicia social.

Pero, desafortunadamente, nuestra actividad resultó frenada en su marcha por la detención y largas prisiones de cuantos compartíamos este ideal de Libertad bien entendida. Tortura y muertes, coacciones económicas, atropellos morales y materiales, sufrimientos indecibles, y toda esa enorme montaña de padecimientos inenarrables que sabe el pueblo, no pudieron ni podrán apartarnos de nuestro ideal de Libertad Absoluta, de Libertad o Muerte.

Superada esa etapa, la de la clandestinidad, por el hecho del 30 de mayo, el pasado Movimiento 14 de Junio, fiel a su carácter de entidad política, fiel a su postura definida ante otros organismos, leal a sus postulados ideológicos surge públicamente a la vida política dominicana, como la AGRUPACION POLITICA 14 DE JUNIO, en la Asamblea general de delegados celebrada el 30 de julio pasado en esta capital, para iniciar la lucha pública, acogiéndonos a las garantías ofrecidas por el gobierno.

Pero ese clima propicio no existe. Ha sido convertido por el gobierno en una farsa macabra, como lo demuestran los repetidos atropellos en esta misma calle de El Conde; la muerte en sus hogares de Sosúa del doctor Alejo Martínez y del compañero Pedro Clisante; el asesinato a mansalva en Ocoa de José Tomás Díaz; las muertes de Erasmo Bermúdez Espaillat y Fausto Jiménez Guzmán en Santiago y de Pedro García Monclús, y Marino Guzmán Abréu, en Moca; el bárbaro ametrallamiento de la ciudadanía indefensa en la explanada del puente Juan Pablo Duarte, que culminó con la muerte de nuestros inolvidables compañeros doctor Víctor Rafael Estrella Liz y Manuel Martínez Cabrera; la detención en masa de dirigentes y miembros de Unión Cívica Nacional y del 14 de Junio en el pasado mes de agosto; el asalto nocturno a los locales de las oficinas de las distintas agrupaciones políticas, con su secuela de robos y destrucción de equipos y documentos; las coacciones económicas desatadas contra los empleados públicos y privados simpatizantes; el terror, la coacción económica y la campaña de mentiras desatadas contra los sectores mayoritarios de nuestra población campesina; la expulsión de un número de connotados luchadores contra el régimen, con el pretexto de que profesan ideas extremistas; la deportación de pacíficos comerciantes españoles bajo inculpación antojadiza de intervención en la política doméstica: encarcelamiento de otros comerciantes en Santiago, por unirse al dolor del pueblo en que conviven, y la existencia de una trabazón legal caracterizada por nuestra Constitución y nuestra Ley Electoral vigentes, productos maduros de un estado de tiranía, violencia y perturbación profunda de toda índole, que deben ser objeto de fundamentales reformas para adaptarlas a las necesidades del pueblo dominicano, ya que nuestra primera Constitución de 1844, aunque mezcló instituciones de regímenes políticos evolucionados, no supo adaptarlos a nuestro medio ambiente típico, y en rigor hizo más obra de copia de sistemas de derecho público que de verdadera adecuación sociológica, conforme a la idiosincracia del pueblo dominicano. Por ende, no causa sorpresa que la principal amenaza a la estabilidad de un gobierno democrático y ordenado, hoy en día, sea el desdén extremado a la autoridad constitucional. En pocas palabras, para el común de los dominicanos, el gobierno constitucional es una frase vacía, huérfana de sentido práctico.

Nuestra Constitución ha sido cambiada innumerables veces, para satisfacer las aspiraciones egoístas del individuo o del partido en el Poder, jamás ha sido enmendada en interés del pueblo en general.

En vez de ser respetada como la carta sagrada de las libertades del pueblo, la Constitución dominicana ha sido considerada como fuente legítima de ventajas para el partido o para el hombre en el poder; de ahí que haya sido modificada a intérvalos tan frecuentes y sin la debida reflexión y consideración, sino solamente para satisfacer los deseos de la conveniencia de aquellos que la propusieron o impusieron. Mientras no llegue el día en que quede abolido el sistema actual que permite que la Constitución dominicana sea enmendada o reemplazada nuevamente a instancias del Congreso, o el Poder Ejecutivo, no podrá existir ninguna garantía positiva de estabilidad. La misma facilidad con que se puede enmendar la Constitución estimula el mal señalado. La única esperanza de remediar este mal fundamental estriba en la posibilidad de que con el aumento de la prosperidad y de la difusión de la educación cívica, el mismo pueblo dominicano llegue a negarse a permitir que los directores de las Agrupaciones Políticas antepongan sus ventajas inmediatas a los intereses de la Nación, o en la adopción de un sistema en el cual se requiera el lapso de cierto número de años, antes de que pueda proponerse al Congreso Nacional ninguna enmienda, ni que ésta sea incorporada a la Constitución ni por una Asamblea Constituyente. Esta es una de nuestras principales necesidades para hacer posible la existencia de un clima propicio a la lucha cívico-política.

Otra de nuestras imperiosas necesidades es la de revisar el procedimiento electoral para que garantice a cada votante del país, la seguridad de que su voto para escoger el gobierno que ha de regirlo sea libremente depositado y finalmente computado. La Agrupación Política 14 de Junio cumple con el deber de informar al pueblo que optemperando a una solicitud de la Comisión Técnica de la Organización de Estados Americanos, ha preparado y depositado un memorándum en el cual hacemos un estudio exhaustivo de estas materias, en que planteamos todas IJS medidas y reformas necesarias que son a nuestro juicio procedentes para hacer posible que al través de la lucha política se llegue al proceso electoral.

Pero no obstante todo esto, la Agrupación Política 14 de Junio no va a cruzarse de brazos, como quizás consideren oportuno nuestros solapados enemigos. No... Tenemos el derecho y el deber de organizamos, de capacitarnos, para poder ofrecer al pueblo dominicano, cada día que pasa, una labor más eficaz y constructiva, para fortalecernos más y fortalecer más al pueblo dominicano en su decidida lucha a muerte contra la tiranía. Este pueblo sufrido, que espera que sus hermanos de América, y en especial, de los organismos Internacionales con poder moral suficiente para detener la barbarie organizada, la ayuda sin reservas en su lucha y el mantenimiento o elevación de las sanciones económicas a que está sometido el gobierno delincuente de este País. Hermanos en el ideal y en la Patria:

Habéis venido a escucharnos y a compartir con nosotros este memorable instante en que el 14 de Junio levanta su voz para clamar por la verdad, por la justicia social, por la paz verdadera sin torturas ni muertes. El 14 de Junio os lo agradece de corazón y este mismo diálogo de hermanos que estamos sosteniendo, nos impulsa y nos obliga a redoblar nuestros esfuerzos para continuar decididamente en esta lucha patriótica en que estamos empeñados.

Dios, el Supremo Hacedor de Todo lo Creado, es nuestro más fiel testigo.

Dominicanos:

Seremos libres, absolutamente libres, sobre una tierra libre y soberana. Por esto mantendremos firmemente nuestra lucha, y por ello estamos y estaremos prestos a entregar nuestras vidas si fuera necesario.

No queda otra alternativa: LIBERTAD O MUERTE...!

Muchas gracias,

DR. MANUEL A. TAVÁREZ JUSTO

domingo, 13 de septiembre de 2009

El Movimiento 14 de Junio en Puerto Plata

http://www.agn.gov.do/departamentos-agn-dominicana/dep-hemeroteca-biblioteca/historia-dominicana/240-el-movimiento-14-de-junio-en-puerto-plata.html?showall=1

El Movimiento 14 de Junio en Puerto Plata
Martes, 21 de Octubre de 2008
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El Movimiento 14 de Junio en Puerto Plata
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El primer asesinato de la Era de Trujillo en el año 1930, sucedió en Sosúa, Puerto Plata; lo fue el agricultor José Joaquín Pelegrín (a) Culula.

Los puertoplateños que siempre se opusieron y en donde existieron más opositores a Trujillo fue en Puerto Plata, como fueron: Rufino Martínez, José Ramón Kingsley, Fernando Suárez, Fernando Spignolio, Félix La Hoz, los hermanos Dr. Rafael y Dr. Antonio Vásquez Paredes (a) Toño, Dr. José Augusto Puig Ortiz, Lic. Armando Rodríguez Victoria, Lic. Amiro Pérez Torres, Germán Ornes S., César Alejandro Kingsley, doña Ana Valverde de Leroux, Rafael del Valle, Carlos Grisolía Poloney, Miguel Angel Pelegrín (a) Pin, ex mayor Segundo Imbert Barrera, y otros.

El connotado historiador y actual Director General del Archivo General de la Nación, doctor Roberto Cassá, ha dicho al respecto: "Puerto Plata. Esta ciudad era reconocida comúnmente como un bastión del antitrujillismo, lo que explica que las expediciones desde el exterior procurasen desembarcar en sus cercanías. No fue casual que la única incursión contra Trujillo antes de 1959-la expedición por Luperón el 19 de junio de 1949- se hiciera en la provincia, sobre la base de acuerdos con la organización clandestina denominada Frente Interno, que tenía su principal foco en Puerto Plata. En esa ocasión víctimas de un agente provocador fueron detectados los dos jefes puertoplateños del Frente Interno, Fernando Suárez y Fernando Spignolio, quienes perecieron después de ser cercados y haber ofrecido heroica resistencia durante una noche. En los días subsiguientes más de veinte de los conjurados fueron asesinados.
Un golpe tan demoledor impidió que volvieran a formarse grupos organizados en la ciudad, pero el descontento se mantuvo incólume".

"Trujillo reaccionó ante la hostilidad puertoplateña castigando a la ciudad, la cual quedó en un excepcional estado de abandono, casi comparable al de Monte Cristi y Sánchez. Los importadores eran presionados para que utilizaran los servicios del dictador, que se llevaban a cabo a través de la capital. Por eso, fue desmantelado el Ferrocarril Central y varias líneas de buques dejaron de llegar al puerto, desapareciendo las empresas consignatarias o trasladándose a Santo Domingo. Puerto Plata, empero, seguía considerada "ciudad industrial" por la existencia de unas pocas empresas como Brugal y Co., la Fábrica Nacional de Fósforo de la familia Ariza, una fábrica de pastas propiedad de norteamericanos y luego la Chocolatera Industrial". (Los orígenes del Movimiento 14 de Junio. La izquierda dominicana I. Santo Domingo, Editora Universitaria, de la UASD, 1999, página 166).

Algunos de éstos se involucraron en el Frente Interno de Puerto Plata, que apoyaría la Invasión de Luperón en 1949, en la misma vinieron los puertoplateños: Dr. Horacio Julio Ornes C. (sobrevivió), ingeniero Hugo José Kunhardt G. (murió) y Miguel Angel Feliú Arzeno (sobrevivió y en vino en 1959 y allí murió). La gran mayoría de los mismos fueron asesinados: como fueron: Fernando Spignolio, Fernando Suárez, Félix La Hoz (cayó preso y posteriormente lo libertaron), Miguel Polanco, Pedro Borrero, Moisés Suárez, los hermanos Negro y Ramón Sarita, Tomás Diloné, Carlos Daniel Ramírez, Ramón Fernández, los hermanos Antonio y Fernando Inoa Daniel y otros. El 10 de enero de 1960, en la finca de Carlos Bogaert Domínguez, ubicada en Valverde, de Mao, quedó formado el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, en recordación a la fecha en que se produjo el desembarco aéreo en Constanza, con los expedicionarios que vinieron desde Cuba a luchar en contra de la oprobiosa dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Roberto Cassá ha acotado: "Hasta donde se ha podido establecer, a la reunión asistieron trece personas: Manuel Tavárez Justo, Minerva Mirabal, Rafael Faxas Canto, Leandro Guzmán, Luis Gómez, Carlos A. Grisanty, Luis Alvarez Pereyra, Dulce Tejada, Ramón A. Rodríguez, Germán Silverio Messón, Julio Escoto Santana, Efraín Dotel y Carlos C. Bogaert" (Los Orígenes del Movimiento 14 de Junio. La Izquierda Dominicana. I, Santo Domingo. Editora Universitaria de la UASD, 1999, página 236).

Quien integró a la gran mayoría de puertoplateños al Movimiento Revolucionario 14 de Junio lo fue el también puertoplateño Juan Moliné Pichardo, que presidía el Movimiento de Santiago de los Caballeros.

Los miembros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio en Puerto Plata estuvieron compuestos por Germán Antonio Silverio Messón, Fernando A. Cueto, Rafael O. Silverio Messón (a) Fellito, Juan Carlos Morales Capellá, Dr. Samuel Arias, Miriam Morales (fue la única mujer de Puerto Plata que cayó presa), José Tomás Gómez (a) Abelardo, Félix Gerónimo Escaño Peña (a) Guancho, Pablo Ramos hijo, Leonardo del Valle, Domingo Russo, Dr. Antonio Vásquez Paredes, Odalís Cepeda, Rafael Arzeno Tavárez, Dr. Virgilio Reyes (del Grupo de Imbert), Alejo Martínez (del grupo de Sosúa), Omar Morales, Mirko Morales Capellá (a) Camao, Félix La Hoz, Ana Valverde de Leroux, Aída Arzeno, Argentina Capobianco, Italia Villalón, Elena Abreu, Melecia Victoria, Carmen Jane Bogaert de Heinsen, Ing. Rafael A. Báez Pérez (grupo de Sosúa, también estaban Alejo Martínez, César de los Santos, Pedro Clisante), Roberto A. Arzeno R., Juan Cueto, Ramón Mejía, José Joubert, Erlan Mañón Moreno (a) Land, Leonel Jiménez Gordión, y otros tantos.



En el ámbito nacional fueron hechos presos la gran mayoría de sus miembros y dirigentes de dicho movimiento, encabezados por sus dos principales líderes: Manolo Tavárez Justo y Minerva Mirabal Reyes.

De ese grupo, cayó preso el ingeniero César de los Santos Almonte, en compañía del ingeniero Rafael Báez Reyes, Alejo Martínez y Pedro Clisante, en Sosúa, el 21 de enero de 1960. Además, estuvieron presos: Fernando A. Cueto, Juan Carlos Morales C., Alejo Martínez, Pedro Clisante, Miriam Morales, Germán Silverio Mesón, José Tomas Gómez (a) Abelardo, Félix Jerónimo Escaño Peña (a) Guancho, Erland Mañón Moreno, Rafael Silverio Mesón (a) Fellito, Dr. Antonio Vásquez Paredes (a) Toño, Roberto A. Arzeno R., Juan Moliné Pichardo, oficial de la Marina de Guerra; Leonel Jiménez Gordián (desaparecido), Domingo Russo Leonardo del Valle (desapareció), Odalís Cepeda (fue la persona que le prendió candela al Seguro Social, ubicado en la calle 12 de Julio esquina San Felipe y desapareció), todos ellos fueron llevados a la cárcel de La 40, en Santo Domingo, donde fueron salvajemente golpeados y torturados por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), dirigido por Jhonny Abbes García, por ser todos ellos miembros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio.

Sobre dicho movimiento se han escrito varios libros e incluyendo memorias de algunos de sus miembros. El libro más importante escrito hasta ahora es: Los orígenes del Movimiento 14 de Junio. La izquierda Dominicana I., de Roberto Cassá. Santo Domingo, Editora Universitaria, 1999, 370 páginas.

Fuente: Juan Ventura/www.hoy.com.do
27 Julio 2007

Grey Coiscou Guzmán, o la enseña verdinegra

Sábado 12 de Septiembre del 2009, actualizado 3:40 PM


PANCARTA
Grey Coiscou Guzmán, o la enseña verdinegra

Raúl Pérez Peña (Bacho) - 9/12/2009

Será sepultada hoy sábado a las 10:00 AM la doctora Grey Coiscou Guzmán, expresión de una época de la mujer dominicana, que siempre mantuvo en alto la enseña verdinegra del Movimiento 14 de Junio.
Es difícil describir la trayectoria de Grey Coiscou, involucrada durante 50 años en los afanes del pueblo dominicano por zafarse de la ignominia y alcanzar un régimen de dignidad social.
Grey fue una mujer polifacética inclinada por distintos géneros artísticos desde su infancia y cultivadora de la literatura, con la poesía como preferida.
Profesional de la Medicina, Grey figura como la “primera mujer dominicana que ejerce la neuropsiquiatría, la paidopsicología, la psiquiatría social (sistema de comunidad terapéutica) y la medicina psicosomática”.
Impartió docencia en la UASD, en la UCE y otros centros, incursionando en la enseñanza de la comunicación social.
“Como reportera del periódico La Nación, bajo la dirección del prestigioso periodista Armando Almánzar, donde publica sus primeros poemas. En 1959 publicó su primer libro de poemas “Raíces”.
Ese fue el año de las expediciones de la Raza Inmortal por Constanza, Maimón y Estero Hondo con el sacudimiento del trujillato y el despertar de una juventud que mostró señales de sus aspiraciones por la libertad y la democracia.
De ahí surgió el Movimiento Clandestino 14 de Junio a cuyas filas se incorporó Grey Coiscou, “en la célula del Dr. Manuel Tejada Florentino y Lourdes Pichardo”.
En las jornadas contra los “remanentes del trujillato”, Grey Coiscou se integró con sus energías y vocación libertaria
La rama femenina del 14 de Junio, la Federación de Mujeres Dominicanas, la asociación de ex presos políticos y otros aglutinamientos contaron en sus filas con Grey Coiscou.
Sumergirse en las luchas de un pueblo subyugado por la intolerancia, obligó a que Grey sufriera el exilio en más de una ocasión, desde donde continuó la lucha y su producción literaria.
La muerte de Grey Coiscou impacta a la Fundación Testimonio, de la cual formó parte, y a todos los su compañeros de generación.
Grey nos dejó “Testimonios, la gavilla luminosa”, una obra que cuenta luchas por los cambios que urge nuestro pueblo.
Juan José Cruz Segura me dice que Grey le expresó hace poco su interés en concluir la edición de nuevos libros.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Discurso de Manuel Aurelio Tavárez Justo en la ciudad de Santiago

http://www.cedema.org/ver.php?id=3451







DISCURSO EN LA CONCENTRACIÓN CELEBRADA POR EL 14 DE JUNIO, EN EL PARQUE DUARTE DE LA CIUDAD DE SANTIAGO.

19 DE AGOSTO DE 1961

Querido Pueblo Dominicano :

Desde hoy se inicia entre nosotros un diálogo franco, sencillo, y claro, lleno de verdad, que brota emocionado desde el fondo del corazón, porque nace de la profunda convicción de que sólo al través de esta larga conversación de hermanos, podremos comprendernos bien, identificarnos más y estar cada vez más cerca, cada vez más fuertes, para emprender unidos para siempre, sin vacilaciones, sin desconfianzas y sin temores, el camino de la lucha política que habrá de conducirnos a la meta soñada por todos:

La redención del pueblo dominicano, por la definitiva liberación de los males materiales e inmateriales que desde tiempo inmemoriales, vienen condicionando su destino histórico.

Nuestro pedazo de isla, nuestra bella y entrañable Quisqueya, ha sido desde sus orígenes mismos, una in- genua a la que casi todos, de una manera u otra, de buena o de mala fe, han engañado; han usado para servir intereses extranjeros o intereses particulares, según fuere el momento histórico que se estuviese viviendo.

Aquella benigna raza indígena, de entendimiento despejado, de gentiles formas físicas, de civilización rudimentaria, que se encontró de la noche a la mañana ante el poderoso Imperio Español en su momento de conquista, con sus costumbres y su civilización, no por más avanzadas menos crueles, es la primera estación del doloroso viacrusis del pueblo dominicano.

Aquel pueblo que comienza a formarse y a luchar desde su origen, mediante la bravura de un Caonabo o la heroica ansia de libertad de un Guarocuya, se amalgama en una mezcla de blancos, de indios y de negros, que desafortunadamente nacen bajo el signo de la operación del Imperio Español, con toda la crueldad típica del sistema monárquico-feudal imperante en aquella época.

Santo Domingo, pues, en su nacimiento mismo, nace esclavo, oprimido, y aterrorizado. Según fueran sucediéndose las conveniencias para cada Estado, y según fuera su fuerza en cada momento, nuestro pueblo pasa a ser alternativamente, en el transcurso de toda su historia propiedad de España, propiedad de Francia, propiedad de Haití, propiedad de Norteamérica.

La Independencia de nuestra Patria del dominio haitiano, marca el comienzo del despertar nacionalista de esa amalgama de razas que es el pueblo dominicano, pero nada más; la independencia, aunque noble y heroica, es el traspaso del poder haitiano al poder de los grupos privilegiados criollos.

Pero Santo Domingo es ingenuo, Santo Domingo es noble; se da por entero sin preguntar a quién se da; no piensa en el futuro ni en las consecuencias de su entrega, de su buena fe, de su candor.

Resueltos los problemas del momento, el ciudadano dominicano ha usado siempre irse a su casa, a su campo o a su trabajo.

La política, dice, no es de su incumbencia... Eso es asunto de los políticos, y precisamente, de esa confianza y de esa ingenuidad, es de donde nacen en parte, la mayoría de los males que, proyectados al través de la historia, hoy, desgraciadamente, tiene el pueblo dominicano que soportar y resolver.

Las dictaduras criollas, unipersonales o de grupos, que en los paréntesis dejados por el dominio extranjero, se adueñaban particularmente de la Patria, no hicieron más que contribuir a aumentar el espíritu derrotista y fatalista que, con sobrada razón, se ha cernido sobre el pueblo dominicano, salvo los momentos de lucha que, por mantener precarias libertades, se ha dado de lleno y con ardor a esa brillante causa de la libertad, que ha llegado todavía, pero que, sin lugar a dudas, llegará definitiva e irremisiblemente.

Santo Domingo y su pueblo, repetimos, que nunca han sido tenidos en cuenta; que nacieron esclavos y siguen siendo esclavos; que han sido maltratados, saqueados, vendidos: que han sido propiedad de los españoles, de los franceses, de los haitianos, de los norteamericanos, de los dictadores nativos y de los grupos de privilegiados.

Nosotros nos preguntamos y preguntamos al pueblo: ¿No es hora ya de qué suene la hora del pueblo?

El régimen anterior, que todavía proyecta amenazadoramente su sombra por medio de aquellos herederos del oscurantismo de antaño, que se resisten tercamente a aceptar el más leve paso democrático del pueblo, no existía por razón propia; existía porque era una consecuencia de todos los procesos históricos precarios que había vivido nuestra patria.

Hubiera existido con Trujillo o sin Trujillo, porque era un accidente natural en la historia de Santo Domingo; porque era la concreción, el resultado de los absolutismos parciales del pasado; una concreción del absolutismo en lo político, en lo económico, en lo social. Era el súmun del absolutismo, el Nom Plus Ultra del absolutismo.

Pero hay que comprender bien que ese régimen hubiera existido, porque era una consecuencia del proceso histórico dominicano.

Ahora estamos en la línea divisoria entre el absolutismo y la democracia; por un lado, hay fuerzas negativas en el Gobierno, en las Fuerzas Armadas y aún en la población civil, que están atadas a un pasado que no puede volver jamás; fuerzas que no comprenden que los pueblos tienen derecho a ser libres, a practicar la democracia, a tener trabajo, a vivir felices y en paz, sin temores ni amenazas; muchos de los cuales probablemente creen o consideran, por el constante abuso que han hecho y hacen de la fuerza, de la violencia y de la coacción económica, que las organizaciones oposicionistas y muy particularmente, la Agrupación Política 14 de Junio, tienen como única meta desatar la venganza, por medio de la fuerza, la violencia y la coacción económica, tan pronto se hallen en condiciones de hacerlo. Ya con anterioridad hemos señalado públicamente, que ese no es nuestro propósito; que tener un concepto tan estrecho, seria precisamente igualarnos a esas fuerzas negativas.

Si nuestro objetivo fuera lo que piensan algunos de esos sectores, nosotros no mereceríamos estar hablando aquí, ni mereceríamos la confianza de este pueblo.

Por otro lado, nos arriesgamos a creer que dentro del gobierno, e incluso dentro de las Fuerzas Armadas, existen sectores un poco progresistas, que han dado leves pruebas de estar más o menos en buena disposición de ayudar al pueblo a dar el paso hacia la democracia. Pero sería muy beneficioso que esos sectores se ampliaran y que las leves pruebas pasaran a ser pruebas positivas que coadyuvaran realmente a que el proceso de democratización sea una realidad y no una farsa, como parece que puede convertirse de seguir las represiones y las coacciones económicas.

La Agrupación Política 14 de Junio laborará, teniendo a la vista el proceso histórico dominicano, lleno de opresión, de dominio extranjero, de miseria, de desconfianza y de apatía en el pueblo, para llevar a cabo una profunda transformación social, que eleve al ciudadano a la altura que merece; que haga posible que los dominicanos nos sintamos verdaderamente y con orgullo ¡dominicanos!; que la opresión, la venta de la Patria y la miseria, se erradiquen definitivamente de Quisqueya.

Por eso, nos fundamentamos y apoyamos al estructurar la ideología económico-social de nuestra Agrupación, teniendo en cuenta que nuestra época está azotada y penetrada de errares radicales, que desgarran y desordenan la sociedad, nos apoyamos, digo, en la doctrina social, sapientísima y siempre actualizante de la Cristiandad, y puesto que buscamos la implantación de un régimen cuyo clima sea de justicia, de amor y de paz, sólo siguiendo sus huellas, las de la Madre y Maestra de todos los tiempos, estaremos iluminados, encendidos e inflamados y seguros de tener el remedio eficaz para todas las necesidades de los hombres, con sus angustias y sus miserias.

Somos conscientes de que al realizar nuestras actividades con esta orientación, estamos cooperando para ver germinar en esta tierra la verdad, y enseñoreándose de ella la justicia.

Y, precisamente, como nuestra época parece distinguirse con caracteres de arrogantes pretensiones de dominar al mundo por el inmenso contraste entre el progreso técnico y científico, y h desaparición de los valores del espíritu, nos situamos en lugar de vanguardia, listos a defender la jerarquía de valores, reconociendo la preeminencia a los inalienables valores del espíritu.

No comulgamos con ideologías materialistas de las cuales es propio eliminar como elemento anacrónico o como barrera del progreso, o como resultante de las fuerzas de la herencia, la Autoridad Divina.

La vida humana es sagrada y violar sus leyes es degradarla.

Esas ideologías aludidas, en franco desprestigio, al desconocer a Dios como primera y última razón, vuelven al hombre verdugo de sí mismo, porque para la convivencia ordenada se necesita poner en Dios, “Verdad y Vida, Justicia y Amor”, la conciencia... y esas doctrinas se la arrancan.

Al hacer nuestras estas ideas, nuestros encarnizados por seguidores, evidencian sencillamente, nuestra digna superioridad, por el sólo hecho de perseguirnos.

Pero es preciso conocer, amar y vivir cual catecismo sagrado esa doctrina que propugnamos; que la hagamos vigente en la medida de nuestras posibilidades.

Hacerlo así es revestirse de luz, verdad, justicia y amor. La lucha será ardua y nobilísima.

Ardua, digo, porque impondrá romper egoísmos ancestrales y profundos, engendros lógicos del monstruoso materialismo.

Noble... Porque servimos a una causa santa.

A modo de ilustración, contemplamos el lamentable desconcierto, el justo y unánime clamor de las muchedumbres de trabajadores, en su creciente, agotador y desesperante régimen de hambre, de infrahumanas condiciones de vida, de angustiosa incertidumbre frente al espectro del desempleo: no es esta dolorosa situación, este triste panorama, el campo má6 propicio a la implantación de ideologías propia6 de los oportunistas inescrupulosos y astutos, que cual engañoso espejismo deslumbran y aparecen como único de los desesperados?

Pero... No querrá Dios que sus hijos perezcan inmisericordemente, hollados por la barbarie desbocada. No imperará el cetro de los malvados. La justicia será esplendorosamente liberada.

Ya podrán lanzar a torpe lucha los enemigos del pueblo, a sus monstruos en tropel, enlutar y mancillar con sus crímenes al sol, en su empeño por no ceder la presa que codician.

Permítaseme, señores, este grito de mi espíritu: ¡Triunfará la equidad!

Entro a exponer de modo general, nuestra doctrina que se levanta, como murallar gigantesco, contra toda posición extremista.

Se inicia con la proclama y enérgica defensa de los legítimos derechos del campesino y del obrero; con la valoración de su trabajo y remuneración justa y equitativa del mismo; con la defensa de la dignidad humana; el derecho de asociación autónomo y libre; con el reconocimiento del derecho natural de la propiedad privada.

Con referencia a la remuneración del trabajo diremos, que es preciso cambiar el amargo y desgarrador espectáculo que ofrece el escandaloso desequilibrio en que vegetan nuestros trabajadores, bajo las más adversas condiciones de vida, por el injusto salario que perciben, y el desenfrenado lujo y abundancia de unos cuantos avarientos privilegiados, llenos de insaciables deseos de predominio.

El orden económico habrá de reinsertarse en todo momento al orden moral. No puede estipularse, remunerarse arbitrariamente el trabajo, así como tampoco puede abandonarse libremente a la ley del mercado, sino que se ha de atender al mérito y al auge económico de la empresa, así como a las exigencias del bien común.

No consiste solamente la riqueza económica de un pueblo, en la posesión abundante de los bienes, sino más aún, en la justa distribución de los mismos.

Exige la justicia social que las empresas que progresan rápida e ingentemente, reconozcan a los obreros una efectiva participación en las mismas, ya que todo es resultado de una eficaz colaboración del capital y del trabajo.

Una meta se persigue en lo expuesto: el bien común, cuyas exigencias primordiales son evitar en lo posible el desempleo; evitar la instauración de clases privilegiadas; el equilibrio entre salarios y precios y entre los diversos sectores de la productividad.

Consideremos ahora de manera general, las relaciones entre distintos factores de la productividad. Enfocando el factor agrícola, se reconocen forzosamente dos puntos: agrícola rural y el industrial; el escaso desarrollo de los servicios esenciales (de transportes, suministro de agua y energía eléctrica, asistencia sanitaria, enseñanza, bienestar social y otras) que son las causas principales del éxodo continuo y multitudinario de las poblaciones rurales a los centros urbanos y de la prostitución de nuestra mujer campesina.

Es preciso, para corregir estos males: que se innoven las técnicas productivas, la selección de los cultivos, la técnica administrativa, las imposiciones tributarias, la política crediticia, la asistencia verdadera del Seguro Social; la defensa de los precios con métodos apropiados; y la reforma integral de la enseñanza.

Por todas las razones apuntadas, no puede el 14 de Junio ni el pueblo dominicano tampoco crecer, y conformarse igual que las generaciones pasadas, que el problema dominicano se resuelve con el cambio de unos nombres. No. Aceptar eso como solución al caso de Santo Domingo, sería traicionar al pueblo.

No puede el pueblo dominicano igual que antes, creer ingenuamente en la buena fe de todo aquel que diga desear la democracia.

El pueblo dominicano tiene que observar atentamente para que no se le vuelva a engañar. Tiene que dejar de ser el ingenuo Caonabo, para convertirse en el aguerrido Guarocuya.

Tiene que estar inteligentemente alerta para que el paso a la democracia no se convierta, nada mas que en una transferencia de poder a grupos privilegiados y oportunistas, y entonces se pase del absolutismo personal a la democracia particular y conveniente solamente para determinados y exclusivos grupos.

No. El pueblo tiene que exigir y lo merece, que se atienda al pueblo, que se luche por el pueblo, que se resuelva la miseria del pueblo, la educación del pueblo, el trabajo del pueblo, que las personas honestas de Santo Domingo, sea cual fuere su posición social, sean los que laboren para el pueblo, ya que un Gobierno no es más que un organismo que debe estar ahí solamente para servir al pueblo, para cumplir el mandato de ese pueblo.

De inmediato, el 14 de Junio tiene como objetivo, llevar a cabo una lucha pacífica y democrática, para la obtención de un régimen de gobierno democrático y representativo, que sustituya al régimen semiabsolutista heredado de la autarquía anterior, y en el cual estén representados voluntaria y espontáneamente, por medio de unas elecciones libres que deberán celebrarse no cuando establezca la ley, sino cuando existan las verdaderas condiciones y garantías para el ciudadano, que permitan a éste expresar su soberana voluntad en las urnas, sin el temor de la coacción económica, las amenazas y el terror desatado por las fuerzas antidemocráticas, que todavía campean por sus respetos, libremente en todas las poblaciones de la República, intimidando a todas las clases sociales, desde las más humildes hasta las más encumbradas en razón de su posición económica.

E1 14 de Junio laborará porque se lleve a cabo una Reforma Agraria justa y equitativa, sin lesionar arbitrariamente los intereses particulares o extranjeros y sí mediante el pago razonablemente acordado entre las partes, si es que fuese necesaria la compra, para el disfrute del pueblo de parte de las propiedades privadas en el campo.

Trabajará el 14 de Junio porque se tecnifiquen los métodos de cultivo; porque se ayude económicamente al campesino, para el incremento de sus cosechas; porque se le provea de la asistencia técnica requerida para un moderno desenvolvimiento de sus labores agrícolas.

Trabajará el 14 de Junio por lograr una firme protección a los precios de los productos agrícolas, que evite el engaño al campesino por parte de los usureros, a quienes no les importa nada la vida del campesino, y sí les importa mucho su lucro personal, aún cuando éste, se realice a base del engaño.

Trabajará el 14 de Junio porque se lleve a cabo un plan de viviendas rurales, que haga posible a nuestros campesinos una vida decorosa y más sana. Laborará también porque se amplíen los sistemas de riego de una manera racional para que haya agua aún en las regiones más secas de nuestra Patria, y que esa misma agua, embalsada, represada y regulada científicamente, permita convertir en realidad el tan necesario sistema que electrifique totalmente las zonas rurales y urbanas de todo el ámbito nacional.

Trabajará el 14 de Junio porque se haga una reglamentación general, a base de justicia social, de las relaciones entre el capital y el trabajo que contemple la organización de sindicatos obreros verdaderamente libres, en donde los trabajadores puedan ser auténticos representantivos de sus intereses, en donde los trabajadores elijan a trabajadores como defensores de sus intereses y no que se les elijan abogados o pseudotrabajadores, como ocurre en la actualidad.

E1 14 de Junio laborará por la obtención de un aumento general de salarios, que eleve el nivel de vida paupérrimo en que se encuentran hoy los obreros, los empleados y todos los asalariados en general. Laborará también por conseguir una justa participación de los trabajadores en los beneficios obtenidos por el capital.

Trabajará para que la asistencia social se amplíe todo lo necesario, para que sus beneficios lleguen a todos los rincones del país, y a todas las clases sociales, muy particularmente a las clases más humildes del pueblo; porque se lleve a la realidad efectivamente un plan de viviendas urbanas para empleados, obreros y trabajadores en general, de manera que cada quien pueda algún día tener su casa propia en esto rico, pero esquilmado país.

Trabajará porque se haga una reforma integral de la enseñanza, que contemple métodos más prácticos de estudio, y que doten al ciudadano de un conocimiento más completo y real de su historia; que haga del ciudadano un verdadero demócrata, consciente de sus deberes y sus derechos.

Laborará también porque se haga una reforma general del sistema tributario, y de toda la legislación social, desde el 1930, ya que uno de los males principales que ha puesto el régimen sobre las espaldas del pueblo dominicano, ha sido precisamente, la extraordinaria e increíble carga de los impuestos excesivos que lo doblegan económicamente y lo mantienen en la más espantosa miseria.

Estos son más o menos en líneas generales, los propósitos fundamentales de la Agrupación Política 14 de Junio, sabemos de antemano, y el pueblo también tiene derecho a creerlo así, que muchas son las cosas que se dicen y pocas las que se hacen.

No obstante, en el caso del 14 de Junio, creemos que el pueblo, con ese maravilloso sexto sentido que tiene, puede tener confianza en el deseo firme que anima a los miembros y dirigentes, de nuestra Agrupación, de trabajar para el pueblo, de servir al pueblo.

No ha estado nunca en nuestro ánimo hacer uso de hechos dolorosos para justificar la sinceridad de nuestros propósitos, el 14 de Junio ha establecido formalmente, que no esgrimirá como arma de combate, con propósitos partidaristas, los mártires de nuestro antiguo Movimiento, nosotros creemos honradamente que los actuales dirigentes y miembros de nuestra Agrupación deben valer, si es que algo valemos, por nosotros mismos, por nuestros hechos, por nuestros ideales, por nuestro amor al pueblo. Con más razón que muchos, lloramos y sentimos hasta lo más profundo a todos los mártires de nuestra Organización, pero entendemos que la mejor manera de rendirles homenaje, no es comercializando su recuerdo. Es luchando sana y desinteresadamente por el pueblo; es luchando por la obtención de los ideales por los cuales ellos cayeron; es ganando un prestigio, no con el prestigio ya ganado por otros, sino con nuestro propio esfuerzo, en nuestra dedicación a la lucha por la felicidad del pueblo.

Pueblo del Cibao...!

El 14 de Junio tuvo su origen en las entrañas vírgenes, de tus benditos campos.

E1 14 de Junio surgió para servirte y para servir a toda la Patria.

E1 14 de Junio te dice y te reitera: Estamos aquí para luchar por tí. Estamos aquí para darlo todo por tí. Estamos aquí para honrarte y para satisfacer en lo posible tus más caras aspiraciones.

E1 14 de Junio está en la vanguardia de la lucha política, de cara al sol y con el alma rebosante de entusiasmo, para obedecer al pueblo dominicano, para defenderlo. para mejorarlo, para elevarlo, con el mismo desinterés con que luchamos en la clandestinidad. E1 14 de Junio dice solemnemente a los cibaeños y a todo el pueblo dominicano en estos históricos momentos: estamos, presentes...!

DR. MANUEL AURELIO TAVÁREZ JUSTO