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viernes, 20 de diciembre de 2013

A más de 54 años de UGRI

Blog detalle OPINIÓN A más de 54 años de UGRI A más de 54 años de UGRI 20 DE DICIEMBRE DEL 2013 Darío Nicodemo VER ACENTO SOCIAL
0 SABER MÁS ACERCA DEL AUTOR Blog detalle DARÍO NICODEMO Ciudadano ---- Sobre mí Ciudadano de Santiago de los Caballeros Wenceslao Marcial Guillén (Wen) como todo un estratega había elegido cautelosamente su "tropa" para enfrentar la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina, que pasaba de los 29 años de muerte, opresión y puro saqueo al pueblo dominicano. UGRI, fue magistralmente estructurado para que en sus senos militaran y se entrenaran hombres de gran valor y con la más diversa variedad de profesiones y habilidades. UGRI era la Unión de Grupos Revolucionarios Independientes que tenían por misión organizar una serie de actos revolucionarios que golpearía las estructuras de poder de Trujillo. Sus elegidos fueron estudiantes y profesores secundarios y normalistas del liceo secundario “Ulises Francisco Espaillat”, Escuela Normal Superior Nocturna “Emilio Prud-Homme”, Liceo de Educación Secundaria “Salvador Cucurullo” de Santiago y de la Escuela Normal Rural “Pedro Molina” de Licey al Medio. Algunos de ellos fueron asesinados en La 40, mientras otros desobedecieron el llamado de Wen. Los demás integrantes de UGRI, fueron jornaleros, zapateros, albañiles, ebanistas, carpinteros, pulperos, electricistas, plomeros, serenos, sastres y linieros, empleados de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE). Con los obreros de esta empresa y particulares, Wenceslao Guillén había coordinado planes precisos de sabotajes que por su organización iban a producir un gran impacto en las entrañas de las estructuras de poder del Generalísimo Trujillo en Santiago y comunidades aledañas. Cortar la energía eléctrica en líneas de alta tensión, incendiar instalaciones públicas, canchas de deportes de escuelas y sociedades recreativas y culturales privadas, lanzar grapas, llenar a Santiago de CT, siglas que significaba Contra Trujillo en paredes de liceos, escuelas, bares, restaurantes, billares y negocios. También se produciría un volante que sería repartido en Santiago. Esta misión la encabezaría la Unión de Grupos Revolucionarios e Independientes. Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en Santiago, escribe en su libro, TRUJILLO, Historia Oculta de un Dictador, en la página 259 lo siguiente: “-Han llenado de letreros y pasquines la mayoría de las calles, todos hablando mal del gobierno. Además, en las paredes han escrito las letras CT. Pensé que, “había comenzado la guerra”, y transmití mis órdenes. -Redoblen la vigilancia y alerten a todas las unidades.” La destrucción de una parte de la pista de la Aviación Militar Dominicana (AMD) de Santiago, el asalto a la Fortaleza San Luis y al Destacamento Central de la Policía Nacional de la calle Presidente Trujillo con Sabana Larga y otras instalaciones militares. Para tales acciones acopiaban pólvoras los Ugriistas Enrique Perelló y Frank Benedicto, entre otros. La primera acción de miembros de Unión de Grupos Revolucionarios e Independientes (UGRI) se realizó en el mes de octubre de 1959. La ciudad de Santiago fue inundada con grapas, cuya finalidad consistía en pinchar los neumáticos de los vehículos e impedir que circularan y más que todo, boicotear la asistencia a la inauguración del campeonato de beisbol profesional en esta ciudad. Wen Guillén, había elegido a los compañeros que llevarían a cabo la acción conspirativa. El panfletero Homero Herrera Velázquez, cuenta en su libro: Memorias de un Panfletero, que Wen le instruyó a Fello Fermín, Manuel Bueno y a Homero Herrera de que ninguno de los tres participarían en esa arriesgada tarea. Además Wenceslao Guillén especificó cuáles eran las calles donde él “regaría” las grapas y confió los nombres de los demás compañeros que formarían parte de la acción. Estos actos patrióticos habían sido ideados por Wenceslao Guillén Gómez, con la meta estratégica de que fueran debilitando la estructura poderosa del régimen despótico de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Otras acciones revolucionarias de las mencionadas anteriormente, no se materializaron porque muchos compañeros “cayeron” apresados y llevados a los centros de torturas, donde fueron asesinaron el 29 de enero del 1960. Los detenidos formaron parte de la distribución de los volantes un día como hoy 16 de diciembre, pero del 1959, como los confirman las declaraciones de Enrique Almanzar Núñez, José Camilo Disla, Domingo Antonio Cepeda Cruz (A) Mingo, Miguel Mauricio Luna Estrella, Domingo Cepeda y Félix Antonio Tavárez Vila. Manuel Bueno narra en su obra: “Cárcel y Guerra” en la página 126, que su compañero Wenceslao Guillén Gómez le expresó en una celda del Palacio de la Policía Nacional, lo siguiente: “.. A mí me van a matar, de eso estoy seguro. Y conmigo se irá la mayoría. En cambio, en ti se conjugan todas las condiciones para sobrevivir. Por tanto tiene que jurarme que continuaras la lucha. Que organizarás nuevas células y las entrenarás y dirigirás hasta el triunfo final. Porque esa bestia no se salva de esta. Solamente tienes que fijarte en la clase de gente que quedo allá en la 40. No “chivitos jarto `e jobo”, como nosotros, sino su gente y los hijos de su propia gente. Pero, mejor aprovechemos el tiempo y déjame que te explique cómo se fabrica una bomba incendiaria. Eso me lo enseño Manolo, entre otras cosas, allá en una solitaria y quiero que ahora, antes de que nos separaren para siempre las aprendas.”

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Manuel Armando, el panfletero

OPINIÓN 16 Diciembre 2013, 07:05 AM, 27 Comentarios Manuel Armando, el panfletero Por GIANNELLA PERDOMO PEREZ La AUTORA es escritora. Reside en Santo Domingo Manuel Armando Bueno Pérez. Estudiante del bachillerato en el Liceo Secundario "Ulises Francisco Espaillat" –Santiago de los Caballeros-, compañero de mi hermano Virgilio Eugenio, llegó a mi casa un día cualquiera. Manuel Armando Bueno Pérez, poseedor de una inteligencia superior, era un regalo para la vista: alto, delgado, hermoso, que gustaba a cualquier adolescente ¡y yo tenía mi corazón ocupado!. Al conocerle, jamás imaginé que sobre sus espaldas guardaba vivencias y recuerdos de “La Victoria” y “La 40”, lugares desde donde apenas acababa de salir, posiblemente entre la segunda o tercera semana de febrero del 1960. En compañía de Virgilio, pasaba largos ratos en nuestro hogar y compartía con la familia, lo que nos permitió desarrollar una hermosa amistad. Sereno y discreto, en aquellos días no le escuché conversar sobre tópicos políticos, tampoco de sus días en prisión y motivos de la misma. Aunque cursaba un grado inferior al mío, tal cual actúan los hermanos, me dedicaba parte de su tiempo para auxiliarme en solucionar mis agobiantes problemas matemáticos. Hijo del matrimonio formado por Manuel Marcial Bueno Torres y Dora Mercedes Pérez Guillén (Dorita), era el mayor de sus hermanos: Héctor Francisco, José Ernesto, María Altagracia, Eduardo Antonio, Ángel Octavio y César Enrique (q.e.p.d). Durante 14 años estuvo casado con Dhanya Gutiérrez Rodríguez, de cuya unión nacieron sus hijos Maida y Arial. Autodidacta, además del español, hablaba inglés, francés e italiano. Entendía como pérdida de tiempo asistir diariamente a las aulas universitarias (1963) y desde la tranquilidad de su hogar, leyó y aprendió ingeniería civil y arquitectura. Junto a su hermano Eduardo, graduado de arquitecto -quien firmaba sus planos y cálculos- trabajó con excelentes resultados profesionales. Lector incansable, adquirió una amplia cultura.Amante de la buena música, también disfrutaba de los agradables acordes populares. En sus ratos de ocio, además de jugar ajedrez con gran maestría, pintaba y escribía. Entre sus entretenimientos, gustaba de cocinar para sus amigos y familiares. Sus guisos, de comida gourmet, complacían a nuestros paladares. UGRI Remontándonos a sus años adolescentes -obviando su corta edad-, consciente de la situación política que vivía el país, Manuel Armando decide tomar acciones contra la dictadura trujillista y se integra a la “Unión de Grupos Revolucionarios Independientes (U.G.R.I.)” liderados por Wenceslao Marcial Guillén Gómez (a) Wen. En su momento, con recursos un tanto rudimentarios, Manuel hizo las letras en un pedazo de linolium y las pegó sobre un trozo de madera, para que fungiera como una almohadilla. Una vez entintada en morado, reprodujo el documento anti trujillista que desató las rabias del tirano. Impreso en una hoja de papel, tamaño 8 ½¨ x 11”, doblada en su centro horizontal,-muy usual en sus escritos y dibujos- podía leerse: Viva la revolución. Abajo el tirano. Libertad o muerte. En el dorso del volante –posteriormente denominado “panfleto” por los cuerpos represivos del régimen- escribió nítidamente: “Con perdón de la expresión Trujillo es un mierda”. Esta expresión provocó la furia del dictador, motivó la búsqueda y persecución de los jóvenes que integraron el grupo hoy reconocido como “Los Panfleteros de Santiago”. El volante circuló por las calles de Santiago el 16 de diciembre del 1959; la fiera desató sus garras y uno a uno, los panfleteros fueron hechos prisioneros -salvo unos cuantos sobrevivientes, testigos de esos episodios- y desaparecieron para siempre en las ergástulas del régimen tiránico de Rafael Leónidas Trujillo. Manuel Armando, Wen Guillén y demás integrantes de la UGRI, no se limitaron a distribuir volantes, sus acciones iban más allá del simple “impreso”. Con edades no superiores a los 22 años, en los frentes de las casas, las paredes del Liceo y ¡hasta en el baño que utilizaban las hembras! en gran tamaño pintaban las letras C.T., las que significaban “Contra Trujillo”. No conformes con esas pintadas, para la inauguración del campeonato de base-ball (octubre de 1959), con grapas previamente preparadas a fin de lograr en su curvatura una parte punzante contra los neumáticos que por allí debían transitar, programados a deslucir el acto e impedir la asistencia masiva de los fanáticos al juego de pelotas, recubrieron las calles que conducían al play, logrando así su objetivo, porque muchos autos no pudieron llegar al tan esperado evento deportivo. Descubierto el grupo, y conforme a los recuerdos de su hermana María, a Manuel le detienen el día 16 ó 17 de enero de 1960 y fue puesto en libertad a mediados o finales de febrero del mismo año. Lleno de interrogantes, no entendió el por qué recuperó su libertad en tan corto tiempo, contrario a las prácticas carcelarias que se aplicaban a los prisioneros políticos, implicados en acciones contra el gobierno de Trujillo. Mientras Manuel permanecía preso, situación dolorosa para su tío Juan Esteban Pérez Guillén, hermano de su madre -en aquellos días con rango de Teniente Coronel del Ejército Nacional, por su trayectoria diplomática como agregado militar en varios países-, gozaba del respeto y admiración del dictador, distinción que le permitió atreverse a interceder por su muy querido sobrino. En conversación que sostuvo con el Benefactor de la Patria, le solicitó clemencia para su sobrino y que se le preservara la vida, pues era un adolescente con apenas 15 años. Esta osadía de Pérez Guillén salvó la vida de Manuel, evitándole la muerte, tal y como sucediera con sus compañeros, cuyos cadáveres no se entregaron a sus familiares. A la fecha, –diciembre del 2013- tampoco se conoce el lugar donde finalmente fueron depositados. El Generalísimo, conocedor de todo el historial, y sobre todo la edad de Manuel, le explicó a su Teniente Coronel: "No se preocupe Pérez Guillén, él es sólo un muchacho, ¡sólo le vamos a dar un escarmiento! Él no tiene nada que ver con esto, estas cosas no son de muchachos.” El “Perínclito Varón de San Cristóbal” - uno de sus tantos títulos- jamás imaginó que ese muchacho, a quien subestimó como posible enemigo, era quien dibujaba los volantes. Labor artesana de Manuel y Wen, para evitar posibles delaciones, se resguardaron debajo de la casa de éste último, en la calle General Valverde No. 34, lugar donde elaboraron los “panfletos”. DESPUES DEL 30 DE MAYO Derrocado el gobierno de Trujillo, el estudiantado Santiagués se organiza, reúne y queda constituida la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES) el lunes 11 de septiembre del 1961, a las 3:00 pm. Luis José Ellis Iglesias, también dirigente de la ANES, me refiere: “En el aspecto práctico, sí recuerdo que las dos personas más activas en el grupo -siempre unidos- eran Manuel Armando Bueno y Virgilio Perdomo”. Su amor a la libertad lo inserta en la guerra de abril y combate junto a su amigo y compañero Rubén Darío Echavarría Hernández (q.e.p.d.) en el Comando Elías Bisonó. Manuel, en su libro “Cárcel y Guerra, De una cárcel de Trujillo a un comando de abril”, prologado por Don Mariano Lebrón Saviñón, publicado en la Editora Taller (1991), narra con toda crudeza y brillante descripción los episodios vividos en ambos escenarios. Para agilizar los trabajos de impresión, le escribí a máquina sus manuscritos. A Manuel no le detuvieron las manifestaciones estudiantiles, la guerra de abril ni sus impertinencias de salud, ¡tampoco el trasplante de riñón al que debió someterse! para caminar adelante, siempre de frente, hasta que un día cualquiera, la luminosidad de su vida empezó a opacarse. Impredecible, tal y como a veces resultaba, apostaría que tuvo la suerte de morir casi cuando se lo propuso. Sin avisarnos, nos dejó aquel 30 de abril del 2003, a las 2:20 de una tarde serena, testigo de sus últimos halitos de vida. Tan sereno como la tarde misma, acompañado de María, hermana incondicional, cerró los ojos y se guardó su último adiós. Manuel Armando, mi otro hermano, ¡Hasta Siempre! giannellaperdomo@hotmail.com

viernes, 6 de diciembre de 2013

Manolo y “las escarpadas montañas de Quisqueya”

2 Diciembre 2013, 11:33 AM, 4 Comentarios Manolo y “las escarpadas montañas de Quisqueya” Por GIANNELLA PERDOMO PEREZ La AUTORA es escritora. Reside en Santo Domingo. Insurgentes inmolados en diciembre del 1963. Proponerse caminar por las empinadas escarpadas de Quisqueya, sobre las pisadas que han dejado historiadores y escritores, se convierte en la ardua tarea de transitar con mucho cuidado, para no resbalar y posiblemente caer estrepitosamente. Con estas notas, sin mayores pretensiones, quiero dejar una flor a los compañeros que nunca traté ni conocí, además de aquellos con quienes muchas veces compartí labores de la Agrupación Política 14 de Junio (1J4), -Santiago de los Caballeros- de la cual formé parte y aún continúo inscrita. Para refrescar esos acontecimientos y acercarlos a nuestro presente histórico, retrotraigo algunos de los aspectos relevantes de la insurrección comandada por el Dr. Manuel Aurelio Tavárez Justo, Manolo. Veamos. Las acciones del golpe de estado contra el gobierno constitucional del Prof. Juan Bosch, acaecido el 25 de septiembre del 1963, desencadenaron episodios que alteraron las actividades de la nación, así como también la de algunos hogares vinculados a la referida organización política. Ante la feroz persecución policial dirigida contra militantes y dirigentes de los grupos de izquierda, el Dr. Manuel Aurelio Tavárez Justo, se vio obligado a vivir en la clandestinidad por varios meses. No obstante su limitada movilidad pública, Tavárez Justo continuó con sus labores políticas, las que nunca obvió. A tales fines, el 1J4 se organiza para poner en ejecución la sentencia dictada por su líder máximo, en una concentración sin precedentes para la época, celebrada el día 14 de junio del 1963, en el parque Independencia, frente al Baluarte del Conde, conmemorando la Gesta de Junio del 1959, naciendo con ella La Raza Inmortal. En el referido evento, como parte de su histórico discurso, Manolo advirtió lo siguiente: “Si se siguen en vigencia y se pone en práctica la ley de emergencia, si se pretenden, en consecuencia, golpear de esa manera al pueblo y a sus organizaciones más honestas, el “14 de Junio” sabe donde están las escarpadas montañas de Constanza”. Manolo concluyó: “Óiganlo señores de la reacción, si imposibilitan la lucha pacífica del pueblo, el “14 de Junio” sabe muy bien donde están las escarpadas montañas de Quisqueya; y a ellas….. a ellas iremos, siguiendo el ejemplo y para realizar la obra de los Héroes de junio de 1959, y en ellas mantendremos encendida la antorcha de la libertad, el espíritu de la Revolución…. porque no nos quedará, entonces, otra alternativa, que la de ¡Libertad o Muerte!’’ Tavárez Justo y un grupo de hombres y mujeres que combatieron para erradicar los remanentes del período dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo, con el propósito de lograr el retorno al orden institucional y restablecer la Constitución de 1963, organizaron el proyecto de insurrección. En la referida Carta Magna, entre otros de sus puntos de importancia social, prevalecía el concerniente al respeto a la vida. (*) La guerrilla se inicia el 28 de noviembre del 1963. Manolo Tavárez, Comandante General, y 26 combatientes más, integraban el frente Enrique Jiménez Moya, a operar en las Lomas de San José de las Matas, y El Rubio (Las Manaclas) dentro del hoy nombrado parque J. Armando Bermúdez. En su totalidad, operarían 6 frentes guerrilleros, que en horas de la noche subirían a sus respectivas montañas. Los 5 grupos restantes se ubicarían en diferentes zonas, a saber: el frente “Juan de Dios Ventura Simó”, en las lomas de Bonao, Los Quemados; dirigiéndose hacia La Escalera de Altamira-Puerto Plata, subiendo por El Limón, operaría el frente “Gregorio Luperón”; el frente “Hermanas Mirabal”, en Lomas de San Francisco de Macorís (Quita Espuela); el frente “Francisco del Rosario Sánchez”, en las Lomas de Enriquillo y Polo; finalmente, el “Mauricio Báez”, en Lomas de El Seybo, La Berrenda. Transcurridos varios días desde el inicio de la insurrección, el Ing. Manuel Tavárez Espaillat, -miembro del Triunvirato en el Poder- mediante mensaje radial y volantes lanzados desde el aire a la zona donde se encontraban los insurrectos, les pedía que se entregaran, prometiéndoles que se les respetaría la vida. Nada más lejos de la realidad que ocultaba esta promesa. Por esos tiempos, a los integrantes de focos guerrilleros de la región, les perseguía la sentencia ladina de sus muertes. Luego de ponderar el llamado del Ing. Tavárez Espaillat, una parte de los guerrilleros del frente comandado por Manolo, contemplaron la posibilidad de deponer las armas; el resto del grupo manifestó no creer en la promesa oficial. La comisión negociadora para la entrega del grupo guerrillero, haciendo caso omiso a los argumentos del Dr. Tavárez Justo, abogado, conocedor de los pactos internacionales para casos similares, refiriendo la Convención de Ginebra, en su presencia, los 16 insurgentes que le acompañaban, uno tras otro murieron cobardemente fusilados.(1)(2). En su momento, Domingo Sánchez Bisonó, (El Guajiro), había manifestado a sus compañeros: “si muero en combate, déjenme reposar donde caiga”. En La Diferencia se levantó una tumba que conserva los restos de “El Guajiro”. Llenos de pánico, obligados a presenciar el exterminio de los guerrilleros, solo los campesinos pueden testimoniar el abatimiento de Manuel Aurelio Tavárez Justo, al intentar convencer a la tropa militar, argumentándoles que: “solo él era responsable de su insurrección en la montaña”. Delante de sus compañeros, fusilados próximo a sus pies, casi sin voz, reclamando por sus vidas, ausentes sus fuerzas y frente al escenario de dolor y desolación, levantado y sostenido sobre la convicción de sus principios y nobles ideales por la Nación Dominicana, cuando sólo él quedaba, a sus 32 años, bajo inmisericordes y ruines disparos, Manolo cae abatido en “Las Manaclas”, el 21 de diciembre de 1963. Muere junto a sus compañeros y se visten de glorias, en las imborrables huellas de nuestra historia contemporánea. En el frente “Enrique Jiménez Moya”, comandado por Manuel Aurelio Tavárez Justo, previo a su fusilamiento, cayeron los miembros del 1J4: Jaime Rafael Ricardo Socias, Dr. Federico José Cabrera, Juan Ramón Martínez (Monchi), Jesús Antonio Barreriro Rijo (Tony), José Daniel Fernández Matos (Danielito), Rubén Díaz Moreno (Ruby), Domingo Sánchez Bisonó (El Guajiro-guía del grupo), Manuel de Jesús Fondeur (Piculín). De igual modo, integrantes del mismo frente, -“Enrique Jiménez Moya” - murieron los guerrilleros: Leonte Antonio Schott Michel, Fernando Arturo Ramírez Torres (Papito), Antonio Filión (El Manchao), Caonabo Abel, Manuel de los Santos Reyes Díaz (Reyito) , Alfredo Peralta Michell (Alfredito), Francisco del Carmen Bueno Zapata y Rubén Alfonso Marte Aguayo (Fonsito). En el frente “Gregorio Luperón”, igualmente inmolados: José Rafael Minaya (Ponono), Félix Gerónimo Escaño Peña (Guancho) y Florencio Enrique Almánzar Frómeta (Enriquito); en el “Mauricio Báez”, Juan María Candelario (Ñaño), José Padua Falet, Luis Ibarra Ríos, Adolfo Pérez Sánchez, Antonio Faxas Canto (Pipe), y Roberto Hernández; del frente“Francisco del Rosario Sánchez”, Pedro Emerson Mota Galarza (Chacún). Hipólito Rodríguez Sánchez y Gustavo Adolfo González (La Yerba), del frente “Juan de Dios Ventura Simó”, también sacrificados. Al ambicionar devolvernos el gobierno libremente elegido por los dominicanos, sus muertes, 29 en total, representan el costo de sus vidas por la insurrección en “las escarpadas montañas de Quisqueya Los cadáveres, -“enterrados” al borde del camino, próximo a donde fueron ultimados-reclamados por sus familiares, fueron exhumados y trasladados a sus lugares de origen, algunos de ellos oriundos de Santiago de los Caballeros. (3). Como dato interesante, acudo al comentario escrito por la respetada pluma de Angela Peña: “Manolo fue asesinado pese a haber negociado su entrega. El cadáver presentaba herida de bayoneta en el costado izquierdo, una bala en la mano derecha con orificio de entrada y salida. “La bala de la mano fue consecuencia de que en el momento de fusilarlo levantó la palma y profirió insultos a sus asesinos”. Para honrar a estos héroes, el 1J4 de Santiago dispuso que a los cuerpos depositados en las morgues de los hospitales, hasta tanto fueran retirados para enterrarlos conforme a nuestras tradiciones, se les cubrieran con la Bandera Nacional. Con mi compañera Mercedita, abrigamos el cuerpo de Alfonso Marte, Fonsito. Jamás olvidar aquella imagen escalofriante, como expulsada desde los infiernos; la sangre hacía isla con su cuerpo y aquella mujer exclamando horrorizada: “pero si le falta una oreja”. Fonsito, ¡mi compañero entrañable! Delgado, de estatura mediana y salud delicada, sin imaginar sus propósitos, me solicitó: “Cuando me encuentre en la loma, escríbele a mi mamá, como si yo lo hiciera, diciéndole que estoy bien, que no se preocupe por mi salud, así estará tranquila hasta mi regreso”. No volví a verle. Le recuerdo preocupado por su madre y cargado de amor por ella. Al despedirme, sin sospecharlo, iniciaba su viaje hacia donde reposan los inmortales de la Nación Dominicana. Recordando estos conmovedores sucesos, a quienes fallecieron en las luchas por defender los intereses de la Patria, y a todos los que la Providencia les resguardó la vida, les saludo con coronas de laureles, además de gratitud eterna. Y como escribiera Martí, en su Elegía ante sus hermanos muertos (noviembre, 1871): “Cuando se muere, en brazos de la patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe, ¡empieza, al fin, con el morir la vida!”: giannellaperdomo@hotmail.com Fuentes: http://bernotberry.blogia.com/2010/020101-ese-entierro-de-luis-ibarra-rios-1940-1963-.php http://elserrano.wordpress.com/noticias/manolo-tavarez-justo-y-sus-companeros-en-las-manaclas/ http://issuu.com/hoyrd/docs/12_10_2013_areito_pdf_ok/5?e=9191268/5194917 http://bernotberry.blogia.com/2010/020101-ese-entierro-de-luis-ibarra-rios-1940-1963-.php.