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lunes, 1 de octubre de 2012

RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO MOLINA:



RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO MOLINA:

PRODUCTO DE UNA SOCIEDAD ENFERMA

Y UNA FAMILIA DISFUNCIONAL

Por:

Juan de la Cruz Gómez Pérez


Trujillo deseaba ser un hombre de primera. ¨Debido a su retrasada calidad psicológica, Trujillo sí lo deseaba, y es lógico que en los pueblos haya hombres como él, especialmente si la atmósfera social está tan torcida y enferma como lo estaba la de Santo Domingo cuando el joven Trujillo crecía, lleno de ambiciones que el propio ambiente nacional estimulaba.¨


Juan Bosch


Cuando se escudriña minuciosamente, las obras, Trujillo: Causas de una Tiranía sin Ejemplo, de Juan Bosch, y Trujillo, Visto por un Psiquiatra, de José Miguel Gómez, nos induce a reflexionar sobre las razones históricas que hicieron de Rafael Leonidas Trujillo Molina un monstruo lleno de maldad, un ser despiadado, inhumano, cruel, sanguinario, tan difícil de explicar y encontrar las posibles razones que lo llevaron a esa situación, de irrespeto a la vida humana. Para él, la vida de los demás no tenía sentido, no tenía importancia, no tenía ningún valor. Fue un dictador duro, feroz, brutal, violento, de su ser interior surgía un deseo intenso, la necesidad de aplastar, de humillar y destruir a todo aquel que se le enfrentara. Han transcurrido 52 años desde su ajusticiamiento, y sin embargo, uno no deja de cavilar constantemente sobre las razones que lo llevaron a ser tan inhumano, pues poseía una personalidad que no proyectaba crueldad.

Nada maligno proyectaba su personalidad, todo lo contrario se percibía en su rostro mucha paz, poseía una voz suave y fina, indicando que era una persona en la que se podía confiar. ¿Cómo se forjó en su conciencia ese irrespeto por la vida humana?. ¿Por qué esa necesidad de aplastar, de humillar y destruir a los demás?. ¿Por qué convertirse en una bestia humana?. ¿Cuáles fueron esas razones de índoles humanas, sociales, sicológicas y hasta espirituales que lo llevaron a ser un dictador del espanto o del horror en el Caribe?.

Según Juan Bosch eso ocurría ¨…porque la sociedad en que creció llenó su alma infantil, primero, y juvenil, después, de humillaciones imperdonables, por el delito de haber nacido en un hogar ¨de segunda¨ y económicamente modesto.¨ Más adelante, afirma, el maestro de la política dominicana, Juan Bosch, que: ¨En España no contaba la belleza sino el título, la sangre limpia y la seguridad de que en la familia de la desposada (actualmente esposa, nota del autor del artículo) no había abuelos labriegos o

comerciantes; pues el trabajo infamaba a quien lo ejercía, hasta varias generaciones más allá de él.¨


Rafael Trujillo Molina y sus

Secuaces Militares


Rafael Leonidas Trujillo Molina es el producto de una sociedad deformada. Una sociedad que dividió a las personas entre ¨gente de primera¨ y ¨gente de segunda¨. Una sociedad que llenó a muchos dominicanos de humillaciones, desprecios, burlas entre la familia que formaban a la Nación dominicana, por el simple hecho de haber nacido en un hogar de segunda. Pero la psique o naturaleza de Trujillo Molina no estaba preparada para todos estos insultos, pues era un ser humano muy sensible a las humillaciones y sobre todo provenía de una familia disfuncional, por ende, se desarrolló como un individuo disfuncional, desadaptado y de alto riesgo social, con carencia de los límites que impone la convivencia en una sociedad. La obra de Juan Bosch presenta la tesis, de que la mentalidad de Trujillo Molina, fue el producto psicológico de la deformación creada por la conquista, producto militar de la ocupación Norteamericana, producto de la descomposición caudillista y de la crisis de 1929, época de la gran depresión económica. Fue el resultado de una sociedad enferma, que desconocía los valores fundamentales de los seres humanos.

Veamos primero la deformación del pueblo dominicano como resultado psicológico de la conquista. La deformación social del pueblo dominicano comenzó, según lo explica Juan Bosch, con el segundo viaje de Cristóbal Colón al tocar tierra, hecho ocurrido, el 27 de noviembre de 1493, al mando de una flota de ¨diecisiete barcos y mil trescientos hombres, de los cuales mil percibían sueldo como servidores de un plan imperial. En esa flota llegaban funcionarios, sacerdotes, albañiles, agricultores, panaderos, herreros, carpinteros, y además unos trescientos voluntarios en los que abundaban los segundones pobres, los hijosdalgo arruinados, los buscadores de fortuna en tierras de un mundo virgen.¨

Desde la llegada de todas estas personas en el año de 1493 hasta el año de 1515 han transcurrido 22 años. En ese tiempo de 22 años es lo que explica que para 1515 en la Isla Española existía gente de primera categoría, las cuales vestían lujosamente y gente de origen noble, que no pertenecían a esa categoría, según indica Juan Bosch en su trascendental obra analizada en este trabajo.

Todo esto muestra que cuando Trujillo Molina nació en 1891, es decir, 376 años después, la sociedad dominicana todavía se encontraba dividida entre gente de primera y de segunda. Por lo tanto, Trujillo Molina es el producto psicológico de la deformación creada por la conquista, porque sufrió fuertemente esa deformación en su psique. La sufrió porque él había nacido de segunda, y aspiraba a ser gente de primera, en consecuencia se percibe en el discurrir de su vida ese anhelo, el de pertenecer a la gente de primera. En el año 1915 Trujillo Molina le solicitó al Dr. Ángel Morales, médico de prestigio y

perteneciente a la sociedad de primera, que le bautizara a su primera hija de nombre Flor de Oro. El médico declinó ser compadre de Trujillo Molina. Cuando hizo la solicitud en el Club Unión de la Capital para ser miembro de un Club de primera, se le echó bola negra, es decir, se le negó el derecho de frecuentar los salones de ese club, porque no pertenecía al grupo social de primera. En la ciudad de La Vega pidió autorización para ir al baile del Club del Casino Central de La Vega, al que también se le negó la entrada. Esto afectó la psique de Trujillo Molina, hombre sensible y rencoroso a tales insultos, no olvidó la ofensa. Esa sensibilidad, jugó un papel importante por la humillación a que fue sometido en su infancia y en su primera juventud por el hecho de ser de segunda, según su insistencia en ser admitido entre la gente de primera, tal como lo explica el inolvidable y eterno maestro Prof. Juan Bosch.

Aun quedan vestigios del poder y las facilidades que tienen personas que por su dinero y espacio que ocupan en la estructura económica en la sociedad actual, se colocan como gente de primera, y si alguien que no es de ese nivel económico y quisieran participar, no lo pueden hacer, se lo niegan, por no ser parte de esa clase, entre esas instituciones existen clubes, discotecas e instituciones empresariales que solo aceptan personas de primera, es decir, de ese nivel económico.

Veamos textualmente como lo expresa Don Juan Bosch, al respecto: ¨ ¿Qué significa en Santo Domingo "echar bola negra"?. Significa negarle a una persona el derecho de frecuentar los salones de un club, porque no pertenece al grupo social "de primera". El acto de "echar bola negra" equivale a declarar públicamente que quien ha recibido tales "bolas negras" está manchado, es una especie de apestado moral; alguien que no puede codearse en público con la gente importante de la ciudad –y de todo el país. Su mujer, su hermana, su novia, será vista por encima del hombro, desdeñosamente, por las mujeres de alcurnia; no se le recibirá en ninguna fiesta, sarao o reunión de gentes "de primera", sus hijos podrán ser compañeros de escuela y hasta de juegos de otro niños, hijos de familias de linaje, pero no podrán figurar con ellos públicamente en reuniones sociales¨

Más adelante interpreta, dilucida de manera magistral, cómo pudo haberse sentido Trujillo Molina cuando se le echo bola negra y en qué tiempo posiblemente lo supo el país, veamos: ¨De manera que cuando al jefe del ejército se le negó acceso a un baile del Casino Central de la Vega, el país lo supo en 3 días; y cuando se le echo "bola negra" en el Club Unión de la Capital, lo supo en menos tiempo. Rafael Leonidas Trujillo, hombre sensible a tales insultos, no olvidó la afrenta. Por otra parte, en lo enfermizo de esa sensibilidad debió jugar un papel importante la humillación a que fue sometido en su infancia y en su primera juventud por el hecho de ser "de segunda", según lo denuncia su insistencia en ser admitido entre la gente "de primera".¨

Todo esto debido a que el desarrollo moral, espiritual y emocional de una persona se inicia en la niñez y alcanza su máximo desarrollo en la adolescencia. En la obra, Trujillo, Visto por un Psiquiatra de José Miguel Gómez, primera edición: 2003, describe y explica

cómo se fue formando la personalidad de Trujillo Molina, veamos:¨El adolescente Trujillo, en su estructura psicodinámica del desarrollo de la personalidad, fue desarrollando una compleja fijación del ¨Ello¨ de su personalidad, caracterizada por la búsqueda del placer, la gratificación inmediata y la baja tolerancia a la frustración; aprendió poco a poco a frustrarse, no conocía el no, el después, el nunca y por otro lado poseía un ¨yo¨ hipertrofiado con una percepción exagerada de su importancia, incapaz de darle repuesta, dirigir o discriminar los impulsos del ¨Ello¨ de su placer, y con un ¨súper yo¨ o sea la parte ética, moral de la personalidad que va formándose durante la socialización y con los valores, la espiritualidad, las normas y reglas que se aprenden en el entorno familiar, que al final sirven a la personalidad para poner frenos sociales a las conductas inadaptadas que violentan los espacios sociales e individuales como son: robar, matar, violar, asesinar o producir daños personales sin sentir remordimiento o sentimientos de culpa.¨

En ese sentido, hace años que el autor del presente trabajo, escribió un artículo titulado, El Genoma Humano Revela su Naturaleza, en la que afirmaba que: ¨…el genoma revela la naturaleza humana en conjunción con el entorno. Ambos se fusionan en un todo integral donde se necesitan mutuamente, porque, los genes reaccionan a los factores ambientales, expresándose a través de ellos y el ambiente influye en los genes y también se expresa a través del programa genético. Pues, la muerte, la inmortalidad celular, el libre albedrío, el aprendizaje, la memoria, entre otros, se modifican y se expresan, en combinación ambiente-herencia. Ambos revelan la naturaleza humana. Somos el resultado de la interacción de los dos. Ambos explican nuestra naturaleza. Los genes están concebidos para extraer experiencias del entorno y dejarse guiar por el ambiente para manifestarse a través de ellos.¨

Además, explicaba que: "Si el ambiente activa y desactiva los genes, se puede afirmar que se hereda la forma o manera de reaccionar frente al ambiente. Es decir, el programa genético se expresa a través del ambiente y el ambiente necesita del programa genético para poder expresarse. Ambos se necesitan, pues en ellos se establece la misma relación que existe entre las dos caras de una misma moneda. El lado cara y escudo de una moneda, uno y otro son necesarios para la existencia de la moneda, pues, si falta un lado deja de ser moneda. La naturaleza humana está determinada por la relación directa e inversamente proporcional entre el genoma y el ambiente. Los dos, configuran la naturaleza humana influyéndose mutuamente".

Todo esto significa que el ser humano es el resultado de su programa genético y de su ambiente sociocultural y psicológico que le tocó vivir. En el caso que nos ocupa el entorno inmediato, el familiar de Trujillo Molina, no fue un buen modelo. Su padre José Trujillo Valdez mujeriego, bebedor, preso por homicidio, irresponsable, permisivo e indiferente con antecedentes delincuenciales que avergüenzan a cualquier hijo decente que provenga de un padre de esa calaña. En el caso de su madre, Julia Molina, mujer sufrida, anulada su autoridad por las abuelas de Trujillo Molina, permisiva, sumisa y dependiente. Este modelo de padre y de familia no estaba en condiciones de educar y dar una buena crianza a sus

hijos. Con relación a todos los hermanos de Trujillo Molina, once en total, tenían problemas de índoles conductuales, desde muy temprana edad desde prostituta hasta cuatrero, incluso miembro de banda delincuenciales. Fue una familia disfuncional que empezó con las abuelas, continuó con los padres de Trujillo Molina, luego con la familia que desarrolló Trujillo Molina y María Martínez, prosiguió con los hijos de ambos. Ese modelo de conducta se transmitió en varias generaciones. Una familia extensa de pocos controles, sin límites y sin reglas claras, favoreció la psique de Trujillo Molina, favoreciendo la indisciplina de este. Formación que extrapoló al Estado Dominicano constituyéndose en dueño y señor del pueblo dominicano.

La obra anteriormente citada de José Miguel Gómez, cita la descripción que sobre el carácter de Trujillo Molina hiciera del Dr. Joaquín Balaguer cuando expresó: ¨era de carácter versátil. Sumamente impresionable y de reacciones muchas veces elementales, no colocada del todo todavía por las ideas racionalizadas, sino además un ser extraño que tuvo enormes complicaciones psicológicas y que a menudo careció de control sobre sus movimientos sensitivos.¨


Trujillo Molina y el Dr. Balaguer


La obra, Trujillo Visto por un Siquiatra, presenta los rasgos histriónicos de Trujillo Molina descrito de nuevo por el Dr. Balaguer en La Palabra Encadena, veamos: ¨no era fácil saber cuándo Trujillo era sincero y espontáneo y cuándo estaba representando el papel de un actor en el escenario de la vida dominicana.¨

El autor de la obra antes citada sostiene que Trujillo Molina gobernó durante más de treinta años con una máscara que nunca apartó de su rostro. Considera que aún sus propios familiares y sus colaboradores más cercanos eran víctimas de la doble personalidad con que se manifestaba en cada uno de sus actos de gobernante. Fingía a toda hora y en todas las ocasiones. La vida de Trujillo Molina era un teatro, el guion y el drama estaba con él; solamente necesitaba del escenario para empezar actuar, nadie era más cínico, frio, calculador, manipulador y egocentrista que Trujillo Molina. Le fascinaba ser el centro de la atención como histrión, llegaba a las fiestas bien vestidos, entraba por el centro del salón, previo aviso donde todo el mundo sabía que llegó el jefe, de pie todo el mundo, caminaba despacio, miraba entre ojos, coqueteaba y seducía de forma simulada, vestido de forma intachable, bien perfumado, el cabello brilloso con toque de vaselina y pasos seguros de macho conquistador.

El autor de la obra indica, que Trujillo Molina sabía fabular, tenía el arte de dividir amigos, de imaginarse cosas. En el interior de su ser era tímido, necesitaba suplir sus carencias y su complejo de inferioridad haciéndose sentir, necesitaba de esa vestimenta, del dinero, de muchas mujeres, de esa necesidad patológica de llamar la atención. El autor sustenta que ¨Rafael Leonidas Trujillo Molina tenía… su impulsividad, su cambio de humor y de sus

emociones, más su pobreza objetiva y emociones positivas, su ausencia real de sentimientos positivos… esa carencia de amor lo llevaron a asesinar funcionarios, amigos que le habían servido, a vivirles sus mujeres y sus hijas y luego decirlo. Un día exaltaba y elogiaba a su amigo y el otro día lo desacreditaba y lo ponía en el Foro Público, lo humillaba de la forma más despiadada.¨

El autor de la obra, sostiene que: ¨Esa dualidad de Rafael Leonidas Trujillo, no podían entenderla los dominicanos, pues seducía, amaba, ayudaba, odiaba, mataba, desacreditaba, cambiaba el ropaje y trama de forma espectacular, lo manifestaba todo, todo lo hacía posible. Así fue en todas sus relaciones.¨ El escritor y psiquiatra lo describe como histriónicos, narcisistas, obsesivos, paranoides de su personalidad. Tenía una exagerada importancia de su personalidad. Le gustaban los títulos, las distinciones, las condecoraciones que lo reconocían y adulaban. Llegó a sentirse más grande o más importante que los padres de la Patria.

Según el Siquiatra, el único trastorno que padecía Trujillo Molina era el trastorno antisocial de la personalidad, conocido con el nombre de psicópatas. Lo que caracteriza a un antisocial son la carencia de sentimiento y arrepentimiento de su conducta agresiva. Sostiene que en su mayoría son fríos, cínicos, falsos, manipuladores y sumamente hábiles para conseguir sus propósitos. Carecen de empatía, son insensibles, menosprecian los sentimientos, derechos y valores de las demás personas.


Tortura en silla eléctrica aplicada en la Dictadura de Trujillo Molina


Citando al Dr. Balaguer en su obra, la palabra encadenada, describe a Trujillo Molina diciendo que ¨su maldad es fría, inexorable como la guerra y la fuerza natural, indiferente al dolor, impasible ante el sufrimiento ajeno…¨ Agrega el Dr. Balaguer que ¨…la mano que se abría para hacer un bien, era la misma que se cerraba con optimismo para arrancar la vida de un ser humano. El mismo hombre que abrazaba contra su corazón a un amigo, era el que pisoteaba sin piedad por obra de un chisme o de un cambio de temperamento voluble.¨ ¨Como todo antisocial, no entendía ni se ponía limites, no sabía de normas y menos de capacidad para valorar, discriminar y arrepentirse de su comportamiento.¨

El chisme lo utilizó como un arma, Trujillo Molina fue criticado, humillado, discriminado en su adolescencia y en su juventud. Por eso se volvió un hipersensible, un resentido social al que le resultó difícil adaptarse socialmente. El chisme social es una desgracia y es un legado de Trujillo Molina a la sociedad dominicana que debemos liberarnos de él. El chisme destruye amistades, familias, instituciones y daña la convivencia social.

José Miguel Gómez expresa que ¨En el fondo nadie sabía que pasaba en la psiquis de Trujillo, esa ambivalencia tenía a los amigos en zozobra, y para colmo Trujillo como todo antisocial utilizaba el chisme, la intriga, el descrédito para dividir amigos, familias y personas íntimas; usaba a los amigos según la conveniencia y la utilidad, según el momento, y según las circunstancias, si fallaba y no le era útil en el momento o en la circunstancia, entonces sin ningún remordimiento, sin ninguna gratitud los desacreditaba o los asesinaba; y cuando no, los hacía pasar el ridículo con su humor negro.¨

Además, Rafael Leonidas Trujillo Molina, fue un producto militar de la Ocupación Norteamericana de 1916-1924, y de la descomposición caudillista de la República Dominicana. Con relación a la intervención militar, ésta se dio a la tarea de neutralizar las luchas armadas del país, en ese sentido, crearon un cuerpo militar destinado a mantener el orden público, que luego fue llamado Policía Nacional, y para el entrenamiento de los soldados, se estableció la Escuela Militar de Haina. Esa escuela templó el espíritu creador y emprendedor de Trujillo Molina, le dio formación Militar. Esa escuela militar le permitió establecer vínculos de amistad con los altos oficiales de la Guardia Nacional, los cuales vieron en Trujillo o en el Teniente Trujillo, el hombre nuevo que necesitaba el país, por lo tanto, lo recomendaban, lo alababan y lo ascendían de rango. Trujillo Molina cultivó una buena amistad con el Coronel Cutts quien era el instructor general de la policía, la cual se robusteció con su nombramiento como comandante de la policía, luego Trujillo Molina fue ascendido a capitán en el gobierno provisional de Vicini Burgos.

Es decir, la apariencia al igual que hoy estuvo por encima de las cualidades morales, intelectuales y ética que debe tener un ser humano que tiene la aspiración de ocupar funciones públicas, pero se percibe que siempre se piensa seleccionar, en función de intereses personales o institucionales, y en este caso, intereses extra nacionales, el de los norteamericanos.

La promoción militar de Trujillo Molina fue resultado de su personal astucia y habilidad, para ascender políticamente, puesto que consiguió, gracias al apoyo de los americanos y el beneplácito que consiguió de Horacio Vásquez, quien en pocos meses le otorgó el rango de Teniente Coronel, Jefe de Estado Mayor y Comandante Auxiliar de la Policía Nacional. Con esa designación Trujillo Molina se convirtió en el punto de apoyo militar en que descansaba el gobierno horacista. Lo que significa que ante cualquier crisis que afectara ese gobierno, Trujillo Molina estaba en la posición adecuada para ascender al poder. A partir de esa posición comenzó a conspirar con la finalidad de sacar a Horacio Vásquez del poder, al cual le fingía haciéndole creer que el ejército obedecía a Horacio Vásquez, cuando en realidad ese ejército obedecía ciegamente a Trujillo Molina. Eso confirma lo expresado por los autores citados.

Con relación a la descomposición caudillista, factor que facilitó el ascenso al poder de Trujillo Molina, debido a la corrupción administrativa que caracterizaba al gobierno de Horacio Vásquez. Ese gobierno cometió el error de mostrar deseos de continuidad o de

reelección, provocando la Revolución de Santiago, que originó el Golpe de Estado del 23 de febrero de 1930. Esas fuerzas ocuparon la capital del país, sin que los militares trataran de detenerlos o imponer el orden; el movimiento armado era instigado por Rafael Estrella Ureña, pero contaba con el apoyo del Jefe del ejército, Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien había proporcionado armas y equipo bélico. Ese respaldo fue dado encubierto, ya que el jefe del Ejército fingía lealtad al gobierno. Ese estado de agitación descrito anteriormente provocó la renuncia del Presidente. La renuncia de Horacio Vásquez provocó una situación conflictiva entre los aspirantes a sustituirle: Estrella Ureña y Trujillo Molina. Sin embargo, la elección recayó en Estrella Ureña, quien hizo el juramento de gobernar hasta que se celebraron elecciones.

Al mismo tiempo en medio de ese proceso se encontraba en marcha la crisis económica de 1929 generada por la depresión económica mundial, que conjugaba con la crisis política que el caudillo había desatado desde 1928, creó las condiciones necesarias para que el presidente pudiera ser derrocado fácilmente. El disgusto popular por la prórroga de poderes al presidente y la campaña reeleccionista después, fue inesperada y violentamente estimulado por la bancarrota económica. En febrero de 1930, Horacio Vásquez era derrocado por un movimiento que contaba con la complicidad de Trujillo Molina, el cual alcanzaba la Presidencia de la República, es decir, el 16 de agosto de ese año se juramentan Trujillo Molina y Estrella Ureña como presidente y vicepresidente de la Republica, iniciándose el punto de partida de la Era de Trujillo.

Cuando Rafael Leonidas Trujillo Molina asumió el poder, la situación económica era pésima en todos sus aspectos. La crisis mundial de 1929 se reflejaba en nuestro país con aspectos sombríos, ya que los empleados públicos no cobraban sus sueldos, las carreteras no podían ser reparadas, el comercio se paralizaba y hasta el ejército iba quedándose sin ropa y sin zapatos. Ante ésta tétrica realidad, Trujillo Molina trató de conseguir préstamos en el exterior. En 1930 envió una misión financiera a Estados Unidos, pero los bancos extranjeros dejaron sin crédito a toda la República. En búsqueda de paliativo a la situación creada, adoptó un fuerte programa económico interno que consistió en bajar los salarios a los empleados públicos, elevar los precios de los productos y aumentar los impuestos, así como obligar a los campesinos al trabajo gratuito.

A esa realidad se le agrega el paso del ciclón San Zenón por nuestro país, que provocó la muerte de miles de personas y la destrucción de miles de viviendas, que estaban construidas de madera. En ese sentido, Juan Bosch afirma, que en el orden económico, Trujillo Molina se enfrentó a la crisis gestionando una moratoria de la deuda externa que le fue acordada por el gobierno de los Estados Unidos. La moratoria –enfatiza- Bosch dejó en manos de Trujillo los fondos que antes se destinaban a pagar en los Estados Unidos los bonos de la deuda dominicana, y con esos fondos se iniciaron algunas obras públicas como la Avenida George Washington, en la capital, que proporcionaron trabajo e impulsaron las actividades comerciales. Trujillo Molina recibió el país en crisis y logró

superar y desarrollar todos los renglones de la economía para su beneficio personal, de su familia y amigos.

Veamos, las medidas económicas implementadas por el gobierno estuvieron orientadas a incrementar los recursos del gobierno, enriquecer al tirano, a su familia y allegados. El capitalismo comenzó con Ulises Heureaux, Ramón Cáceres y Horacio Vásquez, pero a partir de Trujillo Molina adquirió características peculiares, puesto que llegó a monopolizar la mayoría de los negocios que habían en el país, con el propósito de acumular rápidamente capitales, por ejemplo en 1931 monopolizó la producción y venta de sal, la producción y venta de carne en Santo Domingo, el arroz y la leche.

Además, la dureza de su régimen se explica, porque Trujillo Molina impulsó el proceso de acumulación originario a partir de 1940, donde separó al campesino de su tierra, ese fue un proceso doloroso, porque fueron desalojados a la mala, en algunos casos le picaron los alambres de púas de sus cercas, sus animales fueron sacados y vendidos o repartidos entre los encargados de llevar a cabo la operación del desalojo y eso lo hacían en presencia de los campesinos propietarios, que contemplaban el abuso sin que pudieran hacer nada para evitarlo.

En ese sentido hubo ocasiones en que los tractores se llevaron por delante las viviendas de madera de los dueños de esas tierras y en presencia suya, con todo lo que tenían dentro: mesas, sillas, ropas. En varios casos las viudas tuvieron que vender, por lo que los agentes de Trujillo Molina quisieran darles, las propiedades que se habían negado a vender sus maridos, muchos de los que se negaron fueron fusilados y ahorcados, se cumplía el pensamiento marxista de que el capitalismo surge chorreando sangre hasta por los codos, debido a que su punto de partida es la acumulación originaria fundamenta en el Estado, que es la violencia concentrada y organizada de la sociedad.

En tal sentido, Trujillo Molina compró las acciones de varias empresas que funcionaban en el país como una compañía de seguro, que nombró la compañía San Rafael y la compañía Anónima Tabacalera. Trujillo Molina intimidaba los dueños de estas empresas, para que le vendieran acciones hasta que finalmente quedaba siendo dueño único. En 1945 aprovechando los altos precios de los productos, Trujillo Molina siguió comprando numerosas industrias como son: aceite comestibles, la industria del cemento, ron, papel, embutidos, leche procesada, clavos, botellas, vidrio, café, chocolate, dulces, mármol, medicina, pan, pinturas, sacos, cordeles, y tejidos. Además, la industria azucarera, construyendo en Villa Altagracia, en Haina y compró con recursos propios y del Estado la mayoría de los ingenios del país. Por tal razón en la República Dominicana de Trujillo Molina, el capitalista, el gobierno, los empresarios y las fuerzas sociales no tienen conflictos porque estos sectores son el engranaje de una sola maquinaria y esa maquinaria es Rafael Leonidas Trujillo. Trujillo era Trino y uno, porque era dueño del capital, del gobierno y de las armas.

Eso es lo que explica, según afirma Bosch en su famosa obra ¨Composición Social Dominicana¨ que: "Muchos de los crímenes de Trujillo no fueron políticos; fueron crímenes de la burguesía industrial en el momento en que ésta se desarrollaba. Pero como Trujillo era a la vez el gobernante y el burgués, esos crímenes aparecían como de origen político. Y es el caso que Trujillo no era simplemente un burgués: era al mismo tiempo la burguesía terrateniente que dedicaba sus tierras a productos industrializables; la burguesía industrial y la financiera. En su régimen todo se confundió en su persona, al grado que resultaba muy difícil distinguir cuáles de sus hechos violentos eran producto de la naturaleza de sus empresas y cuáles eran producto de su método de gobernar. Todo estado burgués es en última instancia una empresa de la burguesía, pero como en el caso de Trujillo él resumía toda la burguesía nacional, el Estado dominicano era su empresa personal".

Además, para impulsar el desarrollo de sus empresas y del país, Trujillo Molina necesitaba bancos que le ofrecieran líneas de créditos y leyes proteccionistas que fijaban altos impuestos a las importaciones o prohibiendo la importación de algunos productos, como ocurrió con el arroz para que sólo fuera consumido el criollo que era monopolizado por el mismo. En ese empeño de monopolizar todo, adquirió el National City Bank que se convirtió en Banco de Reservas en el 1941. Creó el Banco Agrícola, al Banco Central, y la Compañía Eléctrica. También Trujillo Molina liquidó la deuda externa en 1947 mediante el Tratado Trujillo-Hull. Ese acuerdo devolvió al gobierno dominicano la administración de las aduanas nacionales, con esas medidas el régimen de Trujillo aumentó considerablemente, su ya gran poder político-económico. El poder económico de Trujillo Molina llegó a ser tan desmesurado que llegó a controlar el 80% de la producción industrial.

El aumento de la producción, motorizado por el desarrollo de la agricultura, y la industria, provocó un notable aumento de la población, sobre todo la emigración de miles de campesinos hacia las ciudades, especialmente a la de Santo Domingo. En 1960 solamente el 60% de la población dominicana vivía en el campo en tanto que en el 1930 el 84% de la población habitaba en la zona rural. En ese sentido afirma Frank Moya Pons que con estos y otros muchos negocios que abarcaban desde la prostitución hasta la exportación de fruto del país, incluyendo las comisiones por la concesión de contratos de obras públicas y el descuento de un 10% que se le hacía a los empleados públicos de sus sueldos destinados al Partido Dominicano, por consiguiente Trujillo Molina terminó convirtiéndose en el hombre más rico del país.

En lo sociocultural, la medida más notable entre el espectáculo y la dominación ideológica tomada en ese régimen fueron: La modernización de los centros urbanos, ya que las principales ciudades del país fueron dotadas de energía eléctrica, acueducto, centros sanitarios y escuelas. Mejoramiento de las vías de comunicación. Trujillo Molina tuvo una política educativa definida. Apoyó e incentivó la educación primaria. Desarrolló un programa de alfabetización, el cual cumplía una doble función, la instrucción de los

analfabetos y la dominación ideológica. La cartilla de alfabetización utilizada durante el régimen es un verdadero monumento contra el consumismo y un himno de alabanza al régimen. La ley de educación que se promulgó en la década del 50 significó un hito en materia educativa. Estuvo vigente hasta el año 1997. El sistema de salud pública amplió sus servicios, llegando incluso a lugares muy apartados. El régimen de Trujillo fue muy prolifero en materia judicial. La mayoría de los códigos, penal, civil fueron escritos o modificados en las tres décadas que duró la dictadura. La literatura, la plástica y la música logran expandirse durante el régimen de Trujillo, en los niveles que constituyen lo culto y lo popular.

La modernidad Trujillista en lo político tenía su precio en libertad y sangre. La estabilidad económica y política se logró a base de una cruel y sangrienta represión, fue destruida o desarticuladas todas las organizaciones políticas, a excepción del Partido Dominicano, el partido oficial, en el cual militaba toda la población adulta. Se exigía el carnet del partido, conocido popularmente como la palmita, para todas las transacciones públicas.

Desde antes del inicio de la dictadura, Trujillo Molina representó e impulsó el terror político, ya que a partir de juramentarse como presidente, Estrella Ureña se formó una confederación de partido bajo la fórmula Trujillo presidente y Estrella Ureña, vicepresidente. El Partido Nacional Horacista buscó la alianza del Partido Progresista y lanzó la fórmula Velásquez presidente y Ángel Morales, vicepresidente. En su campaña Trujillo Molina realizó un recorrido por todo el país acompañado de Rafael Estrella Ureña y el cacique Desiderio Arias. Esta confederación se movía libremente en campaña, sin embargo, la Alianza Progresista era coartada por grupos de militares hasta el punto que Velásquez y Morales tuvieron que desistir de sus propósitos eleccionarios, al ser víctimas de un atentado de muerte que lo obligó a tomar el exilio.

Después de llegar al poder, Trujillo Molina consolidó el poder político mediante el terror; Desiderio Arias se levantó en la zona montañosa de Mao y fue liquidado junto con muchos de sus amigos; la cárcel de Nigua se llenó de presos políticos; algunos oficiales del ejército, como el Coronel Blanco, fueron asesinados mientras se hallaban presos; el movimiento llamado "de los perozos" fue aniquilado sin piedad. Con esos métodos se impuso la Paz Trujillista, similar a la paz que había establecido medio siglo antes Ulises Heureaux.

Trujillo Molina se perfiló como un gobernante antihaitiano; el conflicto del siglo XX fue resuelto por Trujillo con el empleo de la fuerza. Definió la política de la dominicanización de la frontera, recurriendo al mecanismo de la represión y el 4 de octubre de 1937, se persiguió y se exterminó a todo haitiano que estuviese en territorio dominicano. Trujillo Molina enfrentó numerosas conspiraciones e innovaciones de exiliados; en 1947 se organizó la expedición de Cayo Confites desde Cuba dirigida por el hacendado Juan Rodríguez García; en 1949 se produjo la invasión de Luperón, ambas fracasaron, todo fueron hecho preso; en Junio de 1959 se produce la expedición de Constanza, Maimón y

Estero Hondo, Trujillo Molina lo esperaba con el ejército, la aviación y la marina, libraron fuertes combates, pero el poderío militar de Trujillo Molina se impuso.

En la lucha antitrujillista participaron las Hermanas Mirabal, las cuales fueron vilmente asesinadas el 25 de noviembre de 1960. Estas muertes conmovieron la conciencia nacional e internacional. "En síntesis Trujillo Molina" gobernó mediante el terror, para él sólo contaba satisfacer sus deseos; todo cuanto le sea útil a estos fines, es bueno; todo cuanto se oponga a ello, es malo. Su conciencia moral fue suplantada por la conciencia utilitaria, y en consecuencia solo es bello aquello que le sirve, solo es justo lo que le beneficia, sólo es verdadero lo que le conviene. Esa era la mentalidad de Trujillo Molina, un ser despiadado, producto psicológico de la deformación creada por la conquista, producto de una familia disfuncional, producto militar de la ocupación norteamericana y producto de la descomposición caudillista y de la gran crisis de 1929, época de la gran depresión económica. 2 de julio del año 2012. Hora: 7:00 PM,

juanelquimico2411@hotmail.com

Bibliografías Consultadas

 Moya Pons, Frank. Colecciones Dominicanas, Historia Dominicana II. Caribe Grolier 1982, Impreso en E.U.A./Printed in USA.

 Bosch y Gaviño, Juan Emilio. De Cristóbal Colon a Fidel Castro, El Caribe Frontera Imperial. Novena Edición dominicana, 1995. Editora Corripio, C. Por A.

 Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Clases Sociales en la República Dominicana, 4ta Edición de octubre de 1986. Editora Corripio, C. Por A.

 Peguero Valentina, Danilo de los Santos. Visión General de la Historia Dominicana, 8va Edición. Editora Corripio, 1983, República Dominicana.

 Cassá, Roberto. Historia Social y Económica de la Republica Dominicana, tomo II, Edición 1999. Editora Alfa y Omega.

 Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Composición Social Dominicana, Análisis e interpretación. Decima sexta edición, Alfa y Omega, 1988, Santo Domingo República Dominicana.

 Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Colección de Estudios Sociales, Materiales Dirigidos a los Círculos de Estudios de su Partido. 3ra. Edición, 1988. Editora Alfa y Omega.

 Adriana Sang, Mu-kien. Historia Dominicana. Primera Edición, 1999.

 Núñez, José Demetrio. Colon, Juan. Geografía, Antropología e Historia Dominicana. Segunda Edición, 1999. Editora Alfa y Omega.

 Secretaría de Estado de Educación, Compendio de Ciencias Sociales.

 Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Trujillo, Causas de una Tiranía sin Ejemplo, sexta edición, 1994. Editora Alfa y Omega.

 Peguero Valentina/Danilo de los Santos. Visión General de la Historia Dominicana, Novena Edición. Editora Corripio, 1985, Editora Corripio C. Por A.

 Bosch y Gaviño, Juan Emilio. De Cristóbal Colón a Fidel Castro, El Caribe Frontera Imperial, Ediciones Fundación Juan Bosch Inc., 2012, pagina No. 8.



Gómez, José Miguel. Trujillo, Visto por un Siquiatra, primera edición 2003, editora Búho, Santo Domingo, República Dominicana.

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