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domingo, 13 de octubre de 2013

LO QUE LE PASO AL MAYOR GARCIA......

LA ERA DEL SILENCIO......! 12 ottobre 2013 alle ore 11.33 LO QUE LE PASO AL MAYOR GARCÍA.....! El nombre de Trujillo era bendecido por más de seiscientas iglesias en todo el país, guardias, policías así como empleados publico podían asistir a orar a su dios, y acompañados de sus hijos y esposas. Muchos acontecimientos estaban cambiando, hasta la visión de los religiosos, pero el cambio donde fue mas radical fue entre ellos los sacerdotes de abajo y al clero secular, a pesar de la prebendas que conseguían los de arriba, ellos llevavan vidas de reyes. El Mayor García, había sido capitán de la "GOLETA ANGELITA" y en uno de esos viajes a Miami, jarto de ver tanta violencia, atrocidades y martirios. desidio desertar de la Marina de guerra y se quedó en esa ciudad norteamericana, con todo y Goleta, la que luego fue recuperada por la cancillería al servicio de la dictadura. Se desato una persecución tenaz y minuciosa. terdaron año y medio en atrapar el capitán García. para luego ser deportado para la Republica Dominicana, en calidad de preso. poco antes de que el barco tocara Puerto Plata, en horas de la noche, se lanzó a la mar y gano la costa a nado. Durante dos años estuvo huyendo por los montes de la región norte, hasta que finalmente ser capturado por una patrulla militar. El interrogatorio: Comenzaba a interrogar al Capitan Garcia, después de mirarlo con los ojos penetrantes que parpadeaban debajo de dos espesas cejas negras. Jonny Abbes Garcia encendio un cigarrillo como de costumbre, Le pregunto al Capitán ¿cómo tú te llama? Ah! fue se me olvido tu nombre, Charlatán ¿Tú parece de otro país? Bueno mis Padres son auténticos dominicanos. Teniente (se refería a Peña Rivera), gritaba Johnny Abbes, y como fue esta vaina, tráigame la libreta de inmediato, aquella que esta, sobre su escritorio. En seguida, respondió, haciendo un saludo militar. Cuando Johnny Abbes, tenía la libreta ya en las manos, la ojeaba varias veces, y también poco a poco la hojeaba, luego le dijo: Coño y que fue lo que te dio a ti, pendejo, Un Capitán y de la confianza del Jefe: carajo…! Pero uno si tiene que ver vainas, pero por los servicios prestados te vamos a tratar bien. El preso comenzaba a ver el cielo a abrirse sobre su cabeza, ignorando que se trataba de un teatro hecho por el fino y cruel torturador. Parece que te confundieron la cabeza eso malditos ¿ Solo queremos saber quién fue el de la idea?. No señor esa fue una idea mía, nadie me ha metido eso en la cabeza. Pero no eres como ellos, ¿verdad? Somos diferentes, respondía el Capitán ya medio asustado. Cuéntame de esas gentes, tienen que ser gentes muy de arriba, decía el torturador. No tengo nada que contar, exclamaba: ¡Ah no!, decía el torturador. ¿Tu sabe lo que le pasa a los desertores en todas partes del mundo? LOS FUSILAN. Ya en este momento el cigarrillo del esbirro había descendido a colilla, lo cual este aprovechaba para apagarlo en el brazo del Capitán García. Veía entonces que las cosas no le iban a salir fácil como lo había imaginado. Teniente tráigame el bastón ¡.CARAJO..!, gritaba el jefe de los espías. Enseguida, volvía a responder el TENIENTE, haciendo nuevamente el saludo militar. Después pasaba a Johnny un bastón terminado en punta metálica, pero con un cable eléctrico. Ponte de pie, le decía el verdugo al joven militar, luego lo miraba de arriba a abajo, totalmente desnudo como estaba. Durante unos segundos fijaba el cuello Y sus parte más sensibles. En ese instante, el verdugo miraba de soslayo y este de inmediato enchufaba el bastón al toma corriente que estaba próximo al piso de la casa de torturas. Mientras otro le daba con las dos manos abiertas en los oídos. El esbirro ponía la punta del bastón eléctrico en el cuello del joven y al paso de la corriente, este saltaba hacia arriba y caía sentado en la silla. ¿Me lo cuenta todo ahora? Contestaba: No sé de lo que usted quiere que yo le cuente. No mucho, solamente lo que ha venido haciendo en estos meses, buen abusador, vividor, después de estar comiendo y bebiendo bueno….El torturador mencionaba varios nombres, todos de personas conocidas por el prisionero. Este en sus adentro decías. ya si me jodi. Mientras permanece callado. Entonces Johnny Abbes decía a Peña Rivera; Amarra a este pendejo a la silla. De inmediato le ponían al Capitan una correa que le cruzaba el pecho, otra en el antebrazo derecho, otra en el izquierdo y una en cada una de las pantorrillas. El Capitan seguía desnudo totalmente y comenzaba a sudar copiosas gotas. Viéndolo lleno de sudor y en tono salvajemente irónico, le decía Johnny. Jefe pero el parece que tiene calor..! El Capitán jadeaba, pero no decías nada. Sargento, gritaba el ex cronista, traiga agua, que este hombre tiene mucho calor. El guardia traía una lata de aceite llena de agua, Johnny le decías; Sargento, désela en la forma acostumbrada. El militar violentamente, se la arrojaba en la cara y el pecho del cada vez más asustado. El esbirro hacia un nuevo gesto que el teniente, entendía a la perfección este lenguaje. Denle con el mas chiquito ( era un bate 38). El cual le pegaban en la espalda, en la rodilla y en los codos. El cuerpo del Capitán García se estremecía de dolor. Te gusto?, preguntaba el torturador. El Capitán no respondía, pero lloraba copiosamente de rabia y de dolor a la vez. Volvía Johnny a preguntar. ¿Qué me dices? Mientras el Capitán nada decías. Se repetía la escena. ¡….Ya vez que contigo se cometió un error….! veras de mañana en adelante como te trataremos. Fue tan grande la la golpiza que le dieron, que tuvo que ser hospitalizado por espacio de varias semanas y de ahí lo llevaron a cumplir la condena de cinco años a la fortaleza “San Luis”. logro quedar con vida gracias a que tenía algunas relaciones que intervinieron por él. Tomado del muro de Carlos Mejia Blanco

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