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domingo, 10 de enero de 2010

50 AÑOS DESPUES: Manifiesto de Mao,

FUNDACIÓN TESTIMONIO, INC.
50 AÑOS DESPUES

Hoy, Enero 10 del 2010, la Fundación Testimonio Inc. celebra con recogimiento y veneración, los 50 años de constitución del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio que surge en Enero de 1960 como un hermoso acto de reafirmación del pueblo dominicano en su destino de libertad y autodeterminación. Esa voluntad fue plasmada en las jornadas de lucha encabezadas por Duarte, Sánchez y Mella, Padres de la Patria, por la Independencia de la Nación Dominicana ante la dominación haitiana; y en las que encabezó Luperón para Restaurar la Independencia contra la hegemonía del Reino de España y la traición de malos dominicanos. También la avaló en aquella fecha significativa, en un consciente y valiente acto de rebelión contra la dictadura instalada por la ultrajante ocupación militar norteamericana de 1916 para proteger los intereses de sus corporaciones.

El Movimiento evidenció nueva vez la solidaridad que el pueblo dominicano ha mostrado siempre en todas sus luchas. Por ello aglutinó a pobres y ricos, a letrados y analfabetos, a revolucionarios y reaccionarios, y a intelectuales de derechas y de izquierdas en un Movimiento Social Revolucionario en torno a sus ideales de libertad. Recogía así las banderas del Programa Mínimo del Movimiento de Liberación Nacional traído en sus alforjas y en sus corazones de patriotas por los Inmortales de Junio del 59 a las playas de Maimón y Estero Hondo y a las montañas de Constanza; para darle a la nación dominicana las reivindicaciones económicas y sociales allí plasmadas.

Aunque la mayor parte de ellos dejaron en esas playas y montañas sus restos mortales, en el corazón de sus conciudadanos permanecerá para siempre su deseo infinito de que la Patria Dominicana sea un país libre y soberano; que garantice a plenitud a sus hijos el disfrute de su derecho al trabajo, a la educación, a la salud, y la vivienda; y el ejercicio de todos los atributos con los cuales el Creador dotó al hombre libre.

Vivimos momentos de desesperanza y frustración colectiva en que nuestro país se ubica en los últimos lugares en las naciones del mundo en materia de educación, salud, y trabajo; pero en primeros lugares en corrupción y falta de transparencia en la gestión pública. El Gobierno es vinculado a un malhadado tráfico de drogas, fuente de delincuencia y de inseguridad ciudadana; mientras el país y el mercado de trabajo nacional quedan a merced de una incontrolada inmigración ilegal haitiana a causa de unas fuerzas armadas y policiales institucionalmente corrompidas. Vemos los esfuerzos y sacrificios para construir una sociedad democrática destruidos; la soberanía sometida; la Constitución atropellada; las instituciones públicas disfuncionales y prostituidas. Tenemos una clase política degradada al límite; la justicia inservible; los derechos desconocidos; y la riqueza minera regalada a extranjeros.

Por todo ello, la Fundación Testimonio Inc., reserva moral de la Nación Dominicana, hace hoy, cincuenta años después de Enero del 1960, un dramático llamado a la conciencia de nuestro pueblo.

Clamamos a toda la Nación y muy principalmente a nuestra juventud impoluta, para que volvamos a recrear el milagro ciudadano del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio; y unidos sin banderías ni preferencias partidarias o ideológicas, salvemos nuestra Patria, borrando de un solo tajo la podredumbre total de nuestra sociedad. Superemos las desviaciones de nuestras instituciones democráticas, y saquémoslas de manos de partidos corrompidos ideológica y éticamente, que se han complicitado en el designio de entregar el país al capital extranjero y destruir los poderes públicos de la República.

Rescatemos la democracia dominicana, pero más que nada hagamos un esfuerzo unitario y patriótico que plasme nuestra firme voluntad de ser libres de toda dominación extranjera en un concierto de pueblos y naciones libres -según nos fuera legado por los Padres de la Patria- convertida en una triunfante opción electoral.

Unámonos para rescatar nuestra soberanía, amenazada de una fusión forzosa con Haití y penetrada por estados extranjeros. Para erradicar la podredumbre en nuestras fuerzas armadas y policía; en nuestra Justicia; en nuestro Congreso; en nuestro sistema electoral; en nuestro sistema de información y sobre todo, en el Poder Ejecutivo de nuestro gobierno. Si no hacemos este compromiso, nuestra nación, más temprano que tarde, desaparecerá en el fango de la degradación imperante y perecerá irremisiblemente. Llamamos a la parte sana de la Patria -civiles y militares, jóvenes y viejos- al esfuerzo unitario que la crisis actual nos requiere.

En cada una de nuestras instituciones públicas o privadas i organizaciones partidarias, hay sectores no contaminados asqueados con la corrupción que nos arropa. A ellos apelamos para llevar adelante con éxito este esfuerzo. A las organizaciones progresistas, que han frustrado una y otra vez las esperanzas nacionales con sus disputas intrascendentes, les llamamos a la unidad patriótica, a dejar de lado las estériles confrontaciones de tácticas, ideologías y personalismos.

La Patria requiere ahora un Gobierno de Unidad Nacional y también una nueva Constitución, parida de las entrañas del Pueblo Dominicano como lo postuló el Programa Mínimo del 1959, no de los conciliábulos del entreguismo y la corrupción, como la que se nos pretende imponer.

La exposición anterior cita conceptos esenciales del Programa Mínimo aplicables en los momentos actuales a la situación de nuestro país, pero en los siguientes párrafos rememoramos en forma actualizada su texto, después de eliminar del mismo los aspectos ya superados, concernientes al régimen de Trujillo, y los términos propios de la coyuntura revolucionaria del 1959, para adaptarlo al abuso de poder actual, sustituyendo de su texto las menciones al dictador y sus asociados, por quienes ocupan ahora su lugar en el uso del Estado para su beneficio particular.

El Movimiento de Liberación Dominicana
PROGRAMA MÍNIMO DE RESCATE DE LA NACIÓN DOMINICANA


1.—En el Aspecto Político.

b)—Establecer un gobierno democrático que en un período máximo de dos años ponga en marcha el Programa Mínimo y cree las condiciones necesarias para que el pueblo dominicano pueda ejercer libremente sus derechos políticos y sociales.
c)—Convocar dentro de un término prudencial una Asamblea Constituyente, elegida por medio del sufragio universal, directo y secreto, encargada de elaborar la nueva Constitución de la República, con sujeción a los principios que rigen la concepción de la organización democrática del Estado, e inspirada en los postulados de la justicia económica y social.
d)—Derogar toda la legislación anti-democrática.

II - En el Aspecto Social.

a)—Implantar una amplia Reforma Agraria, que garantice al campesino la posesión de la tierra y le otorgue el derecho de propiedad correspondiente en la proporción que determine la ley, de acuerdo con el principio que establece la función social de la propiedad.
b)—Reformar la “Ley de Tierras”, y depurar todos los títulos definitivos otorgados por el Tribunal de Tierras, que se obtuvieron por fraude o violencia.
c)—Garantizar la libre organización de la clase obrera y campesina como medio de defensa de sus intereses y reconocer el derecho de huelga como instrumento de lucha del proletariado.
d)—Iniciar una efectiva campaña de alfabetización y reformar integralmente la enseñanza a fin de que la nueva escuela, desde la primaria hasta la universitaria, sea la forjadora, de una conciencia nacional avanzada y libre que contribuya a darle impulso a los reclamos y derechos del pueblo.
e)—Establecer un amplio sistema de seguridad social que ampare a la niñez, la ancianidad y el desempleo y ofrezca los servicios imprescindibles para la protección de la salud y una vivienda adecuada.

III.—En el Aspecto Económico.

a)—Impulsar la economía en sus múltiples aspectos, fomentando el desarrollo del mercado interno y el poder adquisitivo de la masa popular.
b)—Desarrollar y proteger la industria nacional, mediante las instituciones de crédito que organice el Gobierno y a través de las medidas legales que se dicten a ese fin.
c)—Expropiar en favor del Estado todas las industrias y propiedades adquiridas por el presidente, su familia u otros personajes al amparo del poder, y reintegrar a sus legítimos dueños aquellas que hayan sido objeto de despojo.
d)—Revisar todas las concesiones hechas en favor de capitales nacionales o extranjeros que sean lesivas al interés nacional.
e)—Reformar el sistema tributario, aboliendo los impuestos anti-populares e innecesarios para el sostenimiento del Estado.
f)—Desarrollar una política económica tendiente a asegurar posibilidades de trabajo a toda la población laboral.


En el Aspecto Internacional

a)—Respaldar el ejercicio continental de la democracia representativa y el sistema de convivencia pacífica y de mutua ayuda, especialmente entre los países del Caribe y Centroamérica.
b) —Fomentar las mejores relaciones con los demás pueblos, basadas en la comprensión
y el mutuo respeto que inspira la igualdad jurídica de los estados y la libre determinación de los pueblos.

Como se desprende de su enunciado, ejecutar este Programa Mínimo exige un manejo radicalmente diferente del Estado, y en consecuencia, una transformación profunda de la composición del Congreso Nacional, que de paso a la posterior convocatoria a una Constituyente, por lo que se imponen urgentes acuerdos para concurrir con éxito a las elecciones congresionales del 2010, formando un “Frente Amplio de Unidad y Salvación Nacional”.

Lo propio sucede con el ejercicio del Poder Ejecutivo, producto de las elecciones del 2012; de las cuales debe surgir un Gobierno de Unidad Nacional resultado de acuerdos que deben pactarse desde ahora, obviando aspiraciones presidenciales y apuntando a un Gabinete de personalidades reconocidas por su idoneidad personal y su lealtad a los principios que deben regir la Nación dominicana, sin reparar en origen o simpatía partidarios. Las personalidades postuladas y seleccionadas para integrar el Gabinete de Unidad Nacional, escogerán entre ellas la persona que será postulada al cargo de Presidente de la República, con el compromiso sagrado de utilizar las facultades del Art. 55 de la Constitución, únicamente bajo consenso del Gabinete.

En adición a los postulados del Programa Mínimo, la Crisis Nacional exige:

1. Poner las Fuerzas Armadas en manos profesionalizadas no contaminadas con la corrupción y proceder a su depuración. Llevar a justicia a los responsables de delitos.
2. Poner el Consejo Nacional de Drogas en manos profesionalizadas no contaminadas con la corrupción y proceder a su depuración. Llevar a justicia a los responsables de delitos.
3. Poner la Policía Nacional en manos profesionalizadas no contaminadas con la corrupción y proceder a su depuración. Llevar a justicia a los responsables de delitos.
4. Detener la fusión de facto con el estado fallido de Haití, y encabezar un programa solidario de ayuda efectiva de su devastación ecológica, y de rescate de su riqueza minera.
5. Reestructurar la Suprema Corte de Justicia. Llevar a justicia a los responsables de delitos.
6. Poner el Banco Central en manos comprometidas con la preservación de la soberanía económica de la Nación, y el valor de su símbolo monetario. Llevar a justicia a los responsables de delitos monetarios y financieros.
7. Poner a cargo del Gabinete de Unidad Nacional revisar las actuaciones del Poder Ejecutivo y determinar responsabilidades si las mismas se apartan de la debida observancia de la Constitución y las Leyes. Llevar a Justicia a los responsables.
8. Afianzar la economía en el ejercicio de la soberanía. Reponer al Banco Central el control de los ingresos y salidas de divisas del país. Recuperar la riqueza minera de la Nación, y anular las concesiones del oro y la plata dominicanas otorgadas a cambio de influencia y respaldo internacional a la desprotección de los intereses nacionales; Detener el endeudamiento externo para cubrir el déficit fiscal; Eliminar toda inversión en obras públicas que no respondan a necesidades de la Nación, o tengan un alto componente importado.
9. Abordar la solución urgente de la crisis eléctrica, en su condición de Servicio de Utilidad Pública. La generación eléctrica de particulares será sometida a regulación, y la importación de petróleo, carbón, gas natural y todo recurso energético, y su prospección en el suelo y plataforma marina dominicana, será asumida por el Estado. La anarquía en el transporte será eliminada.
10. Detener la depredación de los bosques y recursos naturales del país, que amenaza la existencia de los ríos y depósitos subterráneos que garantizan agua potable hacia el futuro.
11. Emprender la alfabetización total del pueblo dominicano. El Estado asumirá la dotación gratuita a las familias dominicanas de menores ingresos de su educación integral, y la protección de la juventud, y le proveerá de servicios gratuitos de salud pública y de seguridad social. Los abusos de los intermediarios en la provisión de estos servicios serán eliminados.

Emulando las arengas de nuestros generales en el campo de batalla:
¡Adelante Carajo, Unidad Nacional es la Consigna!

Mao, Enero 10 del 2010

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