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sábado, 19 de febrero de 2011

Trujillo denominado “Primer periodista”


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Miembros de la Sociedad Dominicana de Prensa entregaron flores a Julia Molina viuda Trujillo: Opinio Álvarez Mainardi, César A. Herrera, Ignacio Martínez H., Luis Miura Baralt, Manuel Valldeperes, Héctor Incháustegui Cabral, Francisco Comarazamy, Néstor Febles, Manuel A. Machado, Ismael Adames Jesurún, Víctor Manuel Soñé Uribe. Reproducida por Rafael Segura.
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12 Febrero 2011, 8:27 PM
REPORTAJE
Trujillo denominado “Primer periodista”
Escrito por: ÁNGELA PEÑA

El 1 de febrero de 1961, Trujillo se desbordó en agasajos y reconocimientos a la prensa dominicana en ocasión del Día del Periodista que él había instituido para esa fecha, desde 1934.
Ejecutivos, reporteros, colaboradores de diarios, sin embargo, parecían ser quienes homenajeaban al dictador que calificaban “Primer Periodista Dominicano”. El Generalísimo les envió un enaltecedor mensaje que al mismo tiempo censuraba “a esa otra mal llamada prensa, en gran parte responsable de la desintegración del sistema interamericano por la intriga y el infundio con que suele ocultar la verdad y desfigurar la realidad, confabulados con móviles políticos”.
El llamado “Benefactor de la Patria” había encontrado oposición en comunicadores que habían denunciado la satrapía en ámbitos internacionales, sobre todo en conferencias de la Sociedad Interamericana de Prensa. Algunos que fueron sus colaboradores, como Emilio A. Morel y Germán E. Ornes partieron al exilio, donde lo combatieron. Otros fueron asesinados como Ramón Marrero Aristy quien en 1956, precisamente, había calificado a Ornes de traidor.
Ornes fue jefe de redacción de El Caribe durante el trujillato y en octubre de 1953 fue recibido como héroe en “Ciudad Trujillo” porque asumió “la defensa del decoro nacional” en la asamblea de la “Asociación Interamericana de Prensa” celebrada en México el 9 de ese mes, rebatiendo frenético una exposición de Cotubanamá Henríquez Lauranzón y Luis de la Puente contra el régimen. Pero a partir de 1955 cuando se declaró desafecto, se publicaron contra él artículos y folletos infamantes. Regresó al país después del tiranicidio y dirigió el matutino.
Otros mártires de la prensa en el trujillato fueron Ramón A. Espinal (Van Elder), Emilio Reyes, Pablo Martínez, Mario Guerra. Fernando Concha Parahoy, Oscar Delanoy, Armando Almánzar, Pedro Álvaro Bobadilla, Rafael Bonilla Aybar, Zoilo Ulloa, también criticaron el régimen y fueron perseguidos, encarcelados, desterrados. Marrero Aristy fue asesinado en 1959 acusado de proporcionar a otro periodista información sobre la dictadura.
Ultima gran fiesta. Las fiestas de febrero 1961 representaron el último tributo de la prensa al “Jefe” por el progreso que supuestamente había adquirido la clase en ese “brillante lapso histórico” en que el ejercicio se desenvolvía “libre, responsable”, bajo “las gloriosas banderas de la Patria Nueva, cuando el auténtico periodista ha obtenido las mayores consideraciones políticas y sociales” según “Minutero” columna de primer plano de El Caribe.
Francisco Prats Ramírez, director de ese rotativo, agradeció y felicitó a Trujillo en el agasajo que se ofreció a la prensa en el “Night club de La Voz Dominicana” y pidió que fuera candidato a la presidencia en 1962. Balaguer era Presidente títere.
Por La Nación habló su director, Mario Álvarez Dugan, destacando la “labor orientadora y edificante del periodista, puesta al servicio de la causa del trujillismo sin vacilaciones ni temores, a sabiendas de que Trujillo es el presente y el futuro de la Patria misma”.
En nombre de la Sociedad Dominicana de Prensa pronunció otro discurso su presidente, Opinio Álvarez Mainardi quien entregó a Trujillo una pluma “Parker Presidencial” mandada a imprimir con su nombre a los fabricantes, y proclamó que “el periodismo se desenvuelve libremente en nuestro país a la luz y amparo de los principios que inspira el Generalísimo”. Los miembros de ese organismo visitaron a Julia Molina viuda Trujillo para entregarle un ramo de flores. César Herrera, Ignacio Martínez H., Luis Miura Baralt, Manuel Valldeperes, Héctor Incháustegui Cabral, Francisco Comarazamy, Néstor Febles, Manuel A. Machado, Ismael Adames Jesurún y Víctor Manuel Soñé Uribe, acompañaron a Álvarez Mainardi a la residencia de “la Excelsa Matrona”.
La crónica de M. M. Pouerié Cordero en El Caribe, cargada de gratitud al “Ilustre Fundador y Jefe Supremo” del Partido Dominicano, describió los actos con tributos “al más conspicuo y desvelado protector” de los periodistas. Monseñor Eliseo Pérez Sánchez ofició una misa en la Catedral a la salud del “Insigne estadista”. Tocó al órgano y vocalizó José Delmonte Peguero.
En todas las provincias se cantaron salves por la misma intención y los presidentes de asociaciones periodísticas impusieron bandas simbólicas a las “Novias del Periodismo” que se anunciaron desde enero: Aída Lina Altagracia Ureña Ortiz, Mirtha Antonia de las Mercedes García Santamaría, Olga Haché Rodríguez, Providencia Gautreaux, Mercedes María Zuleta, Elba Santos Badía, Ada Concepción, Altagracia Rodríguez Mesa, Daisy Ramona Joaquín Cuevas, Milady Bueno Zapata, Waded Melgen Hezny, Dulce Camelia Hirujo Olmos, Jeanette Altagracia Salvador, Perla Estrada, Ivonne Chaín Sasso, Nancy Magaly Pérez y Pérez, Rosario Luna, Ruth Semíramis Sterling Vásquez, María Altagracia Barba Demorizi, Minerva Bogaert, Carmen Margarita Rosario Pepén, Luisa Brunilda Calcaño Pimentel, entre otras.
Periodistas aprovecharon para pedir el título para Trujillo de “Benefactor de la Iglesia”, en artículos escritos por Francisco del Rosario Concha P., Aliro Paulino hijo, Gustavo Gómez Mejía, Pedro María Alcántara Sánchez, Prosper Ruiz Coén, Oscar Gil Díaz…
Rafael F. Vidal manifestó en Santiago que “los periodistas estamos al lado de Trujillo” pero la afirmación no abarcaba toda la prensa. Tampoco existía tal libertad de expresión y el discurso de Virgilio Álvarez Pina, presidente de la Junta Directiva del Partido Dominicano, lo demostraba. Se refería a “cierta prensa extranjera inmoral y disociadora al servicio de inconfesables intereses y de móviles espurios”, un “género de prensa venal y corrompida, lengua de mentira y baluarte de la corrupción”.
Quizá aludía a comunicadores en el exilio o a extranjeros como James Canel, Stahlman, Jorge Mantilla, Herbert Matthews y Jules Dubois a quien desde 1956 atacaban los trujillistas por una intervención en la SIP que mereció la expulsión de la La Nación de ese organismo.
A Trujillo le agradaban, en cambio, los periodistas que enaltecían el régimen. Durante su mandato se publicaron separatas y artículos de autores como Emilio A. Morel (antes de ser antitrujillista), Arturo Pellerano Sardá, Manuel A. Amiama, José Enrique Hernández, Porfirio Herrera Báez, Rafael Herrera, entre otros.
En 1957, Ramón Marrero Aristy era presidente de la Sociedad Dominicana de Prensa y en una asamblea en el hotel Paz denunció y repudió a la SIP porque escuchó a Juan Bosch, Ángel Miolán y “otros desertores de la causa nacional”, en La Habana, acusándolos de “propagadores del marxismo-leninismo-stalinismo”. La emprendió contra Ornes, y Rafael Herrera, Jaime Lockward y Enrique Franco rechazaron “el intervencionismo de la SIP”.
Los periodistas tenían libertad, pero para expresarse alabando a Trujillo. Hasta la “Copla del Día” de la víspera, debió ser fiel a ese requisito: “Mañana celebraremos/ con júbilo nuestro día/ en la sacrosanta paz/ de esta Era constructiva/ que lleva el nombre glorioso/ del Gobernante que anima/ con su esfuerzo y su talento/ a la Patria redimida…”.

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