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sábado, 11 de diciembre de 2010

Angela Peña haciendo referencias a Hungría Sánchez

lunes 6 de diciembre de 2010
Angela Peña haciendo referencias a Hungría Sánchez
José Hungría Sánchez Mesa

Fue torturado y participó en guerrillas y contiendas antes de convertirse en un pacífico sastre de primera

El exquisito sastre que diseña y confecciona los trajes primorosos de la gente notable fue el valiente soldado de las guerrillas del Sur, comandante constitucionalista de abril, combatiente incansable contra la dictadura trujillista cuyos esbirros lo torturaron con saña hasta verlo desfallecer hinchado por los golpes, las vértebras quebradas, los dientes rotos, pies, manos y espaldas desfigurados, la lengua lacerada.

El equipo más sólido de esbirros lanzó sobre su cuerpo adolorido escritorios y máquinas de escribir. Esposado, le propinaron palos, trompadas, chuchazos, bastonazos, corrientazos en la silla eléctrica para que confesara una supuesta complicidad con el obispo de San Juan de la Maguana, monseñor Tomás Reilly, para derrocar el régimen.

José Hungría Sánchez Mesa es la representación de la historia que no se ha escrito, la revelación de innumerables secretos y conductas políticos, el máximo símbolo de la rebeldía y el valor que a los 69 años confiesa decidido que "todas las acciones que perjudiquen al pueblo me tendrán a mí de frente". Por eso en vez de la escopeta y la ametralladora Cristóbal con que se alzó en las sierras de Neyba, en 1963, lucha con la palabra.

Ya en 1965 dio demostraciones de sus dotes de orador y poder de convencimiento cuando luego de tomar a Radio San Juan, animó al pueblo en la batalla. Su discurso vibrante por los humildes y explotados se trasladó a Onda Musical en "Abriendo la compuerta". La intolerancia rompió los vidrios de su vehículo y de su negocio en represalia por las denuncias difundidas. Debió salir del aire. Él acusa de los hechos a una facción del partido que fundó en su comarca en 1961, el PRD.

Detallista, lúcido, gráfico en sus exposiciones, vehemente en sus convicciones, el también paisajista, zapatero, periodista, con algo de músico gracias al profesor Carías Lavandier, era el cuadro con el que contaban los líderes para adoctrinar y movilizar las masas desde San Cristóbal hasta la frontera. Por eso conserva recuerdos desconocidos de actuaciones de Ángel Miolán, José Francisco Peña Gómez, Manolo Tavárez Justo, Francisco Alberto Caamaño, Héctor Aristy, Tony Barreiro, Domingo Peña Castillo (La Cuca), Roberto Duvergé, Víctor Mariano Fleury Fernández (Cabuya), entre otros dirigentes con los que se reunió en momentos gloriosos, en circunstancias aciagas, en horas decisivas del pasado reciente del que ha sido protagonista de primer orden.

"Trujillo no es demócrata"

Hungría es el nombre que le pusieron sus padres, Carlos Augusto Sánchez Mesa y Zunilda Suero Valdez, cuando nació el siete de noviembre de 1938, en San Juan de la Maguana. Un cura pidió que le bautizaran mejor como José, el papá se opuso pero para complacerlo se lo antepuso a Hungría.

Junto a Fidencio Vásquez Caamaño, Rolando Cuello, Pablo Rosendo de los Santos, Andrés Báez, Carlos García Mendieta, realizó estudios de bachillerato que interrumpió en cuarto grado porque su oposición a Trujillo la inició a los 12 años y antes de que se celebrara el histórico "Desfile del millón", ya era perseguido. Aprovechó el viaje que debía hacer a la capital, para salir de su ciudad natal y ocultarse cuando se produjo la parada del camión en Azua. Logró fugarse junto a Rafael Gómez (Papilín), compañero de lucha, pero fue perseguido y descubierto en un cabaret por "el capitán Edí Genín, lugarteniente del temible general Alcántara de "El Sisal". Escapó porque el guardia estaba borracho.

Debido a sus incipientes condiciones de tribuno le asignaban discursos de loas al Generalísimo que logró evadir gracias a la comprensión de sus maestros, Darío Valenzuela y Nelsa Andino Batista. En las madrugadas colocaba letreros antitrujillistas, pero solo. Aunque tramaba acciones con Nelson y José Enrique Valenzuela, Jaime Capell Bello, Emilín, José Aníbal y Rufino Paniagua, Manuel de Jesús, Eugenio y José Lapaix (Chicho), Enriquito Sánchez, Jorge Heyaime, Danny Recio, Claudio de los Santos, entre otros, se llevaba del consejo de su abuela: "Secreto de dos, secreto de Dios", refiriéndose a los labios, y esperaba que los camaradas se retiraran a dormir para escribir en letras grandes: "Trujillo Asesino", "Trujillo ladrón", "Chapita" en calles y casas y "en la clínica que dirigía el doctor Orestes Cucurullo. Nunca me descubrieron".

"Crecí en un ambiente en el que se hablaba de democracia. Mi abuela Altagracia Julia Mesa, profesora y después médica, hija del general restaurador Zoilo Mesa, fue alumna de Eugenio María de Hostos y tenía ideas muy liberales, hablaba de democracia y cuando yo veía el ejercicio de Trujillo entendía que esa no era la democracia que yo oía en casa. Por eso le discutía a mi amigo Ernesto Sánchez: "Trujillo no es demócrata".

La masacre cometida con los expedicionarios de 1959 acrecentó su lucha. En el Movimiento Revolucionario 14 de Junio ofrecía a los pocos antitrujillistas que dejó la represión en su localidad "las informaciones que transmitía la Unión Patriótica por Radio Difusora Venezuela, Radio Rumbo, Radio Puerto Cabello, Radio Barquisimeto y Radio Caracas. Los locutores eran Amiro Cordero Saleta y Miguel Ángel Velásquez Mainardi. Con ellos aprendí a hacer la bomba molotov, ellos decían una consigna: "En el campo guerra y en la ciudad fuego". Hice siete bombas, ahí fue la primera vez que caí preso".

Descubrió que era buscado "estando en la farmacia de Esperanza Miguel escuchando a Guillermo Peña Frómeta cuando decía Fulano de tal: ¡Muerto!", aludiendo a los expedicionarios caídos. Me espiaba un calié apodado "Gambao". Después de leída la Pastoral católica contra el régimen, de que aparecieran incendiados "el carro de Fello Díaz, del Partido Dominicano, y el establecimiento de Migdalia Segura", lo llevaron en un "pisicorre" a La 40, junto a "Juanito Herrera, Yude Michelén, Nibín Paniagua, Claudio Méndez, José Castillo Valenzuela, Lulio Rosado, El Mago Méndez, Miguel Ángel (Baby) Ramírez, José Vetilio Valenzuela, Nibín, Claudio Méndez"... Narra lo ocurrido en la cámara de torturas y llora. "Estaba la plana mayor de los sicarios: Figueroa Carrión, Clodoveo Ortiz, Ciriaco de la Rosa, Manota, Luis José León Estévez (Pechito), Estrada Malleta, Rojas, Cholo Villeta, Germán Pérez Mercado, Del Villar, como 20 hombres... Ángel Ramírez dice que esa fue la tortura más grande que vio hacerle a un preso. Juanito y Yude cerraban los ojos para no verme. Figueroa Carrión puso a mis compañeros a darme chuchazos, pero era obligado, comprendo que el hombre no tenía autonomía. Yo los perdoné en la cárcel", comenta. Refiere que Ernesto Scott, el alemán que según él fabricó la silla eléctrica, le significaba con un gesto: "¡Aguanta!".

"Pero el momento más perverso, más doloroso, se produjo cuando trajeron a Danny Recio, que estaba en La Victoria. Decía que no sabía nada, amenazaban con matarle al hijo y Danny se vencía, ahí vimos lo que era el amor de un padre por un hijo, cómo le pedía: "Ay no, mátenme a mí, pero a mi hijo no lo toquen". Compartió La Victoria con Manolo Tavárez, Leandro Guzmán, Pedro González, esposos de las Mirabal; sus parientes Mario, Marino y René Sánchez Córdova, Delio Gómez Ochoa, Andrés Liranzo, entre otros. Cuando lo pusieron en libertad, en 1961, denunció la presencia de estos en la cárcel, pues los trujillistas lo negaban, y el asesinato de su íntimo amigo Claudio de los Santos.

Lucharía contra los remanentes del trujillato para luego reunirse con Héctor Aristy, Salvador Barinas, Fernando Ortiz Ariza y Ángel Miolán quienes le pidieron, narra, "que los ayudara a conformar el PRD en San Juan de la Maguana". Los complació pero pronto abandonó la agrupación disgustado porque no le agradaron los propósitos que exteriorizó Miolán en una charla "en la que dijo que el PRD iba a ser lo que es hoy: un pegote político, mansos y cimarrones. Parece que ellos querían votos, que la lucha era alcanzar el poder, no tenían que ver con la ética política, comenzamos a mirarnos y nos fuimos".

En el 14 de Junio

Fundó el primer comité del 14 de Junio en San Juan de la Maguana, junto a José Oscar Viñas Bonnelly y Manuel Guillermo Suero. En 1962, durante el Gobierno del Consejo de Estado, Domingo Peña Castillo fue a proponerle unirse a un levantamiento en la montaña pero "ya yo había leído "Guerra de guerrillas", del Che Guevara, se trasladó a donde vivía Manolo Tavárez y lo convenció de desistir "porque eso no era posible".

En 1963 el activo revolucionario sería jefe de suministro y avituallamiento del "Frente Francisco del Rosario Sánchez" "que se levantó por Enriquillo". Era de los pocos con entrenamiento militar que le dio " el ex militar José Antonio Moquete Capell". "Mataron a Emerson Mota Lalane, Chacón. La guerrilla terminó en Polo, nos disgregamos para reunirnos en San Juan de la Maguana y seguir la lucha, porque yo me oponía a la entrega, pero la guardia nos localizó". Hungría fue quien confeccionó los uniformes de los revolucionarios y obtuvo algunas armas para los combatientes.

Recobrada la libertad, en diciembre de 1965 Víctor Mariano Fleury Fernández le convocó a una reunión con Peña Gómez que lo recibió "con una pijama de rayas rojas en las cercanías del hipódromo" para confiarle "toda la estructura del movimiento que iba a dar al traste con el Triunvirato". A pesar de las diferencias con sus compañeros del 14 de Junio, se integró a la revolución, tomó a Radio San Juan y vino a Santo Domingo como comandante en el bastión "Pedro Rosario", de la Tomás de la Concha.

Manifiesta que fue a la guerrilla para que no lo acusaran de cobarde ni de traidor, tras relatar episodios junto a Tony Barreiro, Fidelio Despradel, Roberto Duvergé. "Pero yo me opuse, estábamos jugando a la revolución, la guerrilla no tenía la preparación militar ni existían las condiciones políticas". Pasada la contienda de abril renunció del 1J4 por diferencias con sus dirigentes. Aún así estuvo preso durante casi todos los 12 años de gobierno balaguerista. Cuenta que intentaron asesinarlo en varias ocasiones.

Hoy, dedicado al paisajismo, la radio, el oficio de sastre, confiesa: "No me he tranquilizado. Aunque pienso que el sacrificio ha sido muy grande para conseguir tan poco, vale la pena seguir luchando. El pueblo dominicano logró conquistas, pero cada día un grupo es más rico y la gran mayoría se hace más pobre, entonces esa situación hay que corregirla".




Fuente: Ángela Peña/www.hoy.com.do 27 Marzo 2007

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