El plan político del 30 de mayo
Tony Raful
Según relata Bernard Diederich, en su interesante obra, “Trujillo, la muerte del dictador”, Juan Tomás DÍaz le había entregado al doctor Bienvenido García Vásquez, un documento, una semana antes del ajusticiamiento, con instrucciones de que lo abriera sólo después del atentado. Ese texto, indica Diederich, lo empezó a leer García Vásquez, y al parecer no terminó de hacerlo por la presión de su esposa Marianela, hija de Juan Tomás, quien le pidió que botara inmediatamente ese papel por el inodoro, ante el inminente asalto o allanamiento que esperaban de los agentes del Servicio de Inteligencia Militar, en el apartamento de un amigo, donde se habían refugiado, junto a la esposa de Juan Tomás, doña Chana, y sus dos hermanos, en horas de la madrugada del 31 de mayo de 1961.
Diederich cita un primer párrafo del documento, que al parecer constituiría el planteamiento político del grupo que ejecutó la hazaña de decapitar la tiranía trujillista. Ese párrafo dice así: “Tan pronto como Trujillo esté muerto, Pupo Román y Juan Tomás Díaz encabezarán una junta cívico militar y Antonio de la Maza será el secretario de las Fuerzas Armadas.
Todos los miembros de la familia Trujillo serán arrestados. Algunos recibirán permiso para ausentarse y otros serán llevados a la justicia… El presidente Balaguer será llevado al Palacio Nacional donde será obligado a firmar los decretos estableciendo la junta. La junta pedirá la intervención de los Estados Unidos para evitar el derramamiento de sangre… “ Ángel Severo Cabral, según dice Diederich, “recibió también en delegación la importante tarea de preparar la radioemisión posterior al tiranicidio, dirigido al pueblo dominicano y la cual pondría el golpe en movimiento”.
Cabral grabó en su propia voz el llamado o manifiesto que comunicaba al país la muerte del tirano y llamaba al pueblo a levantarse contra la dictadura y apoyar la acción del tiranicidio; estaba dirigido a los militares, los obreros, los profesionales. Llamaba a la movilización popular identificándose como “grupo de liberación”. La proclama fue escrita por Antonio García Vásquez.
Cuenta Diederich que Cabral repetía, “notificando al pueblo, notificando al pueblo”. Se organizó incluso la toma de la emisora La Voz del Trópico para pasar dicha cinta magnetofónica.
Del documento que le entregó Juan Tomás Díaz a Bienvenido García Vásquez, no se conocen las propuestas que contenía, que habrían definido un perfil ideológico y político de sustentación de la gesta heroica del 30 de mayo. Se supone que del documento no hubo copias. Sin embargo hay algunos indicadores importantes en el párrafo incluido por Diederich en su libro, por ejemplo, la decisión no fue apresar a Trujillo como se filtró en algunos testimonios preliminares, sino matarlo. Otro dato es que tanto Pupo Román como Juan Tomás Díaz presidirían la Junta Cívico Militar y Antonio de la Maza sería el Secretario de las Fuerzas Armadas.
Además de que necesitarían al presidente Balaguer para los fines de establecimiento de la Junta y la elaboración y firma de los decretos.
El destino de la familia Trujillo estaba determinado por su detención masiva, depuración y sometimiento a la justicia de los responsables de actos delictivos.
Lo sorprendente es el anuncio de un pedido de intervención militar norteamericana para evitar un baño de sangre, lo cual supone deducir que los héroes presagiaron enfrentamientos y resistencia importante de parte de los trujillistas.
Por otro lado, en el manifiesto de Severo Cabral, había un llamamiento a la movilización popular, a un respaldo del pueblo al hecho histórico consumado, lo que indica, que había conciencia de que el evento del ajusticiamiento y el golpe de estado, por sí mismos eran insuficientes si no se producía el apoyo de la población.
Mi distinguido amigo, ciudadano ejemplar, Eduardo García Michel, en un enjundioso trabajo titulado “Las ideas centrales del tiranicidio”, en referencia a las notas que hemos publicado sobre la gesta y sus motivaciones y propuestas, revela la existencia de “un plan político básico de 10 puntos, escrito por uno de los que sobrevivieron y que fue mantenido en el anonimato por decenios y que era distinto a la proclama…” García Michel hace consideraciones sobre dicho plan político sumamente interesantes.
La idea es conocer ese plan político o documento conceptual que sirvió de basamento a la gesta, así como todos los detalles sobre el mismo. Mi preocupación es precisamente esa, encontrar la fuente teórica referencial que serviría para complementar la visión de una acción trascendente e inolvidable en la lucha por la libertad.
Para mí los héroes del 30 de Mayo son más que héroes, y no hay cómo pagar la deuda contraída con su ejemplo y su coraje. Pero no es ocioso buscar las raíces, el sustrato de su arrojo y consagración histórica.
No fue solamente liquidar al monstruo, que de por sí es una hazaña portentosa, sino algo más, castigar al trujillismo, abrir las puertas de las cárceles y del exilio y dar garantías de una democracia efectiva, independientemente de los agravios personales que sufrieron, convertidos en colectivos, paradigmas alzados en la conciencia nacional como legado patriótico.
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