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domingo, 26 de septiembre de 2010

La otra historia de la Cuba y RD de Trujillo

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“Mi misión no es tomar parte en nada que no sea la historia”, afirma Elíades Ignacio Acosta.
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REPORTAJE
25 Septiembre 2010, 6:47 PM
La otra historia de la Cuba y RD de Trujillo

Escrito por: ÁNGELA PEÑA
Descubrió que Osvaldo Bazil era “un cortesano hábil, curioso, observador”. Dio con la firma de Díaz Verson, escritor y periodista cubano, recibiendo dinero del “Generalísimo” para fomentar el anticomunismo en Cuba y América y comprobó que su compatriota, el prestigioso Lamar Schweger, trabajaba en secreto para el llamado “Jefe”.
Encontró indicios de cómo operaba la inmensa red de sicarios a la orden del dictador dominicano y localizó cartas de un antiguo colaborador del aclamado “Benemérito” con funciones diplomáticas en La Habana, sirviendo de intermediario del asesino del antitrujillista Pipí Hernández, “que fue Rafael Emilio Soler Puig (El muerto), hermano del famoso novelista cubano José Soler Puig. Era un sicario que había matado a líderes sindicales cubanos, por encargo, y trabajó para Trujillo en esta muerte y quizá en la desaparición de Mauricio Báez”.
Elíades Ignacio Acosta Matos, uno de los más acreditados y renombrados historiadores cubanos, cuenta entusiasmado sus hallazgos en lo que considera “un yacimiento de información” vinculada a su país que no sospechaba pudiera existir.
Vino a la República Dominicana el año pasado invitado por la Academia Dominicana de la Historia para ofrecer un curso sobre “Imperialismo del siglo XXI: las guerras culturales” y quedó impresionado con lo que apreció en el fondo de Relaciones Exteriores que reposa en el Archivo General de la Nación. “Vi la enorme riqueza documental para la historia de ambos países y fue como si hubiese encontrado una mina”, exclama. Planteó al director del AGN, Roberto Cassá, completar sus descubrimientos dominicanos con lo que pudiera encontrar en su Patria y desde el mes pasado está empleado a fondo en el patrimonio que el Palacio Nacional envió al Archivo. Firmó un convenio para entregar a la institución un texto con sus indagaciones.
Pero en un viaje a su tierra, la curiosidad le llevó al archivo del Instituto de Historia, a los del ejército, policía secreta, SIM, BRAC (Buró Represivo de Actividades Comunistas) y aunque no en la misma proporción que lo encontrado en Santo Domingo, también halló revelaciones de las que habla eufórico.
Rafael Estrella Ureña, Juan Bosch, “los Mainardi”, Juan Isidro Jiménes Grullón, Fidel, entre otros, figuran vigilados, denunciados, acosados. Joaquín Balaguer, Julio Vega Batlle, Porfirio Rubirosa, Santiago Rey Perna, Vicioso Bonet, “el coronel Piedra”, un tal “Rey”, “el gran poeta etéreo Gastón Baquero”, y más, aparecen en ofertas, recomendaciones, peticiones, informes, servicios y aventuras para Machado, Batista, Trujillo.
Son numerosas las novedades, como un denominado “Plan AC” de invasión a la República organizado por Fulgencio Batista. “Iba a desembarcar unas tropas de infantería de la Marina de Guerra y detalla objetivos a atacar. Es de agosto de 1956”, revela Acosta.
Salvando xerocopias quebradizas, ya sepias o azulosas por el tiempo, difíciles de leer, poniendo a funcionar “olfato y golpes de vista para no dejar pasar un pequeño dato”, Elíades prácticamente está terminando de “peinar” este acopio.
Localizó cartas que un infiltrado entre los expedicionarios del 14 de junio enviaba a Trujillo anunciándole por donde y cuando entrarían, cuantos hombres participarían, con cuáles pertrechos, qué elementos del ejército actuaban en connivencia con los patriotas. Pedía una camioneta como avance y que luego le pagaran según sus servicios. La firma y caligrafía del tirano, ya familiares a Elíades, ordenaban en este caso: “Mándese giro por mil dólares para lo solicitado”.
Ubicó intercambios entre Machado y Trujillo y entre Batista y Trujillo para eliminar y neutralizar a opositores de ambos exiliados en los dos países.
Trabajador insólito. Elíades Ignacio es un polifacético profesional que nació en Santiago de Cuba el cuatro de enero de 1959, hijo de los maestros normalistas Elíades Vicente Acosta González, del Colegio de los Jesuitas, e Ibis de la Caridad Matos Ruiz. Desde los 13 años comenzó a recibir premios por sus cuentos en concursos nacionales. Luego del bachillerato estudió ruso para ir a la universidad en la Unión Soviética, donde cursó la carrera de filosofía. Se graduó con “Diploma Rojo”, máxima calificación, en la Universidad Estatal de Rostov del Don, en 1982. Es además Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de La Habana.
Habla inglés, ruso, castellano, y tiene inédita su tesis que encontró reticencia en la universidad rusa porque la consideraron herética: “La Doctrina Social de la Iglesia Católica y la Teología de la Liberación”. Está en ruso y español esperando le interese a un “benefactor benévolo”.
Catedrático de academias, ha sido director municipal de cultura, director provincial de radio, en Santiago de Cuba, y fundador y presidente del Ateneo Cultural de Cuba, así como director de la Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí”, durante 10 años. Fue Jefe del departamento de Cultura del Comité Central del Partido Comunista. Reside en la Habana y en la actualidad es investigador del Instituto de Historia de Cuba.
Autor de novelas exitosas que se agotaron en España, es activo promotor cultural, guionista y demandado articulista de publicaciones de Chile, Miami y Cuba.
Padre de Alina Acosta Matos, Yurlilian Echavarría Medina, Ibis Acosta Medina y abuelo de Adrián, Claudia y Samanta, dejará constancia de cuanto encuentre en los archivos en “La telaraña cubana de Trujillo”, como titulará esta obra que enciende su pasión de investigador. “No pretendo, aclara, inmiscuirme en la vida política dominicana, sólo hablo de lo que está comprobable, mi misión no es tomar parte en nada que no sea la historia”.

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