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viernes, 14 de mayo de 2010

LA CONSTRUCCIÓN ANTILLANISTA: INSINUACIONES PARA UNA ESTRATEGIA GEOPOLÍTICA REBELDE

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE SANTO DOMINGO
(INTEC)
ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES
CÁTEDRA DE ESTUDIOS ANTILLANISTAS

LA CONSTRUCCIÓN ANTILLANISTA:
INSINUACIONES PARA UNA ESTRATEGIA
GEOPOLÍTICA REBELDE

Profesor Dr. José Antinoe Fiallo Billini, del Área Ciencias Sociales y el Centro de Estudios Educativos del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y la Escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)


Ponencia en el “Primer Seminario
Internacional sobre Pensamiento
Antillanista”
25 de Noviembre 2004
Santo Domingo



“Esta política lleva a nuestro pueblo, irremisiblemente, a la organización de movimientos rebeldes…” (Pedro Albizu Campos).

“Un pueblo está hecho de hombres que resisten y hombres que empujan: del acomodo que acapara y de la justicia que se rebela… Esta es América la tierra de los rebeldes y de los creadores” (José Martí).

“El pensamiento rebelde, no puede, por lo tanto, prescindir de la memoria: es una tensión perpetua” (Albert Camus).


1. PROPONER UNA INTENCIÓN

Me he permitido titular o nominar mi texto-ponencia de la manera en que lo hago, porque me parecía, al momento de decidirlo, muy atinada o pertinente la sugerencia de Michel Vovelle cuando nos dice lo siguiente: “La historia inconsciente, para él (es decir para Carlos Marx, NA), es precisamente la que se sitúa en la larga duración, detrás de la corteza de los acontecimientos demasiado legibles, que es lícito organizar en sus estructuras sucesivas, donde se corresponden los elementos complementarios de un sistema” (La Longue Duree. En: “Ideologías y Mentalidades”. Ed. Ariel).

Esta primera propuesta de buscar en una larga duración cierta secuencia, sucesiones, una cadena como especie de cierto tipo de sistema, me parecía provocadora sobre todo para rastrear ciertas utilidades actuales y para lo que llamamos futuro. Vovelle, para cerrar un poco la intención introductoria nos dice: “El intermediario cultural… es el agente de la vinculación… colocado entre el universo de los dominantes y los dominados, adquiere una posición excepcional y privilegiada; ambigua también, en la medida en que puede encontrársele tanto en el papel de perro guardián de las ideologías bien consideradas como en el portavoz de las rebeliones populares”. (Lo Popular Cuestionado. Ob. Cit.).

Entendí que quizás mi intervención podía situarse en esa perspectiva, tratando de moverse en un curso histórico de larga duración y rastrear surgimientos, desarrollos y expresiones del Antillanismo probablemente desde unas búsquedas y hallazgos, reflexiones e insinuaciones, poco ortodoxas o convencionales para “encontrar las raíces de comportamientos revolucionarios” en ciertas complejidades que nos azuzan o impulsan a ingresar en territorios de rebeldías y sus herencias o legados para ahora y mañana.

Por ello y con cierta paciencia me decidí a ingresar y penetrar en esos territorios rebeldes de islas, movilidades, sujetos y sus opciones a los fines de quizás, y solo quizás, alcanzar algunas sugerencias de las estrategias antillanistas como un proceso de rebeldes y rebeliones. Veamos, pues, si puedo lograr lo que me he planteado cuando escribo esta introducción para insinuar.

1.1 La geografía favorable a la comunicación: La palabra rebelde del Cacique Hatuey

El primer aspecto que me parecía interesante era rastrear el escenario, el contexto geofísico favorable o desfavorable, para producir unas ciertas condiciones materiales-objetivas para la articulación de los sujetos/as. En ese sentido Sebastián Robioú Lamarche nos aporta:

“En las Antillas Mayores… la cerámica encontrada a cada lado de los pasajes o canales que separan a las islas es más similar entre sí que la encontrada en las costas opuestas de la misma isla. Es decir, el indígena antillano prefería viajar en canoa que atravesar a pié distancias que muchas veces le eran desconocidas… Esta situación permitió que poblaciones costeras, aún separadas por canales con grandes corrientes marítimas, crearon ‘esferas de interacción’ cultural… la navegación en la prehistoria fue, pues un factor decisivo en la difusión, desarrollo o intercambio cultural antillano”.

“Pero también la canoa sirvió en esos años para los indios, sometidos a la esclavitud, escaparse en búsqueda de libertad. Tal fue el caso del cacique Hatuey, de la provincia de Guaba en el occidente de La Española, quien se trasladó con un grupo de canoas al oriente de Cuba a buscar refugio y alertar sobre la llegada de los temibles españoles…”. (La Navegación Indígena Antillana. Etnohistoria. Boletín Museo del Hombre Dominicano. Fotocopia sin fecha).

Mar, islas, canales, pasajes, costas, causas, interacción cultural, esclavitud, búsqueda de libertad, fugas aborígenes, advertencias de opresión y resistencia. Fray Bartolomé de las Casas nos suministra algunos datos sobre esa interacción temprana.

Dice Las Casas:

“Aquí acaecieron cosas muy señaladas. Un cacique e señor muy principal, que por nombre tenía Hatuey, que se había pasado de la Isla Española a Cuba con mucha gente por huir de las calamidades e inhumanas obras de los cristianos, y estando en aquella isla de Cuba, e dándole nuevas ciertos indios, que pasaban a ella los cristianos, ayuntó mucha de toda su gente y díjoles: ‘ya sabéis como se dice que los cristianos pasan acá, e tenéis experiencia cuáles han pasado a los señores fulano y fulano y fulano; y aquellas gentes de Haití (que es la Española) lo mesmo vienen a hacer acá. ¿Sabéis quizás por qué lo hacen? Dijeron: ‘No; sino porque son de su natura crueles y malos? Dice él: ‘No lo hacen solo por eso, sino porque tienen un Dios a quienes ellos adoran e quieren mucho y por haberlo de nosotros para lo adoran, nos trabajan de sojuzgar y nos matan’”. (Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias. Fondo de Cultura Económica).

La palabra preventiva de Hatuey en su dimensión transisleña es una muestra sencilla de los inicios de la vocación libertaria antillana desde las sociedades originarias y que va extendiéndose progresivamente en la medida en que la “larga duración” se abre.

1.2 Dominación Colonial y Contradicciones Coloniales

El curso de la dominación colonial mostraba cada vez más en su avance voluntad sistemática opresora y en la medida en que la Colonia de Santo Domingo quedaba atrapada en la lucha interimperial en el Caribe y en sus crisis económicas y sociales, esas mismas políticas acentuaban fugas, migraciones, búsquedas de otros espacios, a partir probablemente de datos e informaciones de circulación transisleñas.

El gobernador Antonio Osorio que era también Capitán General de la Colonia ejecutó las Devastaciones y Despoblaciones de 1605 y 1606, lo que produjo una variedad de consecuencias, entre ellas la que se relata a continuación, en palabras de María Ugarte:

“Ante el ‘rigor y aceleración’ con que actuaba Osorio en las operaciones de despoblación, una gran parte de los habitantes de La Yaguana prefirieron emigrar a Cuba y, ya en esa isla vecina se establecieron en la Villa de Bayamo… El número de fugitivos ascendía a más de 60. Llevaban con ellos familias, esclavos y todo lo que pudieran de sus bienes materiales”. (Vecinos de La Yaguana Huyen a Cuba. Suplemento Cultural del Diario El Caribe. Estampas Coloniales. 7 Septiembre 1995).

Esta situación que involucraba propietarios blancos y mulatos e incluso criollos, muestra un universo de percepciones sobre los espacios y territorios, aunque los fugados y emigrados fueran hechos prisioneros y devueltos a la isla. Saber dónde ir, desplazarse, movilizarse, buscar una mayor ‘seguridad’, es un saber o unos saberes en curso, en desarrollo, que no solo involucraban a sectores de la élite propietaria con vocación mercantilista, sino además y también a la masa de esclavos de la isla.

1.3 Esclavos y Esclavas de la Isla en Articulación Intraisleña

En efecto, las severas luchas de clases adoptaron diversas modalidades en la Isla como lo demuestran los datos en relación al ‘Motín de 1723’ en la ciudad de Santo Domingo de acuerdo a las investigaciones del historiador Raymundo González:

o “Una de las formas de resistencia a la que apelaron continuamente los esclavos y esclavas de la parte francesa fue la de huir a la parte española de la isla… esto implicaba en primer lugar, haber aprendido los límites entre ambas colonias…. (Motín de Esclavos del 1723 Impidió Fueran Devueltos a la Colonia Francesa. Suplemento Cultural Diario El Caribe. 10 Abril 1993).

o “…declaraciones tomadas a doce de estos negros huidos de la parte francesa… once eran y solo una mujer… en cuanto al lugar de procedencia, 5 correspondían al Guarico (Cabo Francés), 2 a Jacmel, 1 a Leogane, 1 a Saint Louis (cerca de Guarico), 1 a Cul de Sac y 2 no supieron responder”. (Principal Motivo de los Esclavos Franceses para Huir de la parte Española de la Isla era lograr su libertad. Suplemento Cultural Diario El Caribe. 8 Mayo 1993.

Es interesante puntualizar que este ‘Motín’ culminó en la puerta norte de la Catedral de Santo Domingo en lo que se denominaba ‘Plaza de Armas’ hoy Parque Colón, en el centro del poder colonial y a partir de una fuga que al reflexionar su culminación insinúa unas modalidades y redes ulteriores de incorporación y protección que podríamos asumir extensas y sofisticadas. Las diversidades esclavistas, es decir, modalidades de reproducción de los sistemas esclavistas coloniales, motivaban la búsqueda de espacios y relaciones sociales con grados de menor opresión o territorios libres en palenques y manieles y potencialidades de transformar la condición social (posteriormente transitar a la condición de campesino(a) arcaico o temprano).

1.4 Islas y Continente: Ejemplos, Experiencias y Rebeliones en el Cono Sur
La extensión de la fuga a la insurgencia sobre todo el inicio de la Revolución Haitiana en 1791 en el contexto de la Revolución Burguesa francesa, abrió interacciones complejas muy aleccionadoras. Se aportan algunos datos sobre la rebelión en Venezuela de José Leonardo Chirinos:

Se nos sugiere una incorporación de experiencias:

“Líder de la insurgencia de negros y zambos en la cercanía de Coro en 1795… sirvió a José Tellería, rico comerciante y síndico procurador de Coro, a quien acompañó en uno de sus viajes al Santo Domingo francés (posteriormente llamado Haití). Allí escuchó hablar a Tellería y otros comerciantes acerca de la revolución francesa y los ideales de ésta (libertad, igualdad y fraternidad). Así mismo estableció contacto con el proceso que se vivía en Haití donde los negros esclavos se habían levantado contra los blancos y estaban luchando con éxito para obtener su libertad. …De regreso a Venezuela se incorporó a un grupo de conjurados que se reunían en el trapiche de la hacienda Macanillas entre los que se encontraba José Caridad González, un negro congolés muy informado de las ideas de la revolución francesa… El día 10 de Mayo de 1795 estalló la insurrección que establecía en su programa revolucionario el establecimiento de lo que llamaban Ley de los Franceses, es decir la República, eliminación de la esclavitud e igualdad de las clases sociales, supresión de los privilegios…”. (José Leonardo Chirinos. Frank Rodríguez. http://www.venezuelatuya.com/biografías)

Estos datos que se nos suministran sobre la insurgencia encabezada por Chirinos, que asume la experiencia haitiana de manera directa, los planteamientos de la revolución francesa socializados por otro negro rebelde, con un proyecto de República para construir iguales eliminando la esclavitud, nos amplían el entorno geopolítico de la construcción social antillanista y caribeña.

1.5 Boca de Nigua: Ejército rebelde embrionario y los fugados con experiencia al lado de Jean Francois

Las dimensiones geopolíticas de la insurrección de esclavos en la colonia del ‘Saint Domingue Francais’ no han sido todavía reflexionadas en todas sus dimensiones, sobre todo a partir de estudios concretos de casos, y en el nuestro específicamente, al valorar el impacto de experiencias, su comunicación verbal y la integración de sujetos sociales de diversa procedencia identitaria.

Juan José Andreu Ocariz, a pesar de ciertas apreciaciones cuestionables que hace en su texto, nos acerca a la intimidad de la rebelión de Boca de Nigua en 1796 en el ‘Santo Domingo Español’, en uno de los ingenios más importantes de la época:

“Para conocer el modo en que se había desarrollado la revolución en la vecina colonia, trabaron amistad con tres negros que habían servido a las órdenes del cabecilla rebelde haitiano Jean Francois, de quienes se consideraban parientes por pertenecer los cinco a la misma tribu africana… una vez afianzada la confianza mutua, pidieron a los tres negros haitianos que los condujeran a su país…”. “…los rebeldes crearon un embrionario ejército, con artilleros, unidades de infantería formadas por guardias y piquetes… y una unidad de dragones de caballería… un complot cuyos alcances pretendían hacerse iguales a los de Haití”. (La Rebelión de los Esclavos de Boca de Nigua. Escuela de Estudios Hispano-Americanos. Separata del Tomo XXVII. Anuario de Estudios Americanos. 1970. Sevilla).

Es interesante lo que nos dice este texto: conocer la manera, la forma, el modo en que se había desarrollado la rebelión en la colonia francesa, el vínculo de identidad entre los esclavos de acuerdo a su procedencia ancestral, la posibilidad de ir hacia el contexto revolucionario, y para llegar al clímax: un ejército embrionario insurgente para hacerse iguales a los rebeldes de Haití.

1.6 Complejidad de los Contextos: Corsarios Insurgentes?

La crisis imperial y las luchas interimperiales en las Antillas y el Caribe abren posibilidades inéditas de luchas complejas, y una de ellas es la propia complejización de las actividades del corso y los corsarios generando al parecer unas ciertas tendencias de autonomización de estas actividades.

Es interesante plantearse este nuevo ingrediente o componente en el contexto de la mercantilización y la acumulación originaria capitalista, porque nos permite valorar en todas sus dimensiones la cuestión del antillanismo sin, quizás, prejuicios académicos y clasistas.

Es interesante, en ese sentido, este acercamiento que se nos propone para poder valorar las redes diversas que se constituyen y desarrollan con sus consecuencias inéditas:

“Durante la primera mitad del siglo XIX el imperio español en América se reduce a dos colonias solamente: Cuba y Puerto Rico. En Puerto Rico, la lucha por la independencia se caracteriza por invasiones de piratas, emisarios de Haití y aventureros extranjeros que constantemente asedian nuestras costas. Muy poco se sabe de quienes fueron estos libertadores y cuáles eran sus propósitos verdaderos. De igual manera, muy poco se sabe del movimiento libertador de Puerto Rico y su posible relación con esas expediciones. Sin embargo, sí conocemos de los temores de la oficialidad española y las medidas preventivas tomadas por ésta, para evitar el desembarco de estas expediciones libertadoras, especialmente entre 1820 y 1824. Roberto Cofresí y Manuel Suárez fueron dos de estos aventureros.” (A.G.P.R. Fondo de Gobernadores, Negociado y Seguridad Pública, 20 de Noviembre 1823, Capitán Francisco Fernández de Castro. C371. Otros documentos sobre “Corsarios Insurgentes”. En “Esclavos Rebeldes”. Guillermo Baralt. Ediciones Huracán).

La mención de Roberto Cofresí es interesante y provocadora cuando en una caracterización del sujeto y su acción corsaria se nos dice:

“Entre ellos (los corsarios, N.A.) sobresalió Roberto Cofresí Ramírez de Arellano… nacido en 1791 en la población de Cabo Rojo, Puerto Rico… recorría las aguas del Atlántico y el Mar Caribe… Sus continuos asaltos interfiriendo con el comercio antillano motivó al gobernador Miguel de la Torre y al gobierno de Estados Unidos a tomar medidas policíacas… Cofresí usaba la Isla Mona como escondrijo donde en 1824 fue sorprendido en un sangriento encuentro con las autoridades. Fue condenado a 6 años de prisión más huyó de la carcelaria dominicana hasta llegar a Naguabo y de ahí pasó a la isla Vieques”. (Luis Negrón Hernández. Roberto Cofresí: El Pirata Caborrojeño. PReb.com).

En un texto donde no se establece su procedencia y en inglés se precisa lo siguiente:

“Roberto Cofresí era un legítimo ‘Trader’ entre Santo Domingo y Puerto Rico durante la dominación española en ambas islas… Después que una de sus cargas fuera ocupada por los españoles se cambió al lado de los dominicanos independentistas”.

Es interesante, por lo menos, plantearse esta problemática en la medida en que, de acuerdo a otras apreciaciones se le define como:

“Cofresí era fuerte y ágil, de agradable personalidad, se ganaba la simpatía y la confianza de sus adeptos… gozaba de la protección y amistad de una parte de la población en las costas de Puerto Rico con las que el pirata compartía su botín entre los más necesitados…”. (Próceres Caborrojeños.

http://premium.caribe.net)

1.6 Puerto Rico: Enardecidos, Emisarios, Piraguas, Ayudas, Levantamientos y Fugas

Es importante la precisión sobre la cadena de relaciones interisleñas referidas a ejemplos, paradigmas, territorios potencialmente libres, y también en el caso puertorriqueño la diversidad y secuencia de las luchas antiesclavistas que evidencian unos conocimientos y relaciones antillanistas. Algunos ejemplos son interesantes:

o “Durante el transcurso de la Revolución Haitiana (1789-1809) y en particular durante el período de reconstrucción bajo Toussant Louverture (1793-1801) los esclavos de las colonias europeas del Caribe, enardecidos por el ejemplo victorioso de la Revolución Haitiana una y otra vez se rebelaron en Guadalupe (1794), Santa Lucía (1794), Cuba (1795), Venezuela (1795). En Puerto Rico, los esclavos del Partido de Aguadilla intentaron una insurrección el 15 de Octubre de 1795”.

o “La manera más directa en la influencia revolucionaria haitiana en Puerto Rico durante los años subsiguientes, fue a través de emisarios y agentes enviados a Puerto Rico. …Tenemos evidencia de un agente haitiano nombrado Chaulette quien arribó a Puerto Rico en 1805… Nueve meses más tarde se prohibió el desembarco de todo hombre de color que llegase de Santo Domingo y se pidió que los que desembarcasen fueran arrestados”.

o “Por ejemplo… el 23 de Febrero de 1824, ocho jóvenes esclavos de la propiedad de Francisco Cepero que se encontraban en Pueblo Viejo, en la hacienda de Juan Sánchez, se robaron una piragua y tomaron rumbo a Santo Domingo por la Bahía de la Capital”. (Guillermo A. Baralt. Ob. Cit.).

o “…la conspiración de Guayanilla en Septiembre de 1840… los conspiradores sabían que no tenían grandes posibilidades de triunfo en Puerto Rico, pero una vez alcanzadas estas metas, se apoderarían de una goleta anclada en la bahía y se trasladarían a la vecina isla de Santo Domingo”.

o “De acuerdo a los planes de la conspiración (del barrio Pueblo en Ponce en 1842, N.A.), Jaime Banguá, esclavo de Luis Font y principal líder del complot, planeaba ir a Haití a buscar la ayuda prometida una vez se levantaran… Además de la ayuda haitiana, los conspiradores alegaron que contaban con el apoyo de los miembros de las Sociedades Incendiarias y las Sociedades Abolicionistas”.

o “Las fugas colectivas, de otra parte, se desarrollaron de una forma diferente a las individuales… Durante el período estudiado (1795-1873) en los informes militares hechos a raíz de las fugas colectivas en Puerto Rico, reaparece constantemente la acusación de que los fugitivos planeaban fugarse o se habían fugado a Santo Domingo bajo dominación haitiana durante los años 1822-1844 a Haití”. (Guillermo Baralt. Ob. Cit.).

Estos ejemplos evidencian unos trasiegos, unas redes, planeadas, espontáneas, circunstanciales; unas cadenas, a veces interesantes como fenómenos multiculturales que evidencian el surgimiento de una ‘nacionalidad’ transnacional antillana cuando los(as) sujetos(as) se involucran en proyectos y propuestas comunes que hacen identidades nuevas y donde el lazo común de la rebeldía hace puentes para rutas armónicas de una insurgencia que genera una dinámica sutilmente geopolítica.

Es interesante como diversos sujetos(as) se articulan, comunicándose, relacionándose, organizándose y actuando como se nos relata desde Puerto Rico:

“…señor Maloni que juntamente con el negro dominicano Castro se ocupaban de excitar la rebelión de Puerto Rico, manteniendo correspondencia con algunos amigos suyos residentes en esta isla y con un tal Escuté, que estaba en Bogotá”. (Pérez, Cueto y Quijano. Historia de la Insurrección de Lares. Fotocopia del texto).

1.7 Desde las Islas Antillanas al Continente: Mirar como Iguales a Todos y Todas
Esas redes, esas modalidades de articulación, desde contactos sencillos, recuperación de tradiciones por la oralidad, vínculos indirectos con sujetos en ciertas experiencias, búsqueda de nuevas informaciones y datos para comprobar posibilidades y potencialidades, urgencias de aclaración por un rumor o hecho no comprobado están en una dinámica de creciente expansión desde la palabra admonitoria y rebelde de Hatuey.

La denominada a veces ‘Revolución de los Italianos’ y otras ‘Conspiración de los Italianos’ en Santo Domingo “Español” en 1810 arrojó una constelación de sujetos y sujetas rebeldes de diversa procedencia y con referencias de experiencias diversas en las islas y la llamada tierra “firme” o continental. Se nos dice de esa constitución de los sujetos y sujetas rebeldes:

“Santiago Foló (Faleau) natural del Guarico… (Haití, N.A.) …José Ricardo Castaños natural y vecino de la ciudad de Caracas… …Teresa negra esclava de la mulata francesa Constanza Dufrén natural de la ciudad de Maracaibo… otro de Puerto Rico – Juan José Ramírez…”.

“Que Castaños añadió, que siendo dueños de la Isla, serían ellos jefes, pues el propio mérito tenían los mulatos que los blancos como se estaba mirando en Caracas…”. (Revolución de los Italianos. Sócrates Barinas Coiscou. Documentos del Archivo de Indias. Boletín del Archivo General de la Nación No. 58. Julio-Septiembre 1948. Págs. 215 y siguientes).

En la llamada “Conspiración de los Italianos” participaron criollos dominicanos y Emigdio Pezzi oficial de origen Piamontés, lo que ampliaba el radio de las identidades insurgentes en la isla, que ya maduraba progresivamente.

1.8 Una Estrategia Continental: Geopolítica Bolivariana

Los antecedentes de Miranda y las rebeliones en Sur-América y el Caribe y las Antillas, contribuyeron junto a su experiencia reflexiva de la revolución burguesa europea a que Simón Bolívar asumiera una estrategia geopolítica de dimensiones continentales con sus implicaciones caribeñas y antillanas. La propuesta bolivariana precisaba desde las Islas:

“En unas partes triunfan los independientes, mientras que los tiranos en lugares diferentes obtienen sus ventajas y, ¿cuál es el resultado final? ¿No está el Nuevo Mundo entero, conmovido y armado para su defensa? Echemos una ojeada y observaremos una lucha simultánea en la inmensa extensión de este hemisferio… Las islas de Puerto Rico y Cuba, que, entre ambas, pueden formar una población de 700 a 800,000 almas, son las que más tranquilamente poseen los españoles, porque están fuera del contacto de los independientes. Más ¿no son americanos esos insulares? ¿No son vejados? ¿No desean su bienestar?” (Contestación de un Americano Meridional a un Caballero de esta Isla. Kingston 6 de septiembre 1815. Obras Completas. Ministerio de Educación Nacional de los Estados Unidos de Venezuela. Editorial Lex. La Habana. Tomo I).

Y las dimensiones de la estrategia con un Ejército Transnacional y de vocación geopolítica liberadora implicaba descentralizar y desplazar unidades al través de las Islas Antillanas:

“...estas mismas tropas irían inmediatamente a la Habana y Puerto Rico...”. (Carta a Santander. 1824. Simón Bolívar. Ob. Cit. Tomo I).

En ese sentido es comprensible, y ponemos solo los ejemplos de Santo Domingo y Puerto Rico, las percepciones de esa guerra de liberación y la urgencia de extender los procesos articulados.

En nuestro caso específico está el intento de proclamar un “Estado Independiente de Haití Español” en 1821 por un grupo de élite criolla encabezado por José Núñez de Cáceres. Pretendiendo alcanzar la independencia de Haití manteniendo la esclavitud (lo cual era incoherente y conservador) este movimiento establecía, entre otras decisiones como programa que:

“…entrará en alianza con la República de Colombia; entrará a componer uno de los estados de la unión y cuando se ajuste y concluya este tratado, hará causa común y seguirá ante todo los intereses de la Confederación”. (José Núñez de Cáceres. Acto Constitutivo del Gobierno Provisional del Estado Independiente de Haití Español. En: “Documentos Históricos”. Antonio Hoepelman. Librería Dominicana. 1973.).

Teniendo en cuenta las limitaciones oligárquicas de las pretensiones de Núñez de Cáceres, es importante señalar que la propuesta alianza, estado de la unión y confederación, mostraba el impacto de la acción geopolítica bolivariana en el contexto de las Islas de las Antillas.

Otra muestra de ello es lo acontecido en Puerto Rico, también en 1821, que evidencian esas interacciones bolivarianas y antillanas:

“Según testimonio del Coronel Antonio Gomasaya, de Quito, Bolívar había dirigido varias personas para sublevar las islas de Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba. El 4 de Noviembre de 1821, en carta del gobernador militar de Puerto Rico, Gonzalo Aróstegui notifica al Secretario de Estado y al despacho de la gobernación de Ultramar que tiene conocimiento de la introducción en Puerto Rico y Cuba de cuatro individuos desconocidos, comisionados por Simón Bolívar para intentar sublevar los esclavos contra sus amos. Recordemos que Alejandro Petión, Presidente de Haití, le prestó gran ayuda militar a Simón Bolívar…. Boyer fomentó las conspiraciones y rebeliones de esclavos negros en Puerto Rico… Es muy posible que Marcos Xiorro estuviese en espera de ayuda militar de Haití… Nos preguntamos si de alguna manera también Marcos Xiorro estaba en contacto con insurgentes de Venezuela”. (La Conspiración de Esclavos de 1821 en Bayamón. Dr. Fray Mario A. Rodríguez de León. OP.PReb.com)

Independientemente de la necesidad de cotejar informaciones y verificarlas y obviamente establecer enlaces, contactos, movilidades y alianzas, es evidente la progresista internacionalización de la ‘antillanía’ como proyecto común de fuerzas sociales emergentes.


1.9 El Itinerario Duartiano por las Islas y el Rastro Bolivariano

Es significativo en estos contextos hacer el ejercicio de una cierta persecución a unos itinerarios de Juan Pablo Duarte en la ‘zona’ antillana y caribeña para poder rastrear alguna mejor comprensión de los proyectos independentistas y sus redes ‘underground’ o no asumidas por una cierta visión tradicional y esquemática de la historiografía.

Algunos textos nos aportan datos concretos sobre esas redes y vínculos, que, naturalmente, incidieron en la visión y propuesta de los constructores de la sociedad secreta político-militar “La Trinitaria”.

Veamos:
o “1801. Por entonces, días después de la irrupción de Loverture en Santo Domingo, Juan José Duarte y familia se trasladan a Puerto Rico, a Mayagüez (regresó a Santo Domingo después de 1804).”

“1832. Por entonces regresa a Santo Domingo vía Saint Thomas y Puerto Rico”.
“1841. Viaja a Venezuela, a asuntos de la ferretería de su padre. Allí también organiza lo concerniente a la causa dominicana, junto con sus tíos Mariano y José Prudencio y otros dominicanos residentes en Caracas.”
“1843. Agosto 2. A las 8 de la noche embarca con Pina y Pérez hacia Venezuela.”
“1843. Agosto 10. Llegan a Viéquez, Puerto Rico.”
“1843. Agosto 11. Desembarcan en Saint Thomas.”
“1843. Agosto 18. Salen para La Guaira, Venezuela.”
“1843. Agosto 23. Desembarcan en la Guaira.”
“1843. Agosto 24. Salen para Caracas y se hospedan allí en casa de José Prudencio Díaz, tío de Duarte.”
“1843. Septiembre 13. “…dice Duarte… más allá del Calvario nos despedimos y volví para Caracas acompañado de mi tío Prudencia y de don José Patín. Su estadía en Caracas era ver si podía allegar recursos con que proporcionar pertrechos y armamentos para poder libertar su patria”. …con tal objetivo se entrevista con el General Soublette gracias a la mediación de la dominicana doña María Ruiz hija del P. Ruiz.”

“1844. Junio 4. Estimulados por Duarte, prominentes dominicanos residentes en Caracas, José Patín, María Ruiz (hija del Dr. José Ruiz), A. Mauri, José Prudencio y Mariano Diez (tíos de Duarte), Hipólito Pichón, Manuel Gómez Umeres, Pedro Núñez de Cáceres, Antonio D. Madrigal hijo y J. Antonio Troncoso, remiten a la Junta Central Gubernativa (J.C.G.) 1,800 francos ‘como donativo voluntario para auxilio de las necesidades públicas.” (Emilio Rodríguez Demorizi. En Torno a Duarte. Cronología de Duarte. Ed. Taller. 1976).

o “…en carta fechada en Caracas, el día 2 de Mayo de 1865, dirigida por Duarte a don Félix María del Monte entonces en Puerto Rico, le dice lo siguiente: “…un 16 de Julio (el de 1838) fue descubierta ahí donde estás, la conspiración que, habiendo estallado el 35 (como debía estallar) había salvado al joven Sterling de la injusta y violenta muerte a que le condenara el feroz López Baños…”

Y en un nota al pié se precisa:

o “Las infortunadas conspiraciones a que se refiere Duarte ocurrieron, ciertamente, en Octubre de 1835 y en Julio de 1838. Eran brotes del liberalismo contra el absolutista régimen colonial en Puerto Rico que tenían sus naturales repercusiones en el agitado espíritu de los patriotas dominicanos… Para determinar una vez más la fecha de la fundación de La Trinitaria, advertimos que esas referencias del Padre de la Patria hay una perfecta asociación de ideas; conexión en dos hechos coetáneos cuya evocación era simultánea en su pensamiento ‘Los procesos mentales –dice A. M. Aguayo (Tratado de Psicología Pedagógica, Habana, 1925, Pág. 308)-, que forman parte de una experiencia, tienden a mantener sus conexiones y a evocarse mutuamente cuando uno de ellos vuelve a la conciencia’…”. (Emilio Rodríguez Demorizi. La Trinitaria: Apuntes y Documentos para su Estudio. En Torno a Duarte. Ed. Taller. 1976).

o “Es curioso que, al referirse a este suceso, Miller, en su ‘Historia de Puerto Rico’ no mencione a Sterling, y sí a un devoto amigo de Duarte, el Capitán de Milicias Ángel Salvador Vizcarrondo quien logró fugarse hacia Venezuela. A lo que parece, después de su frustrada acción de 1838 Vizcarrondo continuó sus actividades políticas, según consta en el siguiente apunte (Archivo Histórico Nacional, Madrid, Legaje 5063, Exp. 38. Documentos de Puerto Rico): ‘1842-1843: El revolucionario Vizcarrondo es expulsado de la Isla danesa de Saint Thomás a petición del Gobernador… Los revolucionarios Correa D’Costa, Level de Goda y otros también se retiran de las islas de Tórtola y Curazao…”. (Duarte y Puerto Rico. Emilio Rodríguez Demorizi. Ob. Cit.).

Al pasar balance de esta especie de cronología, contactos, búsqueda de logística y apoyos, memoria de conspiraciones e insurgencias en isla cercana, vínculos político-militares diversos, nos indican la necesidad de profundizar en la investigación dominicana para abrir las perspectivas de las rebeliones de 1843 y 1844 en nuestro país.

Esa perspectiva de mayor comprensión de los contextos complejos antillanos permitió en 1843 alianzas democráticas para el derrocamiento del régimen de Jean Pierre Boyer, en un proceso conspirativo para estimular una rebelión y establecer un nuevo poder compartido en la Isla de Santo Domingo. El resultado de esta alianza construida progresivamente en Haití y Dominicana resultó en el siguiente acontecimiento:

“En la tarde del 24 de Marzo (1843, N.A.) se dio en Santo Domingo el grito de la Reforma. Duarte y sus adeptos depusieron al General Carrié… ya las demás autoridades haitianas, no sin que se derramara en la Plaza de Armas la sangre del Comandante Charles Cousin y de otros contendientes… Se constituyó entonces una Junta Popular que debía ejercer el Gobierno, compuesto por Alcius Pontieux, Jean Baptiste Morin, Manuel Jiménez, Juan Pablo Duarte y Pedro Alejandrino Piña: los dos primeros representantes del elemento haitiano y los tres últimos del elemento dominicano…” (Duarte en la Reforma. La Revolución de 1843.: Apuntes y Documentos para su Estudio. Ob. Cit.).

La extensión del poder de las Juntas Populares creó las condiciones contrahegemónicas para colocar en crisis definitiva el modelo boyerista y abrir las posibilidades de un proceso de radicalización democrática que, lamentablemente, no culminó, por variadas razones, en el triunfo de los rebeldes trinitarios.

1.10 Guerra de Liberación, Levantamientos en las Colonias y Libertad de Todas las Antillas

Recogiendo la Tradición Duartiana, de la Revolución Cibaeña contra la dictadura de Buenaventura Báez a partir de 1857 en Dominicana, se producen las condiciones para la guerra de la Restauración contra el poder colonial español a partir del Grito de Capotillo el 16 de Agosto 1863 como precursor de los Gritos de Lares y Yara en Puerto Rico y Cuba.

La guerra restauradora, desde su estallido rebelde inicial, tiene una impronta antillanista y bolivariana, tanto por la participación de sujetos no originarios dominicanos(as) como por su valoración antillana de la insurgencia en curso.

Los siguientes aportes así lo confirman:

“El Acta de Independiencia (del Gobierno Provisorio de la Restauración del 14 de Septiembre de 1863) fue redactada por el abogado venezolano Manuel Ponce de León” (nota al pié página 24) (Emilio Rodríguez Demorizi. Actos y Doctrina del Gobierno Provisorio Restaurador. Editora del Caribe. 1963).

“Todo lo que ha ocurrido en esta colonia y las causas que para ello ha habido, son idénticas a las que produjeron el levantamiento de las colonias hispano-americanas, y las que, tal vez, no muy tarde, producirán el de Cuba y Puerto Rico”. (Memorando a los Gobiernos de Inglaterra, Francia, E.U.A. y las Repúblicas Hispano-Americanas. 12 Febrero 1864. Ob. Cit.).

“Santo Domingo será libre, Cuba debe serlo o Haití será esclavo de España” (Examen de la Anexión. 20 Enero 1864).

Manuel Ponce de León, identificado en ocasiones como abogado y en otras como médico redacta el texto justificatorio de la rebelión restauradora invocando los “justos motivos que nos han obligado a defendernos y a tomar las armas” (1863. Exposición a S.M. la Reina de España. Ob. Cit.).

Al asumir la autodefensa armada y desencadenar una guerra guerrillera (o guerra silenciosa según el instructivo de la Guerra de Guerillas de Matías Ramón Mella) con severas consecuencias para el poder colonial español la guerra restauradora asume una dimensión geopolítica antillana de implicaciones muy interesantes y que son valoradas acertadamente por Joel James Figarola cuando nos dice:

“No supo el general dominicano Pedro Santana las consecuencias que podría traer para Cuba su decisión de propiciar la intervención de España… no solo en el alcance político y social, sino en aspectos muy señalados de la vertebración organizativa del naciente Ejército Libertador Cubano y las específicas modalidades estratégicas, tácticas y doctrinales dentro de las cuales se desenvolvió… Aquí ocurre una de esas frecuentes ironías de la historia… Junto con las tropas españolas que abandonan Santo Domingo, después de finalizada la guerra vienen a Santiago de Cuba oficiales dominicanos quienes… habían estado al servicio, y de manera activa, de España en el transcurso de toda aquella contienda. Llámense estos individuos Máximo Gómez, Luis o Félix Marcano, Modesto Díaz o Nicolás Heredia, todos tendrán en común el hecho de verse situados –y casi siempre con el menosprecio de las propias autoridades españolas- dentro de la sociedad cubana y de constatar… la crueldad de la práctica esclavista… Ambos factores los aproximarán al independentismo… Estos dominicanos fueron quienes otorgaron la organización mínima necesaria a la insurrección que, luego del 19 de Octubre estalló en todas partes en el Departamento Oriental. Y es una ley que una insurrección que se extienda con mucha rapidez, si paralelamente no se organiza y jerarquiza, es también sofocable con mucha rapidez. El grupo dominicano contribuyó a que esto no se cumpliese de manera total en el caso cubano…” (La Guerra de los Diez Años. Revista del Caribe. No. 43. 2004. Santiago de Cuba).

El impacto regional de la insurrección y guerra restauradora permitió valorar empírica y adecuadamente la relación estrecha entre el acontecimiento en un país y la relación o vínculo del acontecimiento con el poder regional y la estrategia geopolítica del imperio colonial afectado por la rebelión y la guerra.

El Antillanismo comenzó a tomar un cuerpo más sólido al través de la insurgencia y la guerra al crear un compromiso más profundo de las redes en construcción.

1.11 Las Nuevas Redes de la Insurrección y la Guerra

Comienza progresivamente la profundización del Antillanismo a partir de esa guerra y Ramón Emetrio Betances nos dice:

o “La Revolución estallando en Puerto Rico, sería para Cuba una de las circunstancias que más favorables le serían a la independencia obligando a las fuerzas españolas a dividirse entre las dos antillas”.

o “Santo Domingo podría ser por su proximidad a Cuba, servir de depósito de armas; sus numerosos puertos nos darían acogida a los buques cubanos y el pueblo en masa se disputaría el honor de combatir bajo las banderas del inmortal Céspedes”.

o “No piense (se refiere a Luperón, N.A.) ahora en Cuba, sino en Santo Domingo, camino por el cual tenemos que pasar para llegar a Puerto Rico”. (Textos Reproducidos 1869 Colegio Universitario UASD. 1990. Mimeografiados”.

o “Bueno es sí, que desde ahora comiencen Las Antillas a considerarse como hermanas… La utopía de hoy, lo han dicho, no es más que la verdad de mañana…” (Ramón Emeterio Betances. Carta a José Joaquín Govantes, periódico ‘La Voz de la Patria’. 1876. En ‘Ramón Emeterio Betances’. Casa de las Américas. 1983).

o “Haití debe socorrer activa y fuertemente a los dominicanos o condenarse a perecer en el mismo abismo” (Carta a Gregorio Luperón. 1868. Ob. Cit.).

o “Yo creo en la independencia futura, próxima de mi país. Ella sola, por acuerdo de las demás Antillas es capaz de salvarnos del minotauro americano” (A los Puertorriqueños. Santomás. Diciembre 7, 1868. Ob. Cit.).

o “Me parece muy útil: 1ro. Que los que se crean capaces de intentar algo bueno estén lo más cerca posible de Puerto Rico; 2do. Que Santo Domingo es un lugar excelente de reunión…” (Carta a Eugenio María de Hostos. París. 4 de Julio 1874. Ob. Cit.).

o Se rompió el equilibrio y de ahí nació la independencia de las repúblicas sudamericanas. Santo Domingo acaba de convencer a Cuba, como Cuba está convenciendo hoy a Puerto Rico…” (Carta de París. 29 de Mayo 1876. Ob. Cit.).

Esa valoración de la relación estrecha entre los acontecimientos en las Islas aparentemente dispersas, se unen no solo por su complejo contexto geofísico, sino por la intención estratégica de articulación política y militar. Gregorio Luperón afirma:

“Si España logra imponérsenos, Cuba y Puerto Rico continuarán siendo víctimas de España”.

“¿Qué piensan el gobierno y los hombres de esa capital (se refiere a Haití en carta a Ramón Emeterio Betances en 1869, N.A.) de nuestra revolución? ¿Cómo la han recibido los vencedores del tirano Salnave? ¿Cree usted que ellos comprenden la amenaza que pesa sobre estas tres Antillas? ¿Cree usted que podremos contar con un apoyo eficaz para rechazar tanto el yugo español como americano?” (Textos reproducidos Colegio Universitario UASD. 1990. Mimeografiados).

De su lado, Eugenio María de Hostos sistematiza el nuevo momento de elaboración del pensamiento antillanista como una propuesta integral:

o “Cuba quiso entonces y quiere ahora ser independiente, pero Cuba no puede ser independiente sin que Puerto Rico lo sea también…”.

“Pero sobre todo, merece la confianza de los cubanos, la nuestra, la de las Antillas, porque representa en la Revolución de Cuba, el brazo armado y la conciencia militar de las Antillas”. (Máximo Gómez y la Revolución de Cuba. 1881).

o “En las Antillas mayores hay un esbozo de una nacionalidad… Cuba, Jamaica, Santo Domingo, Puerto Rico, no son sino miembros de un mismo cuerpo, fracciones de un mismo entero, partes de un mismo todo.” (Lo que algún día será una gran nacionalidad. 1884).

o “Confederación de las Antillas un propósito racional, una idea humana, un ideal”.

“…era el Antillanismo la hermosa quimera que los portorriqueños hemos concebido; que con ánimos y brazos de Luperón habíamos realizado… ese programa sencillísimo de vida para las Antillas tendrá que ser el programa de uno de los partidos políticos que la lógica espontánea hará nacer. Luperón fue el primer jefe intencional de ese partido no nacido, al menos sí nacido en el espíritu de algunos, no en el medio natural en que tendrá algún día que desplazar su actividad”. (Oegri Somma. 1884. Hostos en Santo Domingo. Tomos I y II. Sociedad de Bibliófilos. 2004).

o “Por qué no toma usted en la dirección del movimiento de las Antillas que Cuba ha vuelto a iniciar, la parte que legítimamente le corresponde como uno de los libertadores americanos. De usted, probablemente, dependerá la constitución de un centro directivo que, de acuerdo con el Comité Revolucionario de Cuba y Puerto Rico en Nueva York o Cayo Hueso, reuniera, organizara, de ahí encaminara las fuerzas y recursos revolucionarios en Santo Domingo y Puerto Rico y de la emigración cubana en Puerto Plata y en las islas y tierras circunvecinas”.

“Si no me engaño, ha sonado la hora de un movimiento general, y es necesario o secundarlo o producirlo, a fin: primero de libertar a Santo Domingo e independizar a Cuba y Puerto Rico; segundo, de combatir la influencia anexionista; tercero, de propagar la idea de la Confederación de las Antillas”. (Carta del 11 de Junio 1895 a Gregorio Luperón. En: “Luperón y Hostos”. Emilio Rodríguez Demorizi. Academia Dominicana de la Historia. Segunda Edición. Ed. Taller. 1975.).

José Martí decidido en la acción como una obra de orfebre articulador de formas de organización, buscando repuestas, propone:

“Y de esa obra es parte la revolución en Cuba. No solo es santo por lo que es, sino que es un problema para garantizar las Antillas antes de que Estados Unidos condensen en nación agresiva las fuerzas de miseria y rabia y desorden que encontrarán empleo en la tradición de dominarnos”.

“A una misma hora, el día diez (10) de Abril se pusieron en pié todas las asociaciones cubanas y puertorriqueñas (en la proclamación del Partido Revolucionario Cubano, N.A.) que mantienen fuera de Cuba y Puerto Rico la independencia de las Antillas…”.

“…se constituye (el Partido Revolucionario de Cuba, N.A.) para lograr con los esfuerzos de todos los hombres de buena voluntad la independencia absoluta de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico”. (José Martí. Obras Completas. Tomo 22. Págs. 256 y siguientes. La Habana).

o “…de la hospitalidad ilimitada de las tierras donde, hilando desde ahora lo futuro, trabaja entre antillanos ya libres, al lado del puertorriqueño, el desterrado cubano” (1892) (Sobre las Antillas. José Martí. Casa de las Américas. 1981).

o “Así, cuando los elementos contendientes en las Islas demuestran la imposibilidad de avenirse en la justicia y el honor, y el avenimiento siempre parcial que pudiesen pretender no sería sancionado por la nación que ambos dependen, ni sería más que una loable e insuficiente moratoria, proclamen la guerra los que son capaces del sacrificio y solo la rehuyen los que son incapaces de él”. (Nuestras Ideas. 14 de Marzo 1892. Patria).

“…saben ya Cuba y Puerto Rico que el Partido Revolucionario existe, con una organización en que se combinan la república democrática y la acción enérgica…”. (Proclamación del Partido Revolucionario cubano el 10 de Abril. Patria. Ob. Cit.).

“Y de esta conversación asidua de corazones… de este raudal de cariño, en que nos hemos sentido como unos con los dominicanos y haitianos y jamaiquinos, con los cubanos tenaces de Santo Domingo y los industriosos de Haití y los inolvidables de Jamaica…”. (El Delegado en Nueva York. Reunión de los Clubes. 1ro. de Noviembre 1892. Patria. Ob. Cit.).

“Yo sé que no hay para usted mar entre Cuba y Puerto Rico y siente usted en su pecho los golpes de las armas que hieren los nuestros”. (Borradores de una carta a Ramón Emeterio Betances. Sin fecha. Ob. Cit.).

“Las Antillas libres salvarán la independencia de nuestra América, y el honor ya dudoso y lastimado de la América inglesa y acaso acelerarán y fijarán el equilibrio del mundo… De Santo Domingo ¿por qué le he de hablar? ¿Es eso casa distinta a Cuba? ¿Usted no es cubano y hay quien lo sea mejor que usted? ¿Y Gómez no es cubano? ¿Y yo que soy y quién me fija suelo…? Hagamos por sobre la mar, a sangre y cariño, lo que por el fondo de la mar hace la cordillera de fuego andino”. (Carta a Federico Henríquez y Carvajal. Montecristi, 25 de Marzo 1895. Ob. Cit.).

Y en Haití S. Rameau insiste en unos lazos estratégicos necesarios:

“Unidad de acción, de sentimientos, centralización de nuestros medios, de las fuentes vivas de nuestro suelo y de nuestra inteligencia… de combatir siempre a nuestros enemigos comunes”. (Documentos del Estado Meridional de Haití firmado por S. Rameau a Gregorio Luperón. En: “Gregorio Luperón e Historia de la Restauración”. Tomo 2. Págs. 300 y 304).

En el contexto de esas intenciones y acciones se concretizan cada día nuevas iniciativas. Edwin Espinal Hernández comenta una iniciativa de Máximo Gómez:

“A principios de 1885, el general Máximo Gómez trasladó a Santo Domingo un cargamento de armas y pertrechos militares con la ayuda de Hipólito Billini, cónsul dominicano en Nueva Cork y Francisco Gregorio Billini, Presidente de la República. La llegada de las armas a Santo Domingo fue aprovechado por Ulises Heureaux, quien se apoderó de ellas y las repartió a sus soldados para fortalecer sus posiciones en el ministerio de guerra”. (Más Allá del Ideario Antillano: Presencia de Hostos en el Pensamiento de Luperón. Clío. Academia Dominicana de la Historia. No. 162. Enero-Junio 2000).

Las iniciativas de Máximo Gómez son confirmadas por el mismo, tanto el cuanto a la perspectiva articuladora como en la necesidad de concretarla en un centro de dirección como urgencia del momento:

o “He despachado al General Crombet y al Dr. Hernández en Comisión a París a tener una conferencia con el General Luperón” (1884) (Diario de Campaña).

o “Dejé en New York el material de guerra a cargo del Cónsul Dominicano Hipólito Billini que se ha comprometido a ponerlo en el Arsenal de Santo Domingo” (1885) (Diario de Campaña).

o “Por qué no se propone usted asociado a otros jóvenes de espíritus levantados a ser los fundadores de un Club o Gran Centro Revolucionario, para trabajar y favorecer la independencia de las Antillas y pulverizar y echar abajo el absolutismo en Santo Domingo… Tenemos tres hombres de talento, corazón y de respeto… casi son ncesarísimos. El Dr. Betances, Eugenio María de Hostos y Federico Girandi. Estos tres hombres pueden ayudar a organizar una sociedad, tan compacta y formidable que se adueñe de todo porque yo creo que no basta que muchos pensemos de una misma manera si unidos y organizados no se trabaja” (Carta a Cayetano Armando Rodríguez, 1886).

o El Dr. Emeterio Betances ha dado contestación a la carta que le dirigí a París… sobre los proyectos revolucionarios y con el fin de asociando su firma a la mía, mandásenos individuos de confianza a la Isla de Puerto Rico a levantar fondos” (1888) (Diario La Campaña).

Las iniciativas de Máximo Gómez nos indican las dificultades y limitaciones para las luchas rebeldes y los obstáculos permanentes, incluso de las fuerzas internas procoloniales, sean pro-españolas o pro-yankis. Pero a pesar de ello hay una insistencia sistemática dondequiera se encuentre el luchador, reconociendo cada territorio como una Antilla. Eugenio Deschamps y A. F. Morales en el vórtice de la expansión yanki y el corazón de la dictadura pro-yanki de Ulises Heureaux (Lilís), nos dicen:

“El 10 de Julio de 1892 tuvimos los que suscriben el honor de protestar desde Turk Island contra la cesión de la Bahía de Samaná, en la República Dominicana, al pueblo yankee, ideada por Ulises Heureaux, indigno Presidente de los dominicanos. El 11 de Marzo de 1893 entraron los mismos con las armas en la mano y acompañados de otros generales en el territorio de la patria, a sellar con su sangre la necesario oposición al atentado que ha de entregar al yankee la Antilla en que nacimos… y Haití y la República Dominicana no obstante sus diferencias… deben ser pueblos hermanos… Resuélvase definitivamente el bizarro pueblo haitiano, el pueblo generoso que auxilió un día, sin desmayos, a los héroes que arrojan de nuestro suelo al español y provenga la nefanda iniquidad de ver su heroica tierra entregada nuevamente al extranjero” (Al Pueblo Dominicano, Al Pueblo Haitiano. 10 Mayo 1897. Papeles de Francisco Gregorio Billini. El Eco de la Opinión).

La tradición del pensamiento liberal- radical dominicano en ese contexto, acentúa la exigencia de la unidad (federación y confederación) para crear condiciones geopolíticas contrahegemónicas frente al imperialismo norteamericano. Américo Lugo plantea:

o “La independencia de Puerto Rico no es un problema y un derecho meramente borincano, porque ella es condición indispensable para el futuro de toda la América hispana… La federación es el camino real en la marcha de los pueblos, las anexiones son veredas que conducen a la anulación y la muerte… cadáveres son las colonias… sepa Puerto Rico que su independencia es esencial para la Confederación de las Antillas, las cuales han de salvarse juntas o perecer”. (Biografía de Eugenio María de Hostos. En: “Américo Lugo: Obras Escogidas”. Tomo II. Ed. Corripio).

o “Emancipada América, Bolívar quiso que ésta fuera ‘la más grande nación de la tierra’, para lo cual convocó una Asamblea de Repúblicas. Bolívar tenía razón… y los pueblos debían, por tanto, confederarse para constituirse sólida y poderosamente…”. (La Raza. 1920). “...México y Colombia mutiladas, Centroamérica y Cuba intervenidas, Puerto Rico, Haití, Santo Domingo y Nicaragua aherrojadas, están diciendo al mundo quien es esa Roma sin grandeza cuyas armas son el dinero, cuya diplomacia es el dolo… Los Estados Unidos de América han cometido tal cantidad de crímenes internacionales en su corta vida, que merecerían ser puestos fuera de la ley de las naciones por la opinión pública universal”. (Manifiesto del Nacionalismo Dominicano contra la Intervención, el Entendido Angeles Peynado y las Elecciones Venideras. Américo Lugo: Obras Escogidas. Tomo 3. Biblioteca Clásicos Dominicanos. 1993).

Esas palabras de Américo Lugo que parecen pronunciadas hoy, en Noviembre del 2004, cuando vemos en la televisión las imágenes de las matanzas de los norteamericanos en Faluya (Irak) son continuadas con las exigencias del dominicano también Federico Henríquez y Carvajal invocando el ‘internacionalismo’ o la ‘globalización’ de las luchas por un proyecto común antillano y continental.

Henríquez y Carvajal precisa:

“el carácter de internacionalidad… tiende a acercar pueblos y estrechar vínculos sin desdoro de su soberanía ni desmedro de su independencia” (1887).

“…de los Duartes de la virtud apostolando, de los Duartes fundadores de la Confederación de las Antillas” (1899).

“Una de mis ideas queridas es la Confederación de las Antillas… Cuba… Puerto Rico…, Santo Domingo… son tres partes de un solo todo cuya unión política no podía impedir en su hora la potencia más poderosa del globo”.

“…la Confederación Domínico-Haitiana, es la única fórmula que puede salvar, junto con la soberanía de la isla, la nacionalidad de la patria”. (Ideario. Mimeografiado. Colegio Universitario UASD.- 1990).

Estas insistencias que culminan con una propuesta de proyecto armónico común para la Isla, para su desarrollo, que preservando las diversidades culturales, potencie pueblos en una estrategia armónica, fue asumida como parte del Programa del Partido Nacionalista redactado por Américo Lugo y donde se establecía:

o “Por una orientación de la política internacional realmente científica y previsora y que influya en la necesaria preparación del ambiente cerebral hispanoamericano para la realización en lo más breve de la confederación política de la gran familia hispánica”.

o “…la Confederación de Repúblicas de su mismo origen y respecto de la cual las alianzas no deben mirarse, sino como un primer núcleo… El Partido Nacionalista hace suyo el ideal de Bolívar, la Confederación Continental de las repúblicas centro y sudamericanas y antillanas porque entiende que éstas deben forman, por la naturaleza de las cosas, una sola nación en el porvenir; que las fronteras actuales de estas repúblicas tienen carácter provisional ante la historia; que la patria de cada hispanoamericano se prolonga fuera de ellas hasta abarcar todo el continente… comporta los elementos de la elaboración constante de un gran estado internacional…”. (Declaración de Principios del Partido Nacionalista. 1925. Américo Lugo. Obras Escogidas. Tomo 3).

La década de los años veinte del Siglo Veinte fue muy prolífera en las propuestas antillanistas en maduración, sobre todo en la creación de condiciones subjetivas y organizacionales para nuevas redes y nuevas iniciativas en la medida en que el imperialismo capitalista norteamericano y su secuela intervencionista se extendió por las Antillas y el Caribe. Pedro Albizu Campos itinerante, impulsando iniciativas entre las islas nos da unas pistas de ello:

o “Que planes, Dr. Albizu Campos trae usted a Santo Domigo? Mi labor ha de ser mayormente de organización. Trato de unificar el sentimiento dominicano en pro de la independencia de Puerto Rico. He podido notar que aquí es unánime ese sentimiento”. (Entrevista concedida a la Prensa Dominicana. J. B. Lamarche. El Mundo. 12 Julio 1927. En “Pedro Albizu Campos”. Obras Escogidas. Tomo I. 1923-1936. 1975).

o “Desde su llegada (a Haití, N.A.), el señor Albizu Campos hizo una visita a nuestro amigo y colaborador Pierre Paul, a quien había sido recomendado por nuestro delegado en Santo Domingo, el infatigable y prestigioso Enrriquillo Henríquez García. Después de un largo cambio de opiniones con nuestro colaborador sobre la situación de los pueblos latinos de este hemisferio respecto a los Estados Unidos del Norte y sobre la necesidad de una política de interpenetración entre todos esos pueblos, para formar un frente unido y único y una liga infranqueable para las invasiones morales y humillantes de los yankis… haciendo de la República Dominicana un centro de propaganda continental a favor de Haití…”. (Albizu Campos estuvo algunas horas en Puerto Príncipe. 1ro. Octubre 1927. Obras Cit.).

o “He sostenido aquí y en todas partes, y no por conveniencia alguna, los siguientes postulados: la independencia de Puerto Rico; la confederación antillana; la unión iberoamericana; la hegemonía mundial de las naciones iberoamericanas”. (Lo que contesta el Presidente del Partido Nacionalista. 14 Mayo 1930. Ob. Cit.).

o “El ideal de la Confederación Antillana lo realizará la presente juventud antillana porque está dispuesta a crear un poder que se ha de imponer a todo invasor”. (Carta al Sr. Luis Venegas Cortes, Presidente del Comité Universitario Pro-Víctimas Santo Domingo. Septiembre 19, 1930. Ob. Cit.).

o “Puerto Rico es libre, independiente y soberano por su derecho y su voluntad… Lares es la repercusión bolivariana de Ayacucho en las Antillas”. (Actos para conmemorar la fecha del 23 de Septiembre en la Ciudad de Lares. 21 Septiembre 1933. Ob. Cit.).

La sugerencia de Albizu Campos de crear hegemonías y un nuevo poder antillano nos sitúa hoy frente a las pretensiones del poder establecido por el imperio yanki y sus estrategias de mayor sometimiento en pactos y acuerdos regionales. Asumir el lantillanismo y la propuesta bolivariana implican un nuevo poder popular, unas nuevas contrahegemonías de dimensiones mundiales que tienen otros antecedentes en el proceso histórico contemporáneo

1.12 La Lucha Armada Rebelde más Contemporánea: Venezuela, Cuba, Haití y Santo Domingo-Dominicana

Esa progresiva construcción antillanista y caribeña se exacerba de nuevo con las crisis de las dictaduras a finales de la década de los cincuenta del siglo XX en la región sobre todo a raíz de la caída de Pérez Jiménez en Venezuela y Fulgencio Batista en Cuba, acelerando el desarrollo de las redes rebeldes. Emilio Cordero Michel nos hace este sencillo y esclarecedor relato:

o “En febrero de 1958, siendo cabeza de la Junta de Gobierno de Venezuela el Almirante Wolfang Larrazabal, ligado por nexos familiares a los dominicanos, se constituyó, con el apoyo de Acción Democrática de Rómulo Betancourt, la Unión Patriótica Dominicana e Venezuela (UPD), que de inmediato inició amplios contactos con otras organizaciones antitrujillistas, con el propósito de lograr la unidad de los exiliados dominicanos. El Frente Unido Dominicano de Cuba que, a petición de la UPD de Venezuela, pasó a llamarse Unión Patriótica Dominicana de Cuba, el Frente Unido Dominicano de Puerto Rico, el Frente Dominicano de Nueva York, el Partido Socialista Popular, el Frente Independiente Democrático de Venezuela y la Unión Patriótica Dominicana de los Estados Unidos, acordaron celebrar un congreso unitario en Diciembre de dicho año; fecha que fue pospuesta por el desenlace que se venía venir en Cuba ante la ofensiva de las columnas guerrilleras del Movimiento 26 de Julio”.

o “El 7 de Diciembre de 1958, aterrizó en el occidente de la Sierra Maestra un avión C-46 cargado de armas y pertrechos bélicos, en especial ametralladoras calibres 30 y 50, así como bazukas y explosivos, enviados por la UPD de Venezuela y Wolfang Larrazabal a Fidel Castro para el empuje final contra Batista. En el avión iban Manuel Urrutia, quien sería el primer presidente de la Cuba Revolucionaria y Enrique Jiménez Moya con un mensaje de la UPD de Venezuela… en el que pedían al Jefe Supremo de la Revolución Cubana ayuda para iniciar el entrenamiento militar en la Sierra Maestra de un selecto grupo de dominicanos que, después del derrocamiento de Batista, se lanzaría a combatir contra Trujillo.”

o “Después que Fidel Castro inició en la Universidad Central de Venezuela (Caracas) a fines de enero de 1959, la colecta pública de fondos para derrocar a Trujillo y de comprometerse frente a los dirigentes de la UPD de Venezuela prestarles todo tipo de ayuda para pagar la deuda contraída por el pueblo cubano con Máximo Gómez, el 29 de Marzo, en La Habana, quedó constituido el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD) y su brazo armado, el Ejército de Liberación Dominicana (ELD)”. (Las Expediciones de Junio 1959. Ecos No. 6. UASD. 1999).

Este Movimiento de Liberación Dominicana (MLD) asumió unos principios que recogían lo que se había estado construyendo en la larga tradición antillanista de los rebeldes e insurgentes, al proclamar el retomar la herencia en Bolívar, Luperón y Martí, entre otros y otras, y que se iniciara allá en lo que llamamos ‘pasado’ lejano con la palabra preventiva de Hatuey sobre los conquistadores.

El MLD precisó en uno de sus Manifiestos:

“No estamos, pues, solos en nuestra lucha… Nuestra América la comparte y ve en su culminación triunfal una victoria americana. Nuestro movimiento responde a los postulados unitarios y democráticos de Bolívar, Luperón y Martí, enriquecidos por los aportes de las corrientes más justicieras de la época. El propugna frente a la ya superada concepción de la patria chica la tesis de la confederación de nuestras nacionalidades, como exponente de la solidaridad que nace de su origen común, la similitud de sus problemas y la identidad de sus destinos”. (Movimiento de Liberación Dominicana. Manifiesto al Pueblo Dominicano. 1959. En: “Las Expediciones de Junio 1959”. Emilio Cordero Michel. Ecos No. 7. 1999. UASD).

En efecto, pasar de la Patria Chica a la Patria Grande, a la gran Confederación, es una transformación en la subjetividad que nos permite ir y venir, sentirnos de allá y de aquí, vivir allá, aquí y acullá (así decimos a veces), y morir allá o aquí.

Unas armas que se utilizarían en Haití terminan usándose aquí contra el invasor norteamericano en 1965. En la memoria sobre el pasado se nos recuerda a Jacques Viau Renaud:

“…un grupo de exiliados haitianos que se ubicaron en la calle Francisco Henríquez y Carvajal No. 71… luego se les unió el Padre Jean Baptiste Georges… los exiliados haitianos marxistas se llevaban mal con Baptiste… El Padre Georges había logrado el apoyo de grupos cubanos anticastristas en Miami, a quienes les interesaba en Haití que permitiese invadir a Cuba desde ese territorio. Con su ayuda logró armas que fueron transportadas en Marzo de 1964 en el ‘Johnny Express’ del exiliado cubano Teófilo Babún. Otro envío de armas fue traído dentro de una nevera, pero una vez en territorio fueron robadas por otro grupo de exiliados haitianos encabezados por el poeta Jacques Viau, quien las utilizaría en la Guerra de Abril”. (Como los Americanos Ayudaron a Colocar a Balaguer en el Poder en 1966. Bernardo Vega. Imp. Amigo del Hogar. 2004).

Jacques Viau y el Comando Constitucionalista de Haitianos en la Revolución de Abril son un testimonio de la isla como proyecto de transformación popular y de las Antillas como potencialidad plural. Y esas redes, organizaciones y agrupamientos eran extensas. En el centro de la Guerra de Abril, no solo están los haitianos y haitianas sino los dominicanos y dominicanas que al pasar por Cuba atravesaron un aprendizaje intencionalmente aceptado para armar la rebeldía:

“Una vez Manolo González me dijo: ‘los muchachos del Movimiento 14 de Junio y algunos de nuestros muchachos estaban entrenados en Cuba, pero están equivocados y su entrenamiento no sirve… la nuestra es una guerra urbana, tenemos que aprender como hacerla; nuestra guerra es en los patios y en las callejuelas; tenemos que conocer cada patio y cada callejuela centímetro por centímetro y aprender como sorprender el enemigo y como escapar de él”.

“Desde principios de 1962, el Movimiento 14 de Junio había sido considerado como una fuerza política poderosa en el país… dado que la mayoría de sus miembros oscilaban entre los 18 y 25 años de edad, y porque muchos de sus líderes habían recibido entrenamiento en Cuba, el Movimiento se convirtió en fuente de apoyo militar para los rebeldes”. (José A. Moreno. El pueblo en Armas: Revolución en Santo Domingo. Ed. Tecnos. 1973).

Es interesante precisar que Manolo González era español, vivió en esta sociedad, luchó en ella y murió en ella y su descendencia está aquí entre nosotros y nosotras así, pues, como su herencia política y ética.

1.13 Genealogía, Identidades e Identificación Antillana

Podría ser interesante en ese contexto geocultural poder establecer como la ancestralidad y la interacción cultural intergeneracional gravitaba en mucho de los sujetos(as), clases sociales y variantes organizativas y reflexivas de la construcción de la Antillana como proyecto de rebelión, luchas y construcción de sociedades democráticamente radicales.

Me permito, en ese sentido, citar algunos ejemplos para colocar la reflexión en un ‘territorio’ que podría ser interesante. Veamos:

o “Simón Bolívar y Jaurequi, antepasado del Libertador de América, en quinto grado por línea directa, era oriundo de Vizcaya de donde salió en 1560 a Santo Domingo… Fue Tesorero del Santuario de Higuey…”. (Francisco Sevillano Colom. Noticias de la Ciudad de Santo Domingo a Fines del Siglo XVI (1590-1599) Clío. No. 116. Enero-Junio 1960).

o “Manuel Ponce de León, natural de Mérida, Venezuela… licenciatura en Medicina en Caracas 1961… Entendemos que este Manuel Ponce de León es el mismo que figuró como Ministro en el Gobierno Provisional en la Guerra de la Restauración, por tanto es considerado como un patriota restaurador, lo que explica su aparición en estos apuntes”. (Carlos Larrazabel Blanco. Apuntes Acerca de Algunos Estudiantes Graduados en la Universidad de Caracas. Clío No. 118-119. Enero 1961-Diciembre 1962).

o “Para conmemorar el grandioso acontecimiento de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico, por cuya realización afanaron con tan ingente empeño el Dr. Betances y Baldorioty de Castro, dos ápices de la proceridad antillana hijos de padres dominicanos fue construido en la ciudad de Ponce un parque de recreo que fue bautizado con el nombre de Parque Abolición. Con tan justiciero y cívico motivo el insigne periodista, político y orador dominicano don Eugenio Deschamps, para entonces residente como expatriado en la vecina isla y adscrito al liberalismo político dió… una serie de importantes artículos… que fueron recogidos en un folleto… en el año 1896 bajo el título de Libres”. (Vetillo Alfau Durán. Notas para la Historia de la Esclavitud en Santo Domingo. Clío No. 131. Enero-Agosto 1975).

o “Hijo, el primero (Betances, N.A.) de dominicano con puertorriqueña, nacido en (1827) Cabo Rojo) y el otro (Hostos, N.A.) nieto de cubana y dominicana, nacido en la vecina Mayagüez”. (Granma. Hostos-Betances y el Nuestroamericanismo de Martí. Antonio Gaztambide-Geigel. Reportaje de Antonio Paneque Brizuela. Sección Cultural. 06/07/2002).

¿De qué forma, de qué manera, la ascendencia o la vida de comunicación entre las islas y la región constituyó un poderoso factor sociocultural para acentuar las potencialidades de las propuestas antillanas y bolivarianas como puede ser que nos acontezca a algunos o algunas de los y las que estamos aquí en este día?

La dimensión geopolítica se potenció en la memoria intergeneracional al través de los relatos, los intercambios, las posibilidades de extensión territorial de los agrupamientos familiares (vimos el caso de Juan Pablo Duarte) y el impacto sistemático de recuerdos, nostalgias, cartas, imágenes, leyendas y mitos, o también, de heroicidades reales o supuestas. Debemos pues, valorar las tramas íntimas de la memoria o de las herencias, o de los aportes, o de las insinuaciones, o de lo que sigue, en lo concreto, teniendo vigencia como sostenedor de la rebeldía del hoy, desde el ayer para mañana.

1.14 Lo Actual de la Antillanía para la Rebeldía del Ahora

En esta cierta reconstrucción de un proceso y en una lectura más abierta y pluricultural de la perfilación del Antillanismo como estrategia de transformación geopolítica regional, es quizás interesante el esclarecer propuestas que hoy siguen vigentes como sugerencias de acción efectivamente liberadoras.

Por ejemplo:

o Un punto de partida es la palabra de denuncia de la opresión y dominación de conquistadores e imperialistas (sobre todo norteamericano y europeos) y las exhortaciones para negarse a aceptar esas relaciones sociales impuestas.

o Las fugas, migraciones y movilidades de diversos sujetos sociales crean redes, formas de vinculación, diáporas, que de una u otra forma dan dimensiones geopolíticas a una potencial estrategia de transformación regional y en los centros imperiales.

o La comunicación, los intercambios culturales de experiencias en éxitos y fracasos, sobre todo en los éxitos organizativos, de luchas sociales y populares, donde se generan nuevos poderes de transformación.

o La ciudadanía está dada por la condición de luchador, de rebelde, no importa donde se realice la rebelión de los sujetos y no importando el lugar de origen o nacimiento de esos luchadores o luchadoras.

o Por ello si te encuentras en un momento, acontecimiento o situación de insurgencia, se debe estar como participante y comprometido, comunicándote, aprendiendo, reflexionando para incorporar y hacer conocer la misma.

o Ayudar, apoyar, ser solidario, participar en redes, organizaciones, espacios, para lograr recursos diversos y potenciar luchas y rebeldías, de manera tal que las iniciativas tengan una dinámica de internacionalizar sus dimensiones.

o Que las modalidades organizativas políticas tengan como matriz de definición la urgencia de una Confederación Antillana como proyecto en un contexto más global de Confederación Bolivariana de Centro, Sur América y el Caribe y las Antillas y por tanto reconocer la nacionalidad antillana como expresión jurídico-política de la ciudadanía.

o En el esfuerzo de crear redes políticas revolucionarias antillanistas crear las condiciones para un Centro Coordinador Antillano, que genere una unidad de acción progresiva que active un movimiento general desde la sociedad civil de abajo de las Antillas.

o La intención programática y coordinadora Antillanista tendrá como objetivo o propósito democrático y participativo la generación de nuevos poderes nacionales y antillanos, locales y regionales, capaces de generar una contrahegemonía al proyecto imperialista de anexión por el llamado hipócritamente “libre comercio” impulsado por los Estados Unidos. Los nuevos poderes tienen como exigencia economías solidarias y justas orientadas hacia la mejoría rápida, sustancial y radical de las condiciones de vida de las mayorías populares nacionales y antillanas.

o Para contribuir al desarrollo de las potencialidades del nuevo Movimiento Antillanista de Liberación podrán crearse Centros o Unidades de la Memoria Antillanista para recuperar sobre todo las experiencias de organización, comunicación, acción y articulación exitosas o de impacto relativo importantes.

Otro paso concreto necesario, teniendo en cuenta algunas experiencias virtuales, sería o podría ser la creación de la página digital “Las Antillas Hablan y Hacen”, como instrumento de socialización y activación de las redes sociopolíticas y socioculturales.

o Y para que la coherencia sea clara y directa para el hoy: Independencia para Puerto Rico; rechazo al protectorado, desocupación, justicia, democracia popular y participativa para Haití; rechazo a la imposición colonial del llamado ‘libre comercio’ y los acuerdos perversos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para Dominicana y respeto a la Independencia de Cuba, así como extender los vínculos caribeños y las potencialidades de una República Bolivariana continental.

Al valorar las iniciativas propositivas nos parece importante además, retomar lo que habíamos planteado en nuestro texto “Nacionalismo y Liberalismo: Recuperación de su Pensamiento y Organización para la Construcción de una Estrategia Popular Hoy” en el “Curso sobre Pensamiento Social y Político Dominicano” organizado por el Centro Cultural Poveda y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en Marzo-Abril 1995.

En el caso nuestro dominicano, no solo las propuestas de programa antillanista y bolivariano, sino además las modalidades organizativas no estatalizadas o para-estatalizadas que son necesarias para desarrollar una estrategia con profundas raíces sociales: sociedades patrióticas de vocación geopolítica (por ejemplo “Dos Antillas” y “Tres Antillas”); sociedades políticas (“Ligas de la Paz”, “Liga de Ciudadanos”, “Unión Nacional Dominicana”); sociedades de ayuda mutua o cooperativa (“El Esfuerzo”, “Salubridad del Barrio Santa Bárbara”); sociedades teatrales (“Sociedades de Aficionados”, “Amantes del Saber”); sociedades educativas (“Sociedad y Escuela”, “Alianza Cibaeña”); sociedades de jóvenes (“La Misión Escolar”, “Asociación de Estudiantes”, “Los Hijos de la Paz”); en suma, pasar un balance de las formas organizativas de esas experiencias y las actuales en la cotidianidad social y la experiencia contemporánea.

Una estrategia organizativa democrática, popular, revolucionaria que rescate hoy, para el Antillanismo como proyecto sociopolítico y geopolítico lo que nos narra el Listín Diario del 3 de Junio de 1916 en el centro y vorágine de la intervención yanki de ese año:

“El Listín Diario reporta… una ‘Protesta de los Niños: A los Patriotas’ firmado por seis muchachos con edades cercanas a los 13 años (entre otros Gilberto Fiallo, J. Antinoe Fiallo, Manuel M. Patín, Luis José Rodríguez y Manuel Fernández). Este breve documento invoca “el no estar bajo el yugo norteamericano, para no estar como se encuentra Puerto Rico, como se encontró Cuba y así varios países de América Latina…”. …concluyendo: “Así deben surgir Nuevos Trinitarios”. (Texto de 1995 citado).

Uno de esos jóvenes fue mi padre y entiendo que su ejemplo de patriotismo antillanista me marcó desde siempre y ha contribuido a mantener en el tiempo las raíces de la rebeldía, recuperando, repito, lo que nuestras luchas en esas dimensiones nos han legado. Para crear un nuevo poder social, popular, porque como nos decía Luis Conrado del Castillo en 1915 en su “Enseñanza Cívica”… “que no hay otro poder que no sea el de la sociedad”… y yo agrego… de las sociedades antillanistas y bolivarianas.

Poder Popular Antillanista y Bolivariano es la acción y estrategia que se construye por la resistencia y la rebeldía.

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