A 51 AÑOS DE LA EXPEDICIÓN DEL 14 DE JUNIO
El “Plan B” implicaba nuevas expediciones
"A MUCHOS SE NOS OLVIDÓ QUE HABÍAMOS VENIDO A PELEAR Y NO A RENDIRNOS", DIJO A LISTÍN DIARIO EL COMANDANTE CUBANO DELIO GÓMEZ OCHOA
Antitrujillistas. Delio Gómez Ochoa lee una de las ediciones de LISTÍN DIARIO sobre la serie de las heroínas que lucharon contra la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
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Fernando Quiroz
fernando.quiroz@listindiario.com
Santo Domingo
“A muchos se nos olvidó que habíamos venido a pelear y no a rendirnos”, fue una de las primeras respuestas del comandante cubano Delio Gómez Ochoa, líder de la expedición del 14 de Junio de 1959 procedente de Cuba, con la que procuraba derrocar al dictador Rafael Leonidas Trujillo.
Trajeron aparatos de comunicación en el avión para utilizarlos en las montañas, pero no pudieron desmontarlos por falta de tiempo, pues tuvieron que combatir tras aterrizar sorpresivamente en el aeropuerto militar de Constanza.
El avión, dijo Gómez Ochoa, tuvo que regresar a Cuba, llevándose también las minas antitanques que utilizarían contra el poderoso Ejército de Trujillo. Estos artefactos habían sido hechos en Cuba y utilizados exitosamente contra los tanques de guerra de las fuerzas del dictador Fulgencio Batista.
A 51 años de la expedición, el comadante Gómez Ochoa, uno de los seis sobrevivientes, dijo que el movimiento tenía un “plan B”. Un grupo de más de cien hombres quedó entrenándose en una pequeña montaña de Madruga, próxima a La Habana.
Allí ocurrió un accidente, pues en una demostración le estalló una granada a un entrenador italiano, provocando la muerte de muchos de ellos. El proyecto entonces quedó malogrado, sobre todo luego de los resultados en República Dominicana.
Creían y, estaban convencidos, de que podían vencer a Trujillo con la expedición. “Se pudo haber logrado”, dijo Gómez Ochoa en su natural serenidad, con su voz interrumpida y pausada por el paso de los años y los quebrantos de salud.
“Había agua en las montañas, lugares para subsistir con elementos de alimentación para tropas en guerra irregular o de guerrilla”, agregó. Pero faltó un aspecto fundamental: Una organización interna que apoyara ese movimiento e inspirara el pueblo hacia la lucha.
Pensaban, señaló Gómez Ochoa, que en tres meses podían revertir la situación a favor de la expedición, y provocar la reacción del pueblo.
Ese gran movimiento surgió siete meses después, en enero de 1960, en alusión a la formación del Movimiento 14 de Junio, liderado por Manolo Tavárez Justo y su esposa Minerva Mirabal.
“Si ese movimiento surge meses antes, hubiese sido otra la situación”, se expresó convencido. Lo ideal era distraer a la dictadura en muchos puntos de ataques.
En lo militar veía como desventaja la falta de coordinación entre las diversas operaciones que regularmente realizaron. Causa de esto es la pluralidad de mandos y lo confuso del escalafón jerárquico. Entre los factores positivos resaltó el entusiasmo y alto espíritu combativo de la tropa, la conciencia de la justicia de la causa por la cual se iba a luchar.
Aterrizaje
Las expediciones fueron delatadas antes de llegar, dijo Gómez Ochoa. Hubo errores, delaciones y espionaje por parte de la tiranía Trujillista.
El 14 de junio hicieron un aterrizaje normal, con un buen piloto, que era el venezolano Julio César Rodríguez. Era domingo, cerca de las 6:00 de la tarde, y pese a la poca custodia militar de la fortaleza se acercaron unos vehículos y se desató un intercambio. En el avión, un Curtis, llegaron 56 hombres armados, incluidos piloto y copiloto.
No tenían previsto aterrizar en Constanza, pero en pleno vuelo cambiaron de estrategia. El lugar inicialmente determinado era la llanura de San Juan de la Maguana.
Juan de Dios Ventura, el piloto que desertó de la tiranía, alertó que Trujillo ordenó hacer zanjas en varias zonas de San Juan, lo que significaba que ya se había filtrado y, que era de conocimiento de los mandos militares que el desembarco sería por ahí.
“Nos estaban esperando, habían tumbado muchos árboles, hubiera sido difícil el aterrizaje, la expedición fue delatada antes de que saliera”, precisó.
Ese choque militar provocó que el grupo se dividiera en dos, y quedaran encabezados por Enrique Jiménez Moya, jefe de todas las expediciones, y Gómez Ochoa.
Luego de intensas persecuciones y bombardeos aéreos en las montañas, hambre, cansancio, solo sobrevivieron, Gómez Ochoa, Pablito Mirabal, Alfredo Almonte Pacheco, Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas y Francisco Medardo Germán. Ellos fueron brutalmente torturados, luego les fabricaron un juicio, pero después de varios meses fueron puestos en libertad. Los últimos en ser capturados fueron Gómez Ochoa, y Mirabal, el 11 de julio de 1959.
Gómez Ochoa fue llevado en cuatro ocasiones ante Trujillo. En el primer encuentro, en la base militar de San Isidro estaba su hijo Ramfis; el jefe de la Aviación Militar Dominicana, general Fernando Sánchez (Tunti) y el entonces marido de Angelita Trujillo, coronel Luis José León Estévez. El tirano, recuerda, estaba de pie, con su traje de oropel cargado de medallas, y él esposado a unos seis metros, al igual que Pablito Mirabal.
-Así que usted es el comandante Ochoa- dijo Trujillo, ¿Usted a qué vino aquí?, le preguntó el tirano.
-Bueno, yo vine a pelear- le respondió Gómez Ochoa.
“A usted lo que hay es que castrarlo y mandárselo para allá a Fidel Castro”, le dijo el tirano.
Además de la operación aérea, estaba en marcha la expedición por mar que fue distribuida en dos lanchas, la Carmen Elsa y la Tínima, comandadas por José Horacio Rodríguez y por José Antonio Campos Navarro, que transportaban 121 y 48 combatientes, respectivamente.
Salieron el sábado 13 de junio, pero no llegaron a Maimón y Luperón hasta siete días después, y fueron también víctimas de la tiranía.
Los expedicionarios eran 211 dominicanos, 20 cubanos, 13 venezolanos, nueve puertorriqueños, tres norteamericanos, tres españoles, un guatemalteco y un nicaragüense.
TRAYECTORIA DE UN COMANDANTE CUBANO
Delio Gómez Ochoa (Cacocum, Holguín, Cuba, 1929). Militó en las filas del Movimiento 26 Julio e integró el Ejército Rebelde. En abril de 1958 fue ascendido a comandante y nombrado segundo al mando de la Columna 1 “José Martí”, que estaba bajo el mando del comandante en jefe Fidel Castro.
El Movimiento lo designó en mayo delegado nacional de acción y coordinador en las provincias occidentales. En septiembre fue llamado de nuevo a la Sierra Maestra, al mes siguiente Castro lo nombró jefe de la Columna 32 “José Antonio Echeverría” y en noviembre le encomendó la creación y jefatura del cuarto frente “Simón Bolívar”.
El 2 de enero de 1959 asumió el mando del regimiento de Holguín y ese mismo día conoció al patriota dominicano Enrique Jiménez Moya. Ese encuentro selló el compromiso que desde sus años estudiantiles abrigaban para con la causa del pueblo quisqueyano, de cuya materialización, a través de la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en junio de 1959, reseña en su libro La Victoria de los Caídos.
Gómez Ochoa es doctor en ciencias sociales y derecho público. Ostenta el grado honorífico de comandante del Ejército Rebelde y numerosas condecoraciones otorgadas por el gobierno y el Estado cubanos. Es héroe nacional de la República Dominicana, cuyo gobierno le honró con la orden nacional Duarte, Sánchez y Mella, el más alto galardón que confiere.
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